«Sade. La libertad o el mal» en el CCCB una expo sobre el rastro del marqués de Sade en la cultura contemporánea visitable hasta el 15 octubre.
Aunque no hayas oído hablar de Sade seguro que si has escuchado y usado sádico o sadismo. Está en el lenguaje de nuestro día a día. Pues bien, la exposición de Sade en el CCCB explora el legado estético, filosófico y político del marqués de Sade en nuestra cultura desde las vanguardias de principios del siglo XX hasta la actualidad.
Foto de portada: Shu Lea Cheang. SadeX tableaux. Parte de la instalación audiovisual 3x3x6 comisariada por Paul B. Preciado y presentada en la Biennale de Venecia en 2019. Cortesía de la artista
Guido Crepax, L’échiquier, 1975. Collection Mony Vibescu. Cortesía de Alain Kahn-Sriber, París. Foto © Gilles Berquet
Con su pluma provocativa y su visión transgresora, Sade rompe tabúes y desafía las convenciones sociales. El rebelde literario que se enfrentó a las normas e invita a explorar los límites del placer. Sade en el CCCB te sumerge en un mundo oscuro y sensual, donde el deseo se libera de las cadenas de la moralidad. La muestra es un viaje vertiginoso a través de las pasiones más extremas mediante los trabajos de artistas que como Sade desafían las normas establecidas para liberar los deseos sin restricciones. ¿Preparadas para adentrarnos en el salvaje y apasionante universo sadiano?
Andres Serrano, Heaven and Hell (Early Works), 1984. Cortesía del artista y Galerie Nathalie Obadia, París / Bruselas
Sade, ¿revolucionario y liberador o pernicioso y corruptor?
El autor y pensador Donatien Alphonse François de Sade (1740-1814), fue un personaje dicotómico que tanto provocó y provoca conmoción y escándalo, como aclamación y admiración por ser revolucionario, transgresor y disidente. Pasó veintisiete años en prisión y acabó su carrera montando obras de teatro en el manicomio de Charenton. Aspiraba a ser reconocido como hombre de letras, pero parte de su obra desmedida se perdió.
Angélica Liddell, La historia de la locura de Foucault, ensayo de la obra. Foto © Guido Mencari
Sade y sus rastros en el arte contemporáneo
La exposición muestra como a principios del siglo XX, intelectuales: Guillaume Apollinaire, Georges Bataille, o artistas: Salvador Dalí, Toyen y Man Ray celebraron a Sade. También está presente la visión crítica de mi adorado Pier Paolo Pasolini. Y por supuesto las reflexiones de artistas contemporáneas que cuestionan y redefinen los límites del arte y la libertad de expresión. La capacidad para confrontar y perturbar al espectador.
Man Ray, Monumento a D.A.F. de Sade, 1933. Fonds de dotation Jean- Jacques Lebel, Musée d’arts de Nantes © VEGAP, Barcelona
Así como la transmutación de los roles de género, el deseo, el consentimiento y la autonomía sexual en la sociedad actual. Representaciones visuales y performativas de la violencia y el cuerpo. La institucionalización del terror y el papel de la imaginación pornográfica en la sociedad de consumo.
Susan Meiselas, Mistress Brigitte between clients. De la serie Pandora’s Box, Nueva York, 1995. Cortesía de Susan Meiselas / Magnum Photos, París
La próxima vez que oigas “es un sádico/a” …
En el siglo XIX, Krafft-Ebing acuñó el término sadismo. Tanto sadismo como sádico derivan del apellido de Sade. Y describen la obtención (o el que la obtiene) de placer o gratificación sexual al infligir dolor o humillación a otra persona. Pero dichos términos han evolucionado y no se limitan exclusivamente al contexto de sus escritos o a un contexto sexual. Sino que se utilizan para caracterizar comportamientos violentos o crueles. Además se han adoptado en diversas disciplinas, como la psicología y la cultura popular, para describir ciertos comportamientos y prácticas.
Donatien Alphonse François de Sade, La Nouvelle Justine, ou les Malheurs de la vertu, suivie de l’Histoire de Juliette, sa soeur (vol. 1), a Holanda 1797. Bibliothèque nationale de France. Réserve des livres rares, París
Sade, icono de la cultura de masas.
No hay que negar la naturaleza controvertida de la obra del marqués. Por eso, Sade en el CCCB ofrece una visión basada en profundas investigaciones por parte de sus curadores Alyce Mahon y Antonio Monegal. Pero sobre todo contextualizada: desde la crítica a la represión sexual y a las normas morales hipócritas, hasta cuestionar la ética de su obra por la representación gráfica de violencia y abuso.
