Tesla y SpaceX son las empresas más conocidas dirigidas por el magnate multimillonario y todos estamos al tanto de las diferencias que Elon Musk mantiene con Twitter. Pero, ¿sabías que el más famoso emprendedor está detrás de muchísimos más proyectos?
El nombre de Elon Musk define al hombre más rico del mundo. Pero ¿cómo ha conseguido acumular tanto dinero?, ¿cuál ha sido su estrategia? ¿qué objetivos buscan sus compañías? La respuesta no es fácil puesto que la amplitud de los intereses financieros de Musk pueden dejar a más de uno con la boca abierta: astronomía, investigación, educación, energías renovables, economía, automoción… La trayectoria del megamillonario parece no tener fin pero aquí descubrimos, desde sus comienzos, todos los entresijos de las empresas de Elon Musk. Para quien quiera coger el testigo.
¿Quién es Elon Musk?
Elon Reeve Musk (1971) es un magnate de los negocios e inversor que, con un valor neto estimado de alrededor de 221.400 millones de dólares a julio de 2022, se ha convertido en la persona más rica del mundo, según el índice de multimillonarios de Bloomberg y la listade Forbes.
¿Cómo empezó una carrera empresarial vertiginosa?
Aunque Musk nació en Pretoria (Sudáfrica) y se matriculó en diferentes centros académicos fue en la Universidad de Pensilvania donde obtuvo una licenciatura en Economía y Física. Sin embargo, no sería hasta 1995 cuando decidió fundar la empresa de software web Zip2 con su hermano Kimbal.
La startup fue adquirida por Compaq por un montante de 307 millones de dólares en 1999 y, sacando provecho de tan óptimos beneficios, ese mismo año Musk constituyó el banco en línea X.com, el cual se fusionó con Confinity en el año 2000 para formar PayPal.
Poco tiempo más tarde, en 2002, la empresa fue comprada por eBay por 1.500 millones de dólares. Dicho esto, hablar de éxito fulgurante sabe a poco: sin duda, faltan las palabras al detallar la trayectoria financiera de las empresas de Elon Musk.
Los negocios y empresas de Elon Musk
El trampolín de SpaceX
No satisfecho con esto, en el año 2002, el magnate fundó SpaceX, una firma de servicios de transporte espacial, en la que figura como director ejecutivo e ingeniero jefe. La compañía ha sido valorada en 100.000 millones de dólares el pasado mes de octubre, lo que la convierte en la segunda empresa privada más valiosa del mundo detrás del propietario de TikTok, Bytedance, según sostiene el canal de televisión estadounidense CNBC.
SpaceX también es propietaria de la organización Starlink, otra de las empresas de Elon Musk, la cual brinda servicios de Internet satelital de órbita baja diseñados para áreas rurales con Internet poco confiable. El primer lote de satélites Starlink se lanzó en 2019.
Inversión en Tesla
Ya en el año 2004, el emprendedor se convirtió en uno de los primeros inversores en el fabricante de vehículos eléctricos Tesla Motors, Inc. (ahora Tesla, Inc.), una de las empresas de Elon Musk más reconocidas por la opinión pública; de hecho, ocupó los cargos de presidente y arquitecto de productos, y finalmente asumió la función de director ejecutivo en 2008.
Investigación en ciencia
Más tarde, en 2006, el megamillonario ayudó a crear SolarCity, una empresa de energía solar que luego fue adquirida por Tesla para dar lugar a Tesla Energy. Avanzando un poco más en el tiempo, en el año 2008, nace Halcyon Molecular, otra de las empresas de Elon Musk que tiene como principal objetivo la investigación de medicamentos orientados al aumento de la longevidad en el ser humano. Elon Musk forma parte actualmente de la junta directiva de la firma, acompañando a los socios fundadores de Paypal, Luke Nosek y Peter Thiel, considerados ya como viejos amigos.
Neurotecnología
En el año 2015, Musk cofundó OpenAI, una empresa de investigación sin fines de lucro que promueve la inteligencia artificial (IA) amigable; siguiendo la misma línea, un año más tarde, y aunque probablemente se haya oído hablar poco de ella, el megamillonario dio comienzo a una startup en San Francisco llamada Neuralink, otra de las empresas de Elon Musk a añadir, aunque su misión parece aparentemente sacada de una película de ciencia ficción: conectar el cerebro humano a los ordenadores.
Mediante el desarrollo de un chip cerebral que Musk ha descrito como un “FitBit en tu cráneo”, Neuralink observa como prioridad financiera el tratamiento de afecciones neurológicas que van desde la parálisis hasta la depresión. Es más, el multimillonario ayudó a fundar Neuralink para “dar un mayor soporte a las personas con lesiones cerebrales a corto plazo y reducir el riesgo de la inteligencia artificial para la humanidad a largo plazo”, según su sitio web.
La compañía de neurotecnología, una de las empresas de Elon Musk más sobresalientes, tiene 245 empleados que figuran en LinkedIn y ocupa el puesto 33 de 50 en la lista de “principales empresas emergentes” de 2021.
Con todo, Musk figura como director ejecutivo de Neuralink en el sitio web de Tesla, pero su participación exacta no está clara; a este respecto, la empresa declaró previamente en documentos legales que el multimillonario “no tiene un rol ejecutivo o gerencial en Neuralink”. Sin embargo, la mano derecha de Elon Musk, Jared Birchall, ocupó los cargos de director ejecutivo, director financiero y presidente de Neuralink en 2018.
