Jaguabilly presenta Los Pecados del Jagua, su primer álbum en solitario. Entrevistamos a este asturiano con alma de perro y sentimiento rockabilly
Jaguabilly y sus pecados… Los pecados del Jagua (Billy). Como si se tratara de un camino hacia la redención, Luis Martín lanza el primer trabajo largo de Jaguabilly, su proyecto musical en solitario. Un álbum fresco y con mucha actitud que está compuesto por una intro (necesaria para explicar el bombazo que viene después) y siete temas que representan cada uno de los siete pecados capitales aplicados a su propia vida. Un acto de valentía con el que Jaguabilly se abre en canal y nos dice “aquí estoy yo y he llegado para quedarme”. Entra en el teatral universo de Los Pecados del Jagua y empápate de su popurri de influencias que van desde Mueveloreina pasando por Justice o Bad Bunny… ¿El resultado? “música Jagua”, un nuevo estilo musical que fluctúa entre el hip hop, el trap, la música latina, los ritmos ochenteros y por supuesto el estilo rockabilly. Hablamos con Luis, mejor dicho a su alter ego, Jaguabilly, para que nos explique esta locura con la que estamos seguros que va a conquistar vuestro lado más pecador.
Jaguabilly – Los Pecados del Jagua
Nombre completo: Luis Martín.
Lugar de nacimiento: Gijón, Asturias.
Lugar de Residencia Actual: Bilbao, Bizkaia.
Signo del Zodiaco: Géminis.
Lo que más te gusta en el mundo: Comer solo en el restaurante chino de mi barrio.
Lo que más odias: Que me tomen por tonto.
Fotografía: Kuery Konig
Cuéntanos, ¿Quién está detrás de Jaguabilly? Bueno, nací en Gijón, en 1997. Fui prematuro porque tres días antes de nacer hubo un terremoto bastante gordo y por lo que se ve agitó mucho a los bebés de aquella. Me gustaría pensar que por eso he sido siempre una persona bastante inquieta. A los 8 empecé clases de piano y con el paso de los años y de manera autodidacta me fui entregando a la música y a otros instrumentos hasta empezar hace tres años a producir música con el ordenador. No me aceptaron en el conservatorio; así que seguí por mi cuenta. No me cogieron en un principio en la facultad a la que quería ir y acabé, también de rebote, en Bilbao. Doy gracias todos los días a que no me aceptaran ni en el conservatorio, ni en el instituto ni en Oviedo, ya que gracias a eso, soy hoy la persona que soy, conozco a la gente que conozco y existe Jaguabilly.
¿Cómo surgió la idea de crear Jaguabilly? ¿Es tu primer proyecto musical? Pues comencé este proyecto en verano de 2018. Estaba pasando una época complicada de mi vida, con mucha ansiedad, a la que añadía la frustración de no seguir haciendo música ni escribir desde el último proyecto que había tenido. Después de un año aprendiendo a producir con el ordenador me decidí por empezar algo nuevo y fresco; necesitaba alguien o algo que me sacara de ese agujero en el que me estaba metiendo y mi solución fue crear un alter-ego. En cuanto a si es mi primer proyecto musical, no. Anteriormente he tenido un grupo, Ruta (on the road) con el que grabé una maqueta a los 18 años (está en YouTube) y he tocado también como sustituto o en grupos improvisados.
¿De dónde viene el nombre de Jaguabilly? En 2018 quedaba mucho con Chiara y Nikole, unas amigas paraguayas y una vez estando en su casa, Nikole mencionó la palabra Jagua, que utilizaba para referirse a un perro de peluche que tenía. Jagua significa perro en guaraní y dadas las influencias latinas del proyecto me pareció que era una palabra que encajaba muy bien. Añadí el “-billy” porque en la adolescencia tuve una época en la que no escuchaba otra cosa que rockabilly. Al fin y al cabo, quería juntar algo de mi yo anterior y el de ahora en una misma palabra, para decirme algo como “camina hacia delante, pero sin olvidar el pasado; no lo arrastres como una carga si has hecho cosas mal, asúmelo como una lección y aprende de ello”. Eso es el Jagua. Sin olvidar el Billy, claro.