Alexander Gergely, Durga Dämmerung. Grabado 2, 1926. Collection Mony Vibescu. Cortesía de Alain Kahn-Sriber, París. Foto © Gilles Berquet
Sin dejar de lado factores culturales, educación, valores personales, la interpretación de sus escritos han sido y serán objeto de estudio y debate en campos como la literatura, la filosofía, el feminismo y los estudios culturales.
Izq: Leonor Fini, Ilustración para el libro Histoire de Juliette del Marqués de Sade, 1944. Cortesía de Richard Overstreet, París. Der: Genesis Breyer P-Orridge, Thee Priestess, 1989. Collection of Beth Rudin DeWoody-Rudin Management Company, Inc., West Palm Beach, Florida. Foto © Bunker ArtSpace
Sade en el CCCB: Justine, Juliette y Sodoma
La representación gráfica del dolor, el sufrimiento, la humillación y la violencia en el contexto de la sexualidad jugaron un papel prominente en Sade. Entre sus obras más destacadas: “Justine” y “Los 120 días de Sodoma”, presentan narrativas que involucran prácticas sexuales extremas, violencia y abuso. Temas que desencadenaron mucha controversia y condena en la sociedad de su tiempo.
Gilles Ehrmann, Fotografías de la performance de Jean Benoît Exécution du Testament du Marquis de Sade, 1959. Collection Mony Vibescu. Cortesía de Alain Kahn-Sriber, París. Foto © Gilles Berquet
“Juliette” explora temas de libertinaje, perversión y transgresión sexual. A lo largo de la obra, Sade utiliza el personaje de Juliette para cuestionar las normas sociales, la religión y crítica mordaz a la hipocresía y la represión sexual de la época.
Jean Benoît, Elemento de vestuario de Jean Benoît para la performance Exécution du Testament du Marquis de Sade, 1959. Collection Jean-Jacques Plaisance. Cortesía de Galerie Les Yeux Fertiles, Paris.
Sin embargo, es relevante mencionar que Sade exploraba la relación entre el placer y el dolor, argumentando que la búsqueda del placer absoluto y sin restricciones puede llevar a la violencia y a la degradación. Para él, el placer y el sufrimiento estaban intrínsecamente entrelazados. Pero no todas las representaciones del placer en su obra están relacionadas exclusivamente con el dolor.
Joan Morey, Gritos y susurros. Conversaciones con los radicales, 2009. Cortesía del artista, Barcelona
Filosofía en el Tocador
La “Filosofía en el Tocador” (también “Diálogo entre una sacerdotisa y un joven”) es un diálogo corto y dramático en el que otra mujer, Eugenia, una joven y rica aristócrata es educada en temas de libertinaje y placer por la sacerdotisa Dolmancé. A lo largo de la obra, los personajes discuten y debaten sobre una amplia gama de temas relacionados con la sexualidad, la moral, la religión y la filosofía. Defendiendo la idea de que el placer y la satisfacción personal son valores supremos que conducen a una vida más auténtica y plena.
Olivier Smolders, La philosophie dans le boudoir, 1991. Cortesía de Olivier Smolders. Foto © Le scarabee asbl, Lieja
Sade y la liberación sexual de la mujer
En sus obras se encuentran elementos sobre los roles de género de su época. A través de personajes femeninos como “Justine”, “Juliette” o Eugenia, Sade cuestiona las normas sociales y las restricciones impuestas a las mujeres en su época, sugiriendo que la liberación sexual y la emancipación de la mujer podrían ser vías hacia una mayor autonomía y poder. Estas obras se pueden interpretar como una crítica a las estructuras sociales y religiosas que reprimían la sexualidad femenina y mantenían a las mujeres en una posición de sumisión.
Shu Lea Cheang, SadeX. Cortesía de la artista
Multiplicidad y diversidad del deseo en Sade en el CCCB
Diversidad del deseo se refiere a la idea de que existen múltiples formas y expresiones de la sexualidad y el deseo humano. Reconoce que las preferencias sexuales y los deseos eróticos varían ampliamente entre las personas, y que no existe una única norma o patrón establecido. La diversidad del deseo implica comprender y aceptar que cada individuo tiene su propia orientación sexual, fantasías, gustos y necesidades sexuales. Y ahí es donde conecta con Sade.
Paul Chan, Sade for Sade’s sake, 2009. Cortesía del artista y Greene Naftali, Nueva York
Abarca la variedad de identidades sexuales (como heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad, etc.), así como la diversidad en términos de prácticas sexuales, roles, fetiches y otras formas de expresión erótica. Este concepto promueve la inclusión y el respeto hacia todas las formas de deseo sexual consensuado, al tiempo que desafía los estereotipos y prejuicios relacionados con la sexualidad. La diversidad del deseo reconoce que cada individuo es único en términos de su orientación sexual y sus preferencias eróticas, y que no hay una única forma “correcta” de experimentar o expresar el deseo.
