Freak, cute e irreverente, así es el trabajo de Bel Fullana, donde la dualidad entre lo infantil y lo grotesco le permite explorar una apuesta estética con un toque de subversión.
En esta conversación con la artista Bel Fullana nos adentramos en su universo creativo: humor, alienación y libertad de expresión se entrelazan en su lenguaje visual. Sus obras no solo desafían convenciones, sino que redefinen las expectativas de lo femenino. Para ello juega con arquetipos visuales y símbolos pop. Su mirada crítica hacia la normalidad se refleja en una expresión artística visceral que no teme provocar y cuestionar.
Imagen de portada: Vista de la exposición Bel Fullana. Tractor Buddy comisariada por Núria Gómez Gabriel en Es Baluard Museu d’Art Contemporani de Palma, 2024 © de la obra: Bel Fullana, Vegap Balears, 2023. Foto: David Bonet
Retrato de Bel, 2024 por Joan Servera
Lo cierto es que Bel Fullana (Mallorca, 1985) siente atracción por lo marginal, lo trash o lo kitsch, y dice que a veces el arte no tiene que tomarse demasiado en serio… Y ella lo demuestra en cada pincelada, ¿será este el camino hacia su nuevo imaginario?
Techno Tiger, 2023. Óleo, acrílico y espray sobre lienzo
Para empezar, cuéntanos un poco sobre tu infancia en Mallorca. ¿Cómo era el ambiente en el que creciste y qué recuerdos crees que han influido en tu obra?
Bel Fullana: Crecí en un pequeño pueblo de Mallorca, rodeada de naturaleza. De niña, me subía a los árboles y me tumbaba en el tejado a contar estrellas fugaces. Esos momentos despertaron mi fascinación por lo misterioso y lo infinito, además de una obsesión por el fenómeno Ovni. La inmensidad del cielo y la sensación de que había algo más allá marcaron mi imaginación. También crecí en un entorno familiar contradictorio: mi madre, muy católica, insistía en que fuera a misa todos los domingos, mientras que mi padre era todo lo contrario. Esta dualidad ha influido en mi trabajo, donde suelo jugar con contrastes y buscar un equilibrio entre opuestos.
Vista instalación Sayonara Baby, Piermarq* Contemporary Art Gallery. Sídney, 2024. Mega Troll, 2024. Óleo y spray sobre lienzo
¿Cuándo y cómo descubriste que querías ser artista? ¿Hubo algún momento o persona clave en ese camino?
Bel Fullana: Recuerdo que a los siete años, en primaria, hice un dibujo para un concurso y lo gané. Eso me hizo sentir muy bien. En clase no destacaba en lenguas ni matemáticas, y tampoco se me daban bien los deportes. Me decían constantemente que dibujaba bien, lo que me hizo querer seguir desarrollando esa habilidad, ya que me hacía sentir especial. Así comencé a proyectar mi imagen como artista, algo que siempre he querido ser.
Tu obra tiene una estética muy particular, que combina lo grotesco con lo infantil, lo “cuki” (cute). ¿Cómo llegaste a este lenguaje visual?
Bel Fullana: Desde 2010, llevo buscando de manera constante y seria mi propio lenguaje visual. Lo que hago hoy es el resultado de ese proceso de exploración. A lo largo de los años, mis pinturas han evolucionado, pero siempre han mantenido una característica dual: lo “cuki” y lo grotesco, lo infantil y lo siniestro. Creo que mi fascinación por Tim Burton de pequeña fue clave en esta mezcla.
Vista instalación Xoxo group show, Galería Delimbo. Sevilla, 2024
¿Cómo interpretas la relación entre la estética camp y la alienación de las figuras femeninas, como dice Nuria en su texto? ¿Crees que esta relación desafía o reconfigura las expectativas tradicionales de lo femenino en el arte contemporáneo?
Bel Fullana: No suelo analizar mi trabajo desde teorías o conceptos específicos. Mi proceso es más intuitivo y prefiero dejar que sean los demás quienes lo interpreten. Si hay algo de camp o de reconfiguración de lo femenino en mi obra, surge de manera orgánica, sin una intención premeditada, y en este caso fue Núria Gómez Gabriel quien lo describió a la perfección. El arte contemporáneo, en general, está desafiando y reconfigurando no solo lo femenino, sino muchas de las expectativas tradicionales.
En tus pinturas aparecen muchas figuras femeninas exageradas, con un toque irreverente y lúdico. ¿Qué te interesa explorar con ellas?
