HOY SE ESTRENA LA HERIDA. SU PROTAGONISTA, MARIÁN ÁLVAREZ, HA SIDO GALARDONADA CON LA CONCHA DE ORO A MEJOR ACTRIZ EN LA 61 EDICIÓN DEL FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN
Según la RAE, una herida es el daño que un agente externo produce sobre una persona o animal. Tomando esta definición como axioma, y dejando a un lado las (numerosas) virtudes de la película, nos asalta un interrogante crucial: ¿se ajusta la condición de “externo” inherente el título (y, por extensión, al enfoque del director) a la realidad que pretende retratar? Es un acuerdo más o menos tácito que, cuando de la descripción de personalidades complejas y trastornos mentales se trata, la adecuada valoración crítica de una película depende no sólo del impacto emocional que ésta ejerza sobre el espectador, sino también, y quizás fundamentalmente, de su conocimiento del asunto en cuestión y de la correspondencia entre la realidad referida y la historia que la ilustra. En este sentido, no cabe duda de que Fernando Franco ha hecho los deberes con una documentación exhaustiva sobre el Trastorno Límite de la Personalidad, un desorden que padece (agárrense) alrededor del 2% de la población mundial. Porque, como tantas veces, aquí la procesión va por dentro: la agudísima dependencia afectiva, la vulnerabilidad e inestabilidad emocional, la hipersensibilidad, la difusa e inconsistente percepción del yo y la vertiginosa montaña rusa que configura el espectro anímico (del vacío a la depresión, la euforia, la ira, la culpa y vuelta a empezar). El realizador da buena cuenta de ellas con una puesta en escena desnuda y fría, muy emparentada con el cine de Jaime Rosales y con la agudeza de pesos pesados como Haneke o los Dardenne, con una densidad y completitud secuencial que evidencia su vasta experiencia como montador. Ana se nos muestra así en su intendencia cotidiana, con sus repentinos ataques de ansiedad, su conducta compulsiva y autodestructiva, su hierática relación con su madre, sus desesperadas demandas de afecto, su ideación autolítica y, como contrapartida, su aparente integración en el círculo social en el que se mueve. En esta antesala del infierno, Franco opta por no despejar la incógnita y, a pesar de su escueta sugestión sobre el Origen del Mal, se mantiene lo suficientemente ambiguo como para no caer en reduccionismos simplistas. Una película intensa y relativamente accesible que brinda al ambivalente cine español dos descubrimientos de primera línea: el director novel Fernando Franco y la actriz Marian Álvarez.
“La Herida” se estrena hoy en cines.