Bombon Projects presenta en Barcelona la nueva exposición de Sarah Margnetti Flowers don’t pick themselves comisariada por Elise Lammer y yo estoy contento por que tiene una trabajo interesante, e igual trae las obras de las manos amarillas jodidas, pochas, con uñas largas y retorcidas, tan horribles y tan refrescantes, sus Alienated Hand, que me da mucho placer ver. Esas uñas de Howard Hughes, las uñas del monstruo moderno, vamos, esas manos poderosas enfermas y bonitas, manos como amenazas frágiles.
La obra de Margnetti es buena y procedente empezando ya por lo formal, por la primera impresión, esa hostia visual según te encuentras con ella. Habla del individuo a través de los recursos anatómicos que componen toda su obra, algo común hasta ahí, sí, pero ella retuerce las formas y las lleva a lo chusco y lo cómico y no utiliza partes nobles, esto es muy importante, ya sabes, ni torsos viceversos o caras angelicales, ni tetas turgentes de premio, si no restos. En Sarah Margnetti hay despieces por todas partes, es el material con que se hacen las salchichas: orejas, codos, rodillas y narices. Y después armoniza el conjunto con trampantojos, fondos de maderas innobles y telas de broma que esconden a sus personajes. Esto produce una poética inusual, una teatralidad inquietante y ahí comienza su jodida belleza singular.
Esa referencia al cuerpo de forma parcial, incompleta y corrupta, es uno de sus elementos siniestros mas valorables; o muestra la anatomía humana abiertamente con órganos, tobillos pies, brazos y muslos, o esconde los cuerpos entre sus cortinas, generando así esa tensión no resuelta que la hace vibrante.
Hay humor y belleza en el tono. El humor es siempre critica, el humor es un drama y es carpe diem también y así funciona aquí. Sus obras son como los culos que ella pinta, igual de sexys, que ordinarios o naif, esa ambivalencia tan ideal. Su obra es erótica pasada por el filtro de lo soez, se nota en el uso de colores vegijogos, desvaídos y en la composición, en el modo en que dispone en el espacio esas fosas nasales grandes desproporcionadas. También está en esa uñas largas que hablábamos. Hay una referencia a la vida intima que me gusta lo que más y no es algo menor. Habla del cuerpo desde la higiene personal, es una puesta en escena de nuestro mundo privado, el cuidado personal e intimo. Éste matiz es de lo mas útil para enmarcar su obra en el momento presente, por que parece hablar de una sociedad hedonísta y superficial que siente que necesita esconderse y evadirse.
Es más evidente en el caso de la obra Charlotte Herzig’s Bathroom, una intervención en un baño con sus narices voladoras, toallas, caras grotescas y engaños visuales antropomórficos. Este trabajo reúne todos sus recursos estéticos y yo creo que es un trabajo mas clave de lo que parece en su trayectoria.
Su trabajo es postmoderno en el uso de la composición, construye con frecuencia con las propias líneas de las cortinas o los muebles enmarcando el trabajo, o con las arrugas y los pliegues de las carnes, delimitando las fronteras entre espacio y obra. También reincide en esa postmodernidad en el uso de su imaginería, mas acentuado en el caso de los pitis, los tacones y los lipsticks, femeninos, rotundos, dramatúrgicos y “oscuros” como en Sarah Lucas, Almodovar y Lynch. Obras sórdida y dulces en conclusión. El cigarro total.
Imagenes © Sarah Magnetti
Opening
Jueves 15.11.18
19.30 h
Sarah Margnetti
Flowers don’t pick themselves
comisariada por Elise Lammer
Bombon projects
Carrer Trafalgar 45 local 3
08010 Barcelona
www.bombonprojects.com