Arquitectura industrializada modular y obra tradicional conviven en Fresnos, un hogar y espacio de trabajo resguardado entre los frondosos pinos del paisaje natural de la Sierra de Madrid. El proyecto es obra del estudio madrileño Delavegacanolasso, fundado en 2017 por los arquitectos Pilar Cano-Lasso e Ignacio de la Vega.
La trayectoria de los directores de Delavegacanolasso no puede entenderse sin Tini Living, la empresa de casas modulares personalizables que crearon en 2020. “Cuando los clientes querían hacerse una casa, su primera pregunta era ‘¿cuánto me va a costar?’. Una vivienda que todavía nadie sabía cómo iba a ser”, señala Cano-Lasso. “Entonces, empezamos a darle vueltas a la idea de crear un sistema con unas ‘reglas de juego’, que se pudieran mantener sin alterar, pero que generaran proyectos diferentes al combinarse. Como se nos ocurrió durante la pandemia, vimos la oportunidad de diseñar un prototipo, a modo de unidad, que se pudiera integrar fácilmente en el entorno natural. En aquel momento, todo el mundo quería salir de la ciudad”, recuerda.
Un hogar entre los pinos del valle de la Sierra de Madrid
Desde la puerta de entrada a la parcela de Fresnos, se contempla una interminable panorámica del boscoso paisaje de la Sierra de Madrid. La casa-estudio construida por Delavegacanolasso se asienta en un nivel inferior, al cobijo de la pendiente del terreno y la sombra de los pinos. Los arquitectos iniciaron el diseño desde el convencimiento de preservar la belleza del entorno. “Teníamos el reto autoimpuesto de mantener todos los árboles. No tocamos ninguno de los 45 pinos, así que contábamos con un jardín precioso desde el principio. Creemos que el arbolado natural ha de ser respetado al máximo. Poco sentido tiene el planteamiento, que se repite mucho hoy en día, de arrasar la parcela para construir la casa y, al terminarla, invertir una gran cantidad de dinero en crear un jardín”, subraya Cano-Lasso. Además, añadieron nuevos árboles como arces, ejemplares de liquidámbar y varias especies de frutales.
El proyecto de 142 m2 se divide en dos volúmenes independientes, uno para vivir y otro para trabajar, a los que se accede descendiendo por un sendero pavimentado con traviesas de pino y grava, dejando atrás la plataforma metálica reservada para aparcar los coches al nivel de la calle.
El volumen destinado al hogar es fruto tanto del trabajo en obra, como en taller. Un sistema mixto, perceptible desde el exterior. Y es que el blanco del muro de ladrillo, que delimita la zona de día, contrasta con el tono oscuro de la madera de los módulos tini®, que albergan la zona de noche. El diseño de la fachada está marcado por la gran ventana longitudinal que corona el muro, con una estética que bebe de las influencias del movimiento moderno, al igual que la cubierta plana.
Delavegacanolasso: Arquitectura creada a partir de módulos tini® y muros in situ
La vivienda cuenta con dos dormitorios y dos baños incluidos en dos módulos de 7,80 m de largo x 3 m de ancho. Y un espacio diáfano, que engloba la cocina, el comedor y el salón, comprendido por: “tres crujías más, que siguen dicha modulación, pero que se ejecutaron in situ con muros de ladrillo manual encalados. Pensamos que la manera de tocar el terreno lo mínimo posible era a través de un sistema industrializado. Pero, a la vez, queríamos incorporar la gracia y los matices de la obra tradicional. El contraste de lo actual y lo atemporal da una arquitectura rica, que mejora con el paso del tiempo”, explican los arquitectos.
En la fachada posterior, la casa se abre por completo al paisaje, a través de unos grandes ventanales por los que entra abundantemente la luz. Desde este lado, el volumen parece levitar sobre el terreno. La estructura se apoya sobre un muro de hormigón, que es además el punto de arranque del voladizo atirantado. La sensación de estar flotando es aún mayor en la terraza, que se prolonga a lo largo de toda la zona de estar como si quisiera adentrarse en la naturaleza.
El espacio de trabajo se ubica en otro módulo de 7,80 m x 3 m, completamente independiente, dispuesto en un ángulo aproximado de 45 grados respecto a la vivienda. “Nos gusta este gesto porque evoca las calles de los pueblos, donde en cierto momento los volúmenes se acercan estrechándolas para, a continuación, dar paso a la luz que las abre al llegar a la plaza”, afirman los arquitectos.
Materiales al natural como tributo al paso del tiempo
En el interior, los arquitectos se decantan por materiales de colores cálidos en tonos claros, consiguiendo una atmósfera luminosa y acogedora. Para el estudio, utilizan la madera de abedul, mientras que, en la vivienda, optan por el contrachapado de pino. Ambos en armonía con los suelos de piedra caliza. La decoración también se caracteriza por su paleta neutra, con puntuales piezas de mobiliario en color. Y para conseguir un buen rendimiento energético han escogido: “un sistema de climatización de suelo radiante refrescante con aerotermia, y lo hemos combinado con placas solares en la cubierta”, explica Cano-Lasso.
El equipo de Delavegacanolasso, especializado en arquitectura modular industrializada, comenta sobre este tipo de construcción que, en los últimos años: “Hay un crecimiento e interés evidente. Sin embargo, aún representa un porcentaje pequeño de las viviendas de obra nueva. Poco a poco, se va entendiendo mejor porque empiezan a existir empresas que proponen una alternativa al tipo de viviendas prefabricadas, un tanto cutres y poco cuidadas, que siempre se habían ofertado en España”, aseguran. Estaremos atentos.
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Créditos de Fresnos:
Arquitectura: Delavegacanolasso (Ignacio de la Vega + Pilar Cano-Lasso)
Ubicación: Madrid, España
Superficie: 142 m2
Año del proyecto: 2023
Construcción: tini / tiniliving.com
Fotografía: Paco Marín
