Hace ya 10 años que Jaime Hayon realizó uno de sus primeros trabajos importantes de interiorismo. Fue en Madrid y cambió radicalmente el aspecto de uno de los restaurantes más emblemáticos de la capital: la Terraza del Casino. En este año 2017 vuelve a su ciudad natal para inaugurar el que hasta la fecha es uno de los proyectos de interiorismo más importantes de su carrera: el Hotel Barceló Torre de Madrid.
Jaime Hayon y el Hotel Barceló Torre Madrid: Reinventando lo Mediterráneo
Entre el Casino y el Hotel Barceló, Hayon ha trabajado en múltiples tipologías de espacios como joyerías, restaurantes, tiendas para Camper o para Lladró, museos y también hoteles como la habitación Room 506 en el Radisson Blu Royal Hotel de Copenhague. Si uno se fija en la ubicación de sus proyectos puede parecer que están esparcidos por el mundo de una forma intencionada: Nueva York, París, Ginebra, Tokio, Nueva Delhi, Madrid… Esto nos hace ver como Hayon se mueve en su salsa en un entorno internacional, aunque él viva con su familia en Valencia y tenga su sede creativa en esta ciudad.
Durante estos años podemos observar cómo ha evolucionado su trabajo sutilmente. Porque si algo tiene Jaime Hayon, es la capacidad de evolucionar suavemente, dejando recursos y adoptando nuevos sin que te des cuenta. Tiene una capacidad extraordinaria de unir todos sus trabajos mediante conexiones estéticas, que podríamos llamar «estilo».
El Hotel Barceló Torre de Madrid posee una característica que lo diferencia del resto de sus trabajos de interiorismo y es el color. Nunca había mezclado tal variedad de colores y nunca antes había podido utilizar tantas piezas producidas por terceros y diseñadas por Jaime Hayon. Mobiliario y luminarias que son el resultado de muchas colaboraciones de los últimos años con las mejores marcas del sector del hábitat en Europa. Algunos ejemplos: Fritz Hansen, &Tradition, Gubi, Arflex, Cassina, BD Barcelona o Parachilna. Una curiosa combinación de empresas donde las tres primeras son danesas, las dos siguientes italianas y las dos últimas españolas. Esto hace que el ambiente que se respira en el hotel sea una mezcla de estilo escandinavo con otros más mediterráneos.
La experiencia de Jaime Hayon en sus años en Fabrica hicieron de él un diseñador que sabe trabajar con los mejores artesanos para crear piezas con un detalle de acabado altísimo. Cada rincón del hotel ha sido cuidadosamente diseñado para crear escenas que mezclan una estética sofisticada con una comodidad luminosa y colorista. El resultado podría estar ubicado en cualquier ciudad o país del mundo, pero al encontrarse en Madrid ha querido personalizarlo con ciertos signos.
Cuando entras en el hotel te encuentras con un oso gigante rayado a modo de cebra con un sombrero de bronce, un guiño surrealista a uno de los símbolos de la ciudad. Más detalles que conectan con Madrid y también con España son las fotografías firmadas por el estudio Klunderbie. Imágenes que han sido comisariadas por el diseñador y que persiguen expresar la riqueza y diversidad de la cultura española. Tópicos iconos de lo español pero con una visión moderna, irónica y casi pop. Flamencas, abanicos, falleras o toreros son algunos de los motivos que aparecen en las fotografías de gran formato que decoran el hotel. Incorpora también pinceladas de humor con sus enormes máscaras de aluminio tubular en los grandes ventanales del hotel a modo rejas.
El Hotel Barceló Torre de Madrid ocupa las 9 primeras plantas de la Torre de Madrid, un rascacielos construido en 1957 que ha sido todo un símbolo del Madrid moderno, con 142 metros de altura y sus 34 plantas. En el segundo piso cuenta con el restaurante Somos, que tiene una carta de base española pero con toques peruanos, escandinavos y asiáticos. En el lobby también se encuentra la coctelería Garra, que tiene la estantería de bebidas más alta de la ciudad y que se va a convertir sin duda en un sitio de referencia para cócteles en la zona de Plaza de España. Con este proyecto, Hayon y el grupo hostelero español Barceló han dado a Madrid un motivo más para consolidar a la capital como una de las ciudades más valoradas por sus visitantes en los últimos años.
Fotografías de: Klunderbie