Jerry Chu y Jimmy Choo, cosas que pasan cuando un diseñador independiente quiere registar su nombre como marca comercial y los abogados se la pillan con papel de fumar.
Parece ser que los abogados de Jimmy Choo están intentando invalidar el registro de la marca Jerry Chu en China por similitud sonora. Se trata de una acción legal proteger a la marca creada por el malayo Jimmy Choo Yeang Keat a finales de los 80 en Londres. Imagino que los abogados de la famosa marca de calzado lo que intentan es más justificar sus honorarios que proteger la imagen de Jimmy Choo. Porque creo que con este tipo de acciones generan más antipatías que simpatías, porque al final estas historias lo que hacen es perpetuar la eterna lucha entre David y Goliat. Y todos siempre queremos que gane David, el más débil.
En este caso es obvio que David en Jerry Chu (un nombre bastante común, solo en linkedin hay 148 perfiles registrados bajo esta denominación). Así que, ¿quién es el Jerry Chu del que hablamos? Se trata de un joven chino de 19 años que estudia moda en la Central Saint Martins de Londres. Su nombre real en chino es Xianjie Zhu, y por lo visto, según leemos en BoF, su padre le aconsejó hace un año que registrara su nombre en inglés, Jerry Chu, como marca en caso de que algún día quisiera lanzar su propio proyecto comercial -cosa que cada vez es más una quimera para cualquier diseñador, de hecho Jerry Chu si tan siquiera lo tiene en la cabeza-. Así que mejor hubiera sido para Jimmy Choo que sus abogados se hubieran ahorrado tomar cartas en el asunto y hubieran evitado que la fashion people internacional les ponga a caldo.
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De todas formas, no hay que negar que una movida como esta puede venir muy bien a un joven diseñador para poner su nombre en primera línea de la atención mediática. Aunque tampoco parece que el número de fans de Jerry Chu hayan aumentado en exceso en redes como Instagram, ni que los de Jimmy Choo hayan descendido. A estas alturas de la vida a la gente le da igual todo.
En realidad estos temas son muy habituales cuando vas a registrar una marca. A veces es el propio registro el que te tira un nombre comercial porque ya te avisa de que existe otro nombre parecido. Tampoco te creas que registrar un nombre comercial sea una panacea. Es toda una inversión, una pasta. Las cuotas van aumentando considerablemente en función de los países en los que lo quieras registrar, y en las categorías de productos en las que lo quieras hacer. Encima, los registros de una marca tampoco te protege de que alguien ajeno te robe el nombre para una web. Por eso tampoco se entiende este exceso de celo de ciertos abogados que se la cogen con papel de fumar.
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