Bel Fullana: El espíritu lúdico de estos personajes refleja mi rechazo al compromiso social y los juicios morales. Mi enfoque se basa casi exclusivamente en la estética, en representar la figura de la “basic bitch” como un arquetipo visual.
Vista instalación Miau Planet, exposición individual en Galería Fran Reus. Palma, 2021. Foto: Grimalt de Blanch
¿Cómo influyen las referencias a la cultura pop de los noventa en la construcción de tus personajes y en tu visión del feminismo?
Bel Fullana: En los 80 y 90, la cultura pop tenía un marcado “horror aesthetic”. Crecí viendo películas como El guardián de la cripta, Los Gremlins, Chucky, el muñeco diabólico o Los motorratones de Marte, donde los protagonistas solían ser mutantes o muertos vivientes, espeluznantes pero entrañables. También había personajes femeninos supersexualizados como Barb Wire, Showgirls o la novia de Chucky. De esa mezcla de referencias nacen mis personajes, que podrían ser el equivalente a una película de zombis sexys. Núria los denominó “feminoides”, una descripción muy acertada.
Vista detalle instalación Tractor Buddy Reshoot. Centro Cultural Malpaís, Barcelona, 2024. Foto: Cecília Coca
Aparte de lo pop, tus trabajos también capturan la energía de lo trash y lo kitsch. ¿De dónde viene esa atracción?
Bel Fullana: Creo que esta atracción nace de mis gustos personales, influenciados por mis preferencias musicales y estéticas. Tal vez siempre intenté alejarme de lo “normy”, especialmente por haber crecido en una familia que seguía un estereotipo de normalidad. En mi adolescencia, me sentía como la “niña bien” que salió mal, y eso me llevó a explorar estéticas más alejadas de lo convencional.
Vista instalación Cementery Head. Freight & Volume Gallery. Nueva York, 2024
Tu paleta de colores es intensa y vibrante, casi agresiva. ¿Cómo decides los colores en cada obra?
Bel Fullana: Más que una decisión consciente, los colores surgen de forma orgánica. Creo que mi proceso sigue ciclos, como si pintara por temporadas. Últimamente he estado utilizando mucho verde y púrpura, tal vez influenciada por tendencias estéticas, aunque sin darme cuenta. Sin embargo, en mis próximos trabajos planeo suavizar un poco el tono. De hecho, en mi última exposición, Cemetery Head en la galería Freight+Volume de Nueva York, utilicé colores más oscuros y apagados.
¿Tras esos colores brillantes hay crudeza en tu trabajo? Lo que es seguro es que también hay mucho humor. ¿Crees que el humor es una forma de resistencia en el arte?
Bel Fullana: No me tomo el arte demasiado en serio, nunca lo he hecho. Aunque el humor puede ser una forma de cuestionar lo establecido sin ser solemne, no lo utilizo con esa intención. Es algo que surge de forma espontánea, sin un propósito reivindicatorio.
Bel Fullana estudio 2023. Foto: Joan Servera
¿Cómo es tu proceso en el estudio? ¿Trabajas con una idea previa o te dejas llevar?
Bel Fullana: Hace unos años comencé a trabajar con ideas previas, principalmente porque la demanda aumentó y me obligó a ser más eficiente. Esto me limitó un poco, ya que echaba de menos dejarme llevar por el proceso. Las mejores pinturas que he hecho nacieron de ese fluir, dejando que la pintura tomara vida propia. Hace tiempo que no trabajo así, pero mi objetivo más inmediato es volver a hacerlo, aunque esto signifique tener menos proyectos.
Has expuesto en varias ferias y galerías internacionales. ¿Cómo fue el paso de trabajar en España a mostrar tu obra fuera?
Bel Fullana: El paso más significativo fue empezar a colaborar con Freight+Volume Gallery de Nueva York en 2018, con la que sigo trabajando actualmente. Esta colaboración ha sido clave para internacionalizar mi trabajo, pero no ha sido la única. El apoyo de la Galería Fran Reus también ha sido fundamental, ya que me ha movido por ferias internacionales como Untitled Miami, Kiaf Seoul o Art Rotterdam desde 2019. Mi primera colaboración internacional fue en 2012 con la galería Charlotte Fogh en Dinamarca, donde participé en varias ferias y exposiciones colectivas.
Vista instalación Miau Planet, exposición individual en Galería Fran Reus. Palma, 2021. Foto: Grimalt de Blanch
Recientemente, en la Semana del Arte de Madrid de este año, tu obra “Tiger Sky Ride” (2024) fue adquirida por la Colección Mer durante la Uvnt Art Fair 2025. ¿Qué significa para ti este reconocimiento?