¿A qué te dedicas a parte de la música? Pues ahora mismo soy estudiante de 5º de medicina en el Hospital Universitario de Cruces, me queda el año que viene de prácticas. Los fines de semana trabajo en Jägermeister de animador en locales, bares y festivales. Si has estado en el último BIME, Madrid Salvaje o Tsunami Gijón, seguramente te haya dado de beber.
Fotografía de portada x Gómez Selva / Diseño x César Tiscar
¿Cómo definirías exactamente tu estilo musical? Lo fácil sería decir “música urbana” porque al final es la onda que ahora mismo engloba todo, como lo fue la palabra rock en la segunda mitad del siglo XX. Siendo un poco más concretos; depende del tema. Sí que es verdad que oscilo entre el hiphop y el trap como base, a los que añado influencias de música latina, sintetizadores ochenteros, en algunos temas guitarras… Pero considero que lo más característico a nivel de producción son dos cosas: la manera de cantar, muy al estilo rockabilly (modulando mucho la voz, con gallos…) y las trompetas.
¿Qué es lo que la gente se va a encontrar al escuchar tu nuevo álbum “Los Pecados del Jagua”? Siempre le digo a mi gente que quiero que mi música sea como Los Simpsons; los puedes ver tranquilamente y pasártelo bien o explicar una clase de filosofía solo con sus referencias. Es decir, si escuchas esta mixtape lo más probable es que, en un plano superficial, te animes porque en general los temas se tintan de un color animado y bailable, pero si analizas las letras hay un plano más profundo en el que trato de hablar sobre temas que considero importantes; en este caso, errores que he cometido conmigo mismo y con mi entorno (de ahí que sean los pecados del jagua).
“Siempre le digo a mi gente que quiero que mi música sea como Los Simpsons; los puedes ver tranquilamente y pasártelo bien o explicar una clase de filosofía solo con sus referencias.” Jaguabilly
Fotografía: Gato Negro
¿Es complicado arrancar un proyecto musical hoy en día? ¿Qué dirías que es lo más importante que necesitas para hacerlo? Vivimos en una época dorada en cuanto a la grabación y producción. Con bastante menos pasta que hace 30 años, puedes montarte un estudio en casa y con trabajo y horas poder hacer un producto decente; dependemos mucho menos de las discográficas, antes las únicas que podían pagarte un disco; la digitalización nos ha llevado a la equidad y a la igualdad de oportunidades. Pero, personalmente, considero que mi generación está acostumbrada a tener las cosas al momento y se frustra muy rápidamente por no conseguir objetivos a corto plazo; error.
¿Cómo haces para producir y grabar tus canciones? ¿Lo haces solo o tienes un equipo detrás? Este disco lo he producido, grabado y mezclado con mi productor y amigo, Rubén G. Mateos. Lo que son las letras y la mayor parte de las bases las hago yo en mi casa. Luego voy al estudio con Rubén y pulimos cosas: igual esta parte está muy saturada, me encajaría mejor un bajo más oscuro… Y cuando ya está todo en su sitio grabamos y le acompaño mientras mezcla para darle mi opinión y encaminar lo técnico al gusto creativo, aunque indudablemente Rubén ha aportado mucho con su experiencia.
Fotografía: Gato Negro
“Considero que mi generación está acostumbrada a tener las cosas al momento y se frustra muy rápidamente por no conseguir objetivos a corto plazo. Error.” Jaguabilly
¿Los nombres de las canciones que componen tu nuevo álbum tienen algún significado? Esta mixtape tiene una Intro más siete temas (en referencia a los pecados capitales): Cuchillo, El Momento, Niro, Damasco, Chilling in the name of, Vulnerable y Tabús. El punto común de todas ellas es que hablan sobre mis “pecados”, errores cometidos en el pasado y sobre los que reflexiono, además de incidir en lo que ha supuesto para mi la transformación de esta palabra. Digamos que ha sido parte de mi terapia personal. Cuchillo habla sobre el autoestima. El Momento es una colaboración con mi amiga Adriana Proenza, a la que admiro mucho, me parece una pedazo de artista. Canta como los ángeles y no se rinde nunca; ha tenido paciencia por hacer las cosas. Y precisamente de eso habla este tema, de la paciencia. Niro es el meme de esta mixtape con la imitación al doblador de Robert DeNiro (Ricardo Solans) en El Cabo del Miedo. El mensaje es claro: hay que estar orgulloso de lo propio pero con humildad, no dejarse llevar por las opiniones de los que no aportan nada y currar, currar y currar por lo que quieres. Damasco es una colaboración con otra colega, Welvicha. En ella hablo sobre la bisexualidad y salir del armario. Chilling in the name of es una reflexión sobre la culpabilidad. Vulnerable por otro lado es una carta de perdón. Tabús es un ataque directo a los roles de género, sobre todo desde el punto de vista masculino. Si pasamos a escuchar la Intro de nuevo y teniendo en cuenta todas las reflexiones a modo de flashback, nos situamos en el presente.