Izq: Blalla W. Hallmann, Der Pop-Star, 1991. Fonds de dotation Jean- Jacques Lebel, Musée d’arts de Nantes. Der: Salvador Dalí i Domènech, Guillem Tell i Gradiva, 1932. Cortesía de Fundació Gala-Salvador Dalí, Figueres © VEGAP, Barcelona
Es importante destacar que la diversidad del deseo se basa en el respeto, el consentimiento y la igualdad, promoviendo la comprensión de que todas las formas de deseo consensuado son válidas y dignas de reconocimiento.
Izquierda: Marie Vassilieff, Peinture 2. Scène érotique, ca. 1930-1935. Collection Mony Vibescu. Cortesía de Alain Kahn-Sriber, París. Foto © Gilles Berquet. Derecha: Otto Dix, Scene II (Mord), 1922. Otto Dix Stiftung © VG Bild Kunst Bonn, 2023
Ámbitos de la exposición de Sade en el CCCB
La visita a la exposición comienza con un prólogo dedicado a la vida de Sade, prosigue con cuatro ámbitos temáticos en torno a su legado cultural y filosófico y termina con un epílogo acerca de su vocación teatral.
Charles Amédée Philippe van Loo,Retrato del Marqués de Sade, 1760-1762. Fonds de dotation Jean-Jacques Lebel, Musée d’arts de Nantes
¿Debemos considerar la obra de Sade como una filosofía de la libertad o del mal? La muestra plantea esta pregunta que constata que tal vez sean indisociables: sin pensar el mal, es difícil definir la libertad.
Jorge Camacho, La corruption réfléchie (hommage à D.A.F. de Sade), 1964. Cortesía de Galerie Sophie Scheidecker, París
Los cuatro espacios centrales de la muestra reciben el nombre de «pasiones», término que proviene de la obra Los 120 días de Sodoma.
Pasiones transgresoras
Ámbito que aborda la influencia sadiana en las vanguardias del siglo XX como modelo de transgresión y soberanía o como muestra de los peligros de la racionalidad pura y la libertad absoluta.
André Masson, Au Château de La Coste, 1969. Fonds de dotation Jean-Jacques Lebel, Musée d’arts de Nantes, Nantes
Pasiones perversas
Sección dedicada a los límites de la representación del erotismo. A finales de los sesenta, paralelamente a la liberalización de la sexualidad, Sade emerge como un icono en la cultura de masas y el underground. Asociado a la aceptación social de prácticas sexuales no normativas libremente consentidas, consideradas «pervertidas». Roles de género en artistas y activistas LGBT+.
Jan Svankmajer, Philosophy in the Boudoir II, 1996. Cortesía del artista, Praga. Foto © Athanor Ltd
Pasiones criminales
Este espacio se centra en el abuso, la crueldad y la dominación. Los medios de comunicación nos informan cotidianamente de casos de violencia de género, violaciones y abusos infantiles, a la vez que el público exhibe la afición morbosa a consumir noticias sensacionalistas. En esta sección aparecen fragmentos de La naranja mecánica de Stanley Kubrick y Funny Games de Michael Haneke. Artistas que retratan la crueldad y violencia per sé como pulsión humana.
Sira-Zoé Schmid, Happy Slapping, 2012 © Sira-Zoé Schmid, Viena/Salzburgo
Pasiones políticas
Apartado que aborda la violencia sistémica y el abuso de poder. Se discute acerca de los rasgos sádicos del nazismo y de otras formas de opresión, pero Sade se opuso a la violencia de la Revolución Francesa y a la guillotina. Como hemos visto en sus personajes, la tortura, el expolio y el exterminio son fuente de placer individual.
Teresa Margolles, PM 2010, 2012. Cortesía del artista y Galerie Peter Kilchmann, Zúrich / París. Foto © Marta Gornicka
Epílogo: El escenario de una revolución
Reúne a una serie de creadores y producciones de las artes performativas como homenaje a su amor por el teatro. En el siglo XXI, el nombre y las obras de Sade son invocadas por el postfeminismo, la teoría queer, el postporno, el teatro, el cine y el arte contemporáneo.
Candela Capitán, Censurada, 2020. Cortesía de la artista
Kara Walker, 8 Possible Beginnings or: The Creation of African-America, 2005. Cortesía de Sikkema, Jenkins & Co., Nueva York
Toyen (Marie Čermínová), After the performance o Relâche , 1943. Alšova Jihočeská Galerie (South Bohemian Gallery), Hluboká nad Vltavou??
«Sade. La libertad o el mal» en el CCCB hasta el 15 de octubre.
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