La actriz Ana Morgade escribe y protagoniza este delirio soviético-cañí
Siempre se ha dicho que la historia la escriben los vencedores, los que triunfan, los que resaltan del resto y aquellos para los que la suerte es su handicap durante toda la vida. Atentando contra cualquier norma establecida o contra cualquier impuesto orden de factores, la obra ante la que nos encontramos invierte y desbroza aquel sueño tan español de liderar el mundo de la copla, de ser primera cantante frente a un gran público, para interesarse por el artista de 3ª, 4ª y 19ª fila, y no al lado del pasillo precisamente. Personajes de medio pelo, con talento más que cuestionable, pero con ganas, hasta la extenuación, de comerse el escenario a ‘puñaos’. Un argumento que nos sitúa en los alucinógenos antros de la Movida, donde 2 hermanas y un pianista gallego intentan ‘ganarse los copazos de Yurinka’ en el Rock-Ola, el Penta, el Kwai o las salas El Sol y Clamores, a base de sacar a flote la copla más desgarrada (y por aquel entonces denostada), mientras buscan miembro para volver a formar un trío (léase trío musical). La aparición de la pelandrusca rusa Úrsula, no solo revolucionará a estas ‘Rosas’ (después ‘Rusas’) sino que hilvanará un bonito tapete con bodoques, donde la KGB, el comercio ilegal de órganos y ‘Tatuaje’, el buque insignia de Conchita Piquer, se enmarañarán cómicamente. Una efervescente historia dirigida por Darío Facal, fundador de la Compañía Metatarso y que llegará al Teatro Infanta Isabel a partir de este viernes 26 de abril. Representaciones que tendrán lugar los viernes y sábados, en sesión golfa (22’30h y 23’30, respectivamente) y que os propongo como plan perfecto para comenzar el fin de semana. Una obra de esas que te hacen reír a mandíbula batiente y que en la onda de las locas comedias de los 80, nos traen a un elenco de actores en estado de gracia. Tanto si vivisteis la Movida, como si sois sus hijos, o sobrinos de la era post-Windsor, disfruten de este pastel borracho con bien de vodka y cuplés a la soviética. ¡Las Rusas en vena, por favor!