Fotografía: Kuery Konig
¿Cuáles son tus principales referentes musicales? Escucho de todo. Pero grupos que me han marcado en los últimos años son BROCKHAMPTON (los conocí por César, mi diseñador gráfico), Calexico (les vi por primera vez en 2015 e “Inspiración” es la canción que quiero que suene en mi funeral) y Justice (les vi en el BBK de hace 3 años y acto seguido me escuché toda su discografía en profundidad), además de Daft Punk, Caravan Palace, Javier Krahe, Stray Cats, Quique González… he tenido muchos referentes y muy variados.
¿Qué estás escuchando ahora mismo? A nivel local, DouleurDolor. Hemos empezado a publicar casi a la vez y la verdad que tanto Caballos negros como Mercedes me parecen temas muy frescos, tengo ganas de ver como evolucionan. A nivel nacional, sigo fehacientemente a Mueveloreina y últimamente me he enganchado mucho a Pantocrator (son geniales). A nivel internacional le estoy dando a lo último que ha sacado Caravan Palace y esta cuarentena me he fundido los dos discos que ha sacado Bad Bunny.
Fotografía: Gato Negro
¿Te apoya tu entorno en esto de la música? ¿A quién le dedicarías tu discurso de agradecimientos si ahora mismo te dieran un Grammy? Sí, me apoyan muchísimo. Si se diera el caso, en primer lugar a mi familia y amigxs cercanxs por el apoyo e ilusión que han puesto conmigo siempre; a César por ser mi diseñador gráfico y a Rubén mi productor. Haría una especial mención también a Kris II, quién me puso un micro en la mano y me apoyó cuando estaba todo muy verde (y a Trini por presentármelo), a Elías, al que le debo la entrevista del curro con el que he podido pagar este disco y a Zubero y a todxs mis compis de curro con el gran jefe ciervo por amenizar los días y noches de curro.
¿Cuál es el siguiente paso de Jaguabilly? ¿Te gustaría dedicarte por entero a la música? De momento me queda el año que viene de prácticas en el hospital para terminar la licenciatura. Voy a aplazar un año el presentarme al MIR, así que entre sexto y ese año quiero tirar de Jaguabilly para arrancar el proyecto del todo. Ser voy a ser médico seguro, ni lo dudo. Pero ahora soy joven y si se me presenta una oportunidad para estar unos años con esto, sería tonto si no la cogiera.
Fotografía: Kuery Konig
¿Cómo te ha afectado personalmente el confinamiento? ¿Cómo te gustaría que fuese el mundo después del coronavirus? Pues lo he pasado solo en mi piso de Bilbao. Al principio muy bien, pero luego estuve un mes bastante bajonero. A partir de ahí fui remontando y creo que he salido con bastante fuerza y estabilidad emocional de esta. ¿En cuanto al mundo? Ser un poco más conscientes de que de un día para otro todo se puede ir todo al pairo y paralizarse todo. Los días antes de la cuarentena estaba bastante estresado por mil cosas y me he dado cuenta de que necesitaba parar para tomar un respiro. Gracias al parón he podido concebir con más perspectiva este proyecto y organizarlo mejor.
18 de junio de 2020 a las 13:26
ESTE JAGUA PROMETE. LLEGARA MUY LEJOS JAGUA JAGUA JAGUA JAGUABILY ES