El estudio Sucursal Urbana nos abre las puertas de su casa. Para ellos, la realización del proyecto ha significado el cierre de una etapa. Un final feliz en la incesante búsqueda por todo Madrid de un local saludable, en el que asentar su hogar y espacio de trabajo.
Las premisas iniciales estaban claras: encontrar un local que fuese amplio y luminoso, de unos 120m2 de superficie, que se ajustase a un reducido presupuesto para realizar la reforma y, lo mas importante, que estuviese sano a nivel geoambiental. Tras una complicada búsqueda, que se alargó durante más de tres años, un local en planta baja situado en Alcobendas fue el elegido. ¿El resultado? Un proyecto sin artificios ni decoración superflua, que busca aunar belleza, salud y funcionalidad.
Un proyecto que busca el equilibrio
Este proyecto supuso para Sucursal Urbana un componente añadido de dificultad. No se trata de una reforma al uso a las que están acostumbrados Alejandra Calabresse y Julio Muñoz, ambos especializados en diseño y bioconstrucción. En este caso, el reto era mayor al tener que diseñar un espacio que acogiese su propia casa y espacio de trabajo. Por ello, debían ser capaces de encontrar un formato que les permitiese conciliar su vida laboral y personal.
Además de la dificultad que suponía diseñar su propia vivienda, quisieron que el proyecto contase con la máxima eficiencia energética y con materiales duraderos libres de tóxicos. La estrategia de Sucursal Urbana fue aprovechar al máximo las virtudes de los materiales seleccionados y restaurar muchos elementos encontrados en la basura o en tiendas de segunda mano. Consiguiendo un espacio equilibrado a nivel estético y funcional.
La importancia del estudio geoambiental
Otro acierto en el proyecto de Sucursal Urbana fue destinar tiempo y esfuerzos en encontrar un local que estuviese sano a nivel geoambiental. Para desarrollar el proyecto, se planteó inicialmente un plano de geopatías -lugares donde se concentran radiaciones elevadas de origen natural- para distribuir la vivienda de forma que los lugares de descanso tuviesen niveles de radiación muy bajos.
Con este planteamiento queda patente la importancia de las pre-existencias en el desarrollo de un proyecto exitoso. En este caso, además de ser un local con bajos niveles de radicación, tiene una excelente ubicación. Cuenta con dos fachadas, lo que asegura una gran incidencia lumínica en el interior, potenciada por una buena orientación solar: sureste y suroeste.
La belleza de los materiales en crudo
Uno de los materiales estrella en este proyecto es el ladrillo megatosco. El formato de las piezas permite tener menos juntas respecto al ladrillo tradicional y, además se ha colocado a junta continua para potenciar la verticalidad de sus llagas. Para no cargar visualmente el conjunto, se revistieron algunas paredes con mortero de cal, elaborado con arena fina para conseguir una textura más suave.
Por último, vale la pena mencionar otro elemento que otorga un confort especial a este proyecto. Se trata de la segunda piel que reviste todo el local. Mediante dos capas -la primera compuesta por 2cm de yeso proyectado con perliescayola y la segunda por un aislamiento térmico- se evitan las pérdidas térmicas y se optimiza el consumo energético.
Ficha técnica
Superficie: 113,96 m2 útiles y 121,57 m2 construidos
Año de realización: 2021
Autor: Alejandra Calabrese
Promotor: Alejandra Calabrese + Julio Muñoz Lorca
Constructor: Julio Muñoz Lorca
Presupuesto: 85.000 €
Estudio Geoambiental: Salud Geoambiental
Instalación eléctrica biocompatible: Oscar Morillo
Delineación y planos: Sergio Rodríguez Pedrero
Fotografía: Asier Rua
8 de febrero de 2022 a las 0:25
¿Se podría decir de todo este tipo de reformas/decoraciones que son de estilo “pobrismo ilustrado”?