Bel Fullana: Es un honor enorme saber que mi trabajo pasa a formar parte de una colección que lleva años apoyando el arte contemporáneo y que incluye piezas de artistas que son verdaderos iconos para mí, como Marlene Dumas o Julian Schnabel. Es fantástico que, además de estos grandes nombres, también respalden a artistas en crecimiento. ¡Estoy súper agradecida!
¿Cómo ves el panorama del arte contemporáneo en España para artistas jóvenes como tú y en general el mercado del arte?
Bel Fullana: Creo que el mercado del arte ha vivido años muy buenos, al menos según mi experiencia y la de amigos artistas y galeristas. Sin embargo, parece que últimamente ha sufrido un bajón, lo cual no me sorprende dadas las circunstancias actuales. Hoy parece más urgente invertir en un refugio de aislamiento que en piezas de arte.
Vista detalle instalación Tractor Buddy Reshoot. Centro Cultural Malpaís, Barcelona, 2024. Foto: Cecília Coca
Las redes sociales han cambiado mucho la forma en que el arte se consume y se difunde. ¿Cómo llevas tu relación con Instagram y el mundo digital?
Bel Fullana: Mi relación con Instagram es algo tóxica. Aunque lo odio e intento no usarlo mucho, sigo enganchada. En su momento me sirvió para crear conexiones, como cuando empecé a colaborar con la galería Piermarq* de Sidney después de que me contactaran a través de la plataforma, entre otras. Sin embargo, ahora siento que ya no tiene la misma efectividad. El algoritmo ha cambiado, o algo ha pasado, porque ahora solo me salen anuncios.
Vista instalación Xoxo group show, Galería Delimbo. Sevilla, 2024
Se dice que tu obra refleja una feminidad alienígena y monstrificada. ¿Qué significa para ti este concepto de “feminidad monstruosa” en el contexto de la cultura visual actual, especialmente en relación con la globalización y los ideales de belleza impuestos por los medios?
Bel Fullana: Lo ‘raro’, ‘feo’, ‘extraño’ o ‘freak’ ahora es trendy. Marcas como Balenciaga o Vetements han jugado un papel importante en este cambio, y me parece fascinante. Este interés por lo que antes se consideraba marginal o desagradable me inspira, y lo exploro en mi trabajo. Creo que esta tendencia refleja un deseo colectivo de romper con los estándares tradicionales.
Cemetery Head, 2024. Óleo y spray sobre lienzo
Para ir acabando, ¿qué artistas o influencias te marcaron más en tu formación y en tu manera de pintar?
Bel Fullana: Durante mis años de universidad, algunos de los que más me inspiraron fueron Marlene Dumas y Francis Bacon. Poco a poco, me empezó a llamar la atención un tipo de pintura más expresiva y desfigurada, como la de Jonathan Meese, que sigue siendo uno de mis artistas favoritos. Sin embargo, siempre digo que mi mayor influencia es el lenguaje plástico de los niños. Me encanta cómo pintan y crean; su libertad y espontaneidad son algo que intento capturar en mi propio trabajo.
Kobra Sky, 2023. Óleo, acrílico y spray sobre lienzo
Si no fueras artista, ¿a qué te dedicarías?
Bel Fullana: Antes de que me fuera bien con la pintura, trabajaba en la cafetería de un chiquipark y en comedores escolares. Aunque no lo planeaba, siempre acababa rodeada de niños. Ahora tengo tres ovejas-mascota, gallinas, una perra y un estudio en el campo. Si no fuera artista, o si algún día no me funciona lo del arte, creo que montaría una granja escuela o algo por el estilo.
Vista detalle instalación Tractor Buddy Reshoot. Centro Cultural Malpaís, Barcelona, 2024. Foto: Cecília Coca
¿Qué proyectos tienes en marcha ahora mismo? ¿Alguna exposición o colaboración que puedas adelantarnos?
Bel Fullana: Ahora mismo estoy trabajando con La Bibi Gallery, que se ha fusionado con la Galería Fran Reus. Este año quiero tomármelo con calma y no planeo tener ninguna exposición individual hasta 2026, ya que necesito tiempo para trabajar en ideas nuevas sin la presión de fechas límite. Mi proyecto es dedicarme a experimentar y disfrutar del proceso creativo sin prisas.
Metamorphosis, 2024. Óleo y spray sobre lienzo
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