Entre arcos y columnas, este restaurante cobra vida en el patio de una majestuosa casa palaciega del siglo XVI, situada a tan solo unos pasos de la catedral de Sevilla.
“El proyecto parte de un ejercicio de desvelamiento: descubrir las diferentes capas superpuestas llegando al origen para recuperar la huella perdida de las primeras trazas. Y, a partir de ahí, asentar los nuevos elementos, en una especie de palimpsesto arquitectónico donde pasado y presente se solapan”, detallan desde el estudio Lucas y Hernández – Gil, los arquitectos responsables de la reforma de Afuego.
Por una de las estrechas calles que recorren el casco antiguo de la ciudad de Sevilla, se accede a este restaurante emplazado en el interior de una casa palaciega del siglo XVI, que fue la residencia del militar y poeta Gonzalo Argote de Molina. A principios del siglo XX, pasó a formar parte de los Almacenes Peyre. El edificio fue, entonces, restaurado por el célebre arquitecto Aníbal González, principal referente de la arquitectura regionalista sevillana. En este proyecto de reforma, el mayor desafío ha sido, precisamente, “integrar las necesidades de un restaurante con cocina a la brasa vista en un patio sevillano cargado de historia. Entendimos este reto como una oportunidad que nos ha permitido dotar al espacio de una personalidad singular. Hemos aprovechado las fortalezas del contexto y respetado las capas de historia, trayendo a la intervención un lenguaje contemporáneo”, revelan los arquitectos.
La claraboya y el banco circular estructuran el espacio central de Afuego
El corazón del patio está presidido por una gran claraboya de fundición, que baña de luz natural el salón del comedor y lo aísla del exterior. El techo se refuerza con unos estilizados pilares metálicos, que contrastan con las antiguas columnas de mármol sobre las que descansan los arcos. En el centro del espacio, un nuevo volumen de color amarillo emerge como un banco circular. Su base está revestida con los mismos azulejos de cerámica esmaltada que adornan las barras de la cocina de brasas. “El banco central estructura las circulaciones y está inspirado en un elemento habitual en estos patios sevillanos: una fuente o el brocal de un pozo. Un pozo, que ahora inunda de luz la sala inferior, una coctelería, organizada alrededor de este óculo cenital”, detallan desde el estudio.
Y es que los 120 m2 de Afuego forman parte de un conjunto donde se encuentran, además, otros dos proyectos reformados por Lucas y Hernández – Gil. El restaurante El Pintón y la nueva coctelería Aníbal Club en la planta sótano, llamada así en homenaje a Aníbal González.
Las lámparas a medida y el mobiliario de Kresta Design realzan el interiorismo
La decoración surge de una ecléctica combinación de muebles y elementos de iluminación que van creando la identidad de los distintos ambientes. Desde lámparas clásicas, que aportan sutiles destellos de luz sobre las mesas laterales, hasta la imponente instalación lumínica, diseñada a medida, que corona el centro del comedor. Entre las piezas de mobiliario, destacan las sillas y bancos de la colección Augustine. Así como las butacas Fausto con brazos, tapizadas con terciopelo rosado, que los arquitectos han fabricado con su editora de diseño Kresta Design.
El pavimento está comprendido por baldosas hidráulicas, caracterizadas por un motivo circular central que brilla en un alegre tono amarillo. En cambio, para las paredes de yeso y los paneles de madera de los techos se ha escogido una paleta de tonos crudos que armoniza con las columnas originales. De esta manera, los arquitectos logran crear un deliberado contraste entre el edificio histórico y los principales elementos que definen la intervención contemporánea, donde el uso de vivos colores dota al restaurante de una atmósfera fresca y llena de dinamismo.
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Créditos de Afuego:
Arquitectura y diseño: Lucas y Hernández – Gil / Kresta Design
Arquitectos: Cristina Domínguez Lucas, Fernando Hernández – Gil Ruano
Equipo: Lucía Balboa Domínguez, Sara Urriza Nolan, Ana Heredero, Nerea Álvarez
Ubicación: Sevilla
Superficie: 120 m2
Fotografía: Juan Delgado