Trenes supersónicos
El reconocido magnate también es el fundador de The Boring Company, una de las empresas de Elon Musk basada en la construcción de túneles que se lanzó en 2016, y que tiene como objetivo resolver el tráfico dentro y entre las principales ciudades de EE. UU. En este sentido, viene bien recordar que uno de sus futuros proyectos es crear un “Hyperloop“, un sistema de transporte de trenes de vacío de alta velocidad que, teóricamente, permitiría a los pasajeros viajar a más de 1.100 kilómetros por hora. No se puede añadir más.
Proyectos educativos
Finalmente, más allá de las empresas comerciales principales de Elon Musk, hay que destacar que el multimillonario es el presidente de la Fundación Musk, una organización creada en 2002 que dona a la investigación científica y la educación, y que ha estado vinculado al menos a siete firmas adicionales, según The New York Times. Esto incluye Wyoming Steel, una LLC (Compañía de Responsabilidad Limitada) que, según los informes, ha utilizado para comprar bienes raíces.
Musk versus Twitter
Desde que se unió a la plataforma de redes sociales en el año 2009, Elon Musk ha sido un usuario activo de Twitter, donde en la actualidad tiene más de 100 millones de seguidores. En ella publica memes, promueve sus intereses comerciales y, además, refleja sus propios comentarios sobre temas políticos y culturales del momento.
Ya en 2017 tuiteó el interés en comprar Twitter para unirla a las demás empresas de Elon Musk pero fue en enero de 2022 cuando comenzó a comprar acciones de la compañía, alcanzando una participación del 5% en la empresa en marzo; de hecho, el magnate alcanzó un total de 73.115.038 acciones en abril, que representa el 9,13 % de las acciones totales de Twitter, valoradas entonces en 2.640 millones de dólares, lo que convierte al magnate en el mayor accionista.
Sin embargo, Musk no presentó la documentación necesaria para notificar a la SEC (Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos), dentro de los 10 días posteriores, que su participación superaba el 5%, lo que supone una violación de las leyes de valores del país americano.
Oferta pública de adquisición
Cuando finalmente Elon Musk reveló públicamente su inversión en una presentación ante la SEC, el pasado 4 de abril, las acciones de Twitter experimentaron el mayor aumento intradiario desde su oferta pública inicial.
A su vez, la revelación de que el millonario había adquirido una participación significativa en Twitter siguió a los tweets de Musk de marzo en los que cuestionó el compromiso de Twitter con la libertad de expresión; al hilo de esto, el millonario consideró desarrollar un sitio de redes sociales rival y anexionarlo a las otras empresas de Elon Musk, aunque los comentarios se hicieron después de haber adquirido el 7,5 % de la firma.
Ese mismo día, el 4 de abril, Musk llegó a un acuerdo que lo nombraría miembro de la junta directiva de Twitter pero que le prohibiría adquirir más del 14,9 % de la empresa. No obstante, el 13 de abril, el magnate hizo una oferta de 43.000 millones de dólares para comprar Twitter, lanzando una oferta pública de adquisición para comprar el 100% de las acciones de Twitter, a 54,20 dólares por acción.
En respuesta, la junta directiva de Twitter adoptó un plan de derechos de los accionistas para hacer que sea más costoso para un solo inversionista poseer más del 15% de la empresa sin la aprobación de la junta.
Una semana después, Musk obtuvo fondos por valor de 46.500 millones de dólares, que incluyeron 12.500 millones en préstamos contra sus acciones de Tesla y 21.000 millones en financiamiento de capital. Y ese mismo día, el megamillonario concluyó con éxito su oferta por aproximadamente 44.000 millones o, en otros términos, un último capítulo con respecto a las empresas de Elon Musk.
Acuerdo en suspenso
El valor bursátil de Tesla, recordemos que es una de las empresas de Elon Musk más significativas, se hundió en más de 125.000 millones de dólares al día siguiente como reacción al acuerdo, lo que provocó que Musk perdiera alrededor de 30.000 millones de dólares de su patrimonio neto. Posteriormente, el empresario tuiteó críticas a las políticas del ejecutivo de Twitter, Vijaya Gadde, a sus 86 millones de seguidores, lo que llevó a algunos de ellos a cometer acoso sexista y racista contra ella.
Con todo, exactamente un mes después de anunciar la adquisición, Musk declaró que el acuerdo estaba “en suspenso”, tras la realización de un informe en el que se afirmaba que el 5% de los usuarios activos diarios de Twitter eran cuentas de spam, lo que provocó que las acciones de Twitter cayeran más del 10%.
Aunque inicialmente aclaró que seguía comprometido con la adquisición, Elon Musk envió una notificación de su terminación del contrato este mismo mes de julio; mientras, la junta directiva de Twitter respondió que se comprometía a retenerlo en la transacción.
Así pues, el pasado 12 de julio Twitter demandó formalmente a Musk en el Tribunal de Cancillería de Delaware por violar un acuerdo legalmente vinculante para comprar Twitter y adherirla al conjunto de las empresas de Elon Musk.
Musk y la democracia
Como se puede deducir, el contrato empresarial aún no se ha cerrado pero Musk ha compartido algunos pensamientos públicamente, y en privado con los inversores, que indican cuál sería la dirección y las prioridades de la compañía en el caso de que llegase a formar parte de las empresas de Elon Musk: el magnate ha declarado que “no le importa en absoluto la economía” y que quería comprar la plataforma porque cree que es “importante para el funcionamiento de la democracia”.
Resultado de todo ello es que cabe la posibilidad de que Elon Musk tenga que dividir su atención entre empresas que abarcan el transporte, la neurociencia y las redes sociales y, de alguna manera, encontrar tiempo para tuitear sobre todas ellas en el medio. Todo un imposible para el resto de los mortales.
