Lana del Rey regresa con Lust For Life, un disco que supone la consagración de su estilo
Todos recodamos cuando, allá por 2011, una chica de semblante triste, causaba furor en los portales de música especializados. Un clip montado por ella misma, acompañado por una canción ya mítica de nuestra era (Video Games). Esta, fue su carta de presentación y desde ahí, nació una estrella. Pocos meses después, llegó al mercado su álbum de debut, Born To Die. El resto es historia 2.0.
Hoy Lana del Rey lanza al mercado su quinto trabajo (cuarto si consideramos Paradise, como un mero EP). Elizabeth, sigue siendo esa chica que canta a la tristeza, sintiendo la brisa y viendo el atardecer desde su habitación del Chateau Marmont. Y esperamos que eso nunca cambie. Es su ADN como artista.
Los Angeles y el amor. Los dos grandes protagonistas de toda la obra de Lana. Y en este disco vuelven a serlo, quizás de una manera más poderosa si cabe. Con cada una de sus canciones, nos teletransportamos a California, habitamos sus calles, nos bañamos en sus playas y en definitiva, soñamos.. Soñamos con amores ideales y con bellas puestas de sol. La música de Lana del Rey, tiene ese poder. El poder de hacernos soñar. Y esto nunca se pierde en sus trabajos.
Lust for Life, contiene homenajes más o menos encubiertos, a cada una de las obsesiones de Lana. Desde el mismo título del trabajo (una clara referencia a una de las canciones/álbum más famosa de Iggy Pop) hasta las propias letras. En cada de una de ellas, se encierra ese universo particular creado por Del Rey. Una California grabada en celuloide, melancólica y detenida en una época indeterminada con ecos de los 50. La marca de la casa.
Por primera vez, encontramos featurings en un trabajo de Lana del Rey. Porque si, si te suena que ha colaborado con mucha gente, siempre ha sido fuera de sus discos. Esta vez, muchos le devuelven el favor. Después de ser el JFK en su single American Anthem, ASAP Rocky regresa. Y esta vez para cantar. Nos regala dos bellos tracks: Summer Bummer y Groupie Love. Ambas viran un poco hacia tendencias actuales como el trap, pero sin perder ni un ápice de la esencia de Lana.
En el track que da titulo al LP, Lust For Life, nos encontramos con The Weeknd. Un habitual en las colaboraciones de Del Rey. Podemos escuchar la voz de la cantante, en los discos del canadiense. En esta ocasión, es él, el que se pasa por el disco de Lana. El resultado: Una canción 100% dream pop, a la que la voz cálida de Abel, le sienta como anillo al dedo.
Y ahora es el turno de las colaboraciones fan fatal de Lana, y las que probablemente hayan marcado su vida. En Beautiful People, Beautiful Problems, podemos escuchar a una de las grandes de la música de todos los tiempos: Stevie Nicks. Nicks, cabeza visible de Fleetwood Mac y con una carrera en solitario más que sobresaliente, llena de magia el tema y lo hace crecer hasta limites insospechados. Con esta canción, Lana del Rey ha unido épocas y ha creado leyenda.
Y como dicen a falta de pan, buenas son tortas. Del Rey, gran admiradora de John Lennon,ha contado con su hijo Sean Lennon, para colaborar en una canción y ayudarle con la producción de Lust For Life al completo. La canción en cuestión, Tomorrow Never Came, tiene todo lo que esperas: Cadencia Lennon, ecos de The Beatles y referencias constantes al padre de Sean. La voz del hijísimo, es en si el homenaje. No puede parecerse más a la de su padre. Y para que negarlo, nos encanta que John esté presente, siempre y en todo lugar.
Lust For Life, se puede dividir en dos mitades, en dos ejes temáticos. En la primera parte del álbum, encontramos canciones más cercanas al estilo dream pop que siempre ha caracterizado a Lana. Eso si, con una producción evolucionada y letras más trabajadas, fruto de la experiencia. La segunda mitad, sin embargo tiene un aire más crudo y folk. Los invitados al Mundo Del Rey, marcan estos cambios. Mientras que en la primera mitad, encontramos situadas las canciones con artistas más actuales, en la segunda, vemos como aparecen grandes iconos e influencias más clásicas. Este hecho, enriquece la escucha y en si, el disco.
Lana del Rey demuestra con Lust For Life, que no es flor de un día. Ha encontrado un estilo propio, ha creado un universo y se ha ganado a pulso su sitio en el panorama musical actual. Lust for Life es melancolía, ensoñación, miedo, pero sobre todo amor. Porque ¿qué sería de la música y de la vida sin el amor?