La artista italiana afincada en Nueva York, Marina Sagona, presenta en la galeria Chiquita Room de Barcelona la exposición “Ubi Consistam”, centrada en el tema de la identidad. La muestra se puede visitar hasta 6 de marzo.
Nacida en Roma, en el seno de una familia procedente de Malta y de Trípoli (Libia) y nacionalizada estadounidense en 2017, Marina Sagona representa a la perfección la dimensión global de una artista italiana del siglo XXI, presente en todas y cada una de las diferentes culturas de las que proviene. De ahí que el tema de la identidad, la emigración y lo que supone obtener la nacionalidad en los Estados Unidos de Norteamérica —hasta ahora el país más poderoso del mundo—. Un país que aunque fundado por inmigrantes y poseedor de una rica amalgama de culturas, hoy por hoy, es uno de los más estrictos con respecto a la entrada de extranjeros, la obtención de permisos de residencia o la nacionalidad.
Por eso la muestra Ubi Consistam de Marina Sagona se forja sobre el tema de la identidad. En el espacio de la galería Chiquita Room, se presentan dos series de 30 esculturas: Organs y The Five Senses, un grupo de 16 dibujos estampados titulados Passport, y el vídeo Self-Portrait.
Ubi Consistam
La exhibición toma el título de la frase latina atribuida a Arquímedes al descubrir la ley de la palanca: “Da ubi consistam, et terram caelumque movebo”, que significa “Dame un punto de apoyo y moveré la tierra y el cielo”. En este sentido, la percepción del vacío de identidad evocado por la artista, recuerda al movimiento de las partículas atómicas descrito por la física cuántica: como las partículas, la identidad de cada una no está en un lugar preciso, toma la forma de un movimiento constante, imparable. Este movimiento es solo descriptible mediante hipótesis. Tal cual el tema de la identidad, lo único concreto del concepto “nacionalidad” es que cada individuo posee un cuerpo. Cuerpo que toma forma en las obras de la artista.
Ubi Consistam es un conjunto coherente de ideas (aquí y ahora, documentos, objetos y un filme) sobre el sentido de la identidad, tanto propia como nacional. Una reflexión a tres niveles representada en tres técnicas diferentes: un enfoque que pasa del documento —el pasaporte que nos adscribe a una nación y a un territorio— a una serie de relieves escultóricos identificables con un cuerpo susceptible de identidad: órganos y sentidos. Para, finalmente llegar a un filme con entrevistas a seis mujeres que retratan sus experiencias individuales como emigrantes en busca de identidad.
Passport
Cada una de las 16 dobles páginas del pasaporte estadounidense forman el grupo de imágenes Passport, ampliadas de tamaño e intervenidas por Marina Sagona. Cada página está ilustrada con un paisaje estadounidense, con algunas frases de ex presidentes de los Estados Unidos y con citas extraídas de la Declaración de Independencia.
Se trata del pasaporte americano de la artista, recibido en 2017, después de 22 años viviendo en Brooklyn y Manhattan. El pasaporte de EE.UU. es una nueva identidad (burocrática) que se añade a la italiana, a la vivencia de una Roma, donde el aire de Trípoli impregnaba aún la casa familiar. En las impresiones de esas páginas, la artista estampa sus iniciales MS, en mayúsculas y en verde y rojo.
En Sagona, la patria es la casa, su manual es ser feliz de puertas adentro. Pero tampoco renuncia a la madre patria. Tanto Passport, como las esculturas, pasando por Self-Portrait, llevan los colores de la bandera italiana.
Órganos y Los cinco sentidos
El doble conjunto de esculturas, en total 30 piezas, realizadas en 2018 en yeso y cubiertas con esmalte. La primera serie, Órganos son cinco piezas que representan la huella de cinco órganos del cuerpo humano: el cerebro, la tráquea, el hígado, un tracto del intestino y el corazón.
La segunda serie, Los cinco sentidos, son huellas en negativo de un dedo, una lengua, dos ojos, una oreja y una nariz, representando el tacto, el gusto, la vista, el oído y el sentido del olfato.
Self-Portrait
El tercer capítulo es el vídeo-entrevista Self-Portrait. Una de las mujeres del filme es la propia Marina Sagona, que habla sobre codependencia y abandono, y otra es su hija —nacida ya en Nueva York— que habla de la diferente forma de crecer en un país y en otro. Las otras personas entrevistadas son Judith Thurman (escritora), Ingrid Rossellini (profesora), Giovanna Calvino (autora) y Anna Funder (escritora).
A través del discurso de estas mujeres, toma forma el retrato de la artista. Ella selecciona ciertas frases sus entrevistadas y las inscribe en la pantalla. El montaje de las entrevistas y el subrayado de las palabras confirma el pensamiento visual de Sagona. Las entrevistas están, además, viradas en tres colores: las dos primeras en verde, la tercera y cuarta en blanco y la dos últimas en rojo. De nuevo los colores de la bandera italiana.
Disolución de la identidad
Marina Sagona resume la necesidad del ser humano de tener o partir de un punto estable, un cimiento sólido desde el que crear su mundo y su existencia. Habla del yo físico y el yo ciudadano, el cuerpo y su matrícula para moverse por el mundo.
En el fondo, es una reflexión sobre la historia humana, de cómo el individuo es representado, identificado por un papel, a través de la identidad burocrática. Señala lo que somos y lo que es la realidad política, la que nos da nuestro pasaporte, el absurdo de la nacionalidad y la nostalgia de la tierra nativa. Y busca el sentido profundo y escondido tras el papeleo de los errores que flotan sobre lo que llamamos civilización.