El Hotel Seventy Barcelona organiza una serie de encuentros artísticos “BelowThirty” (menos de treinta) para dar a conocer el arte emergente. Este es el caso del artista catalán Iván Forcadell (Alcanar, Tarragona) y su muestra que se puede visitar hasta el 14 de enero.
Un artista circunscrito a mitad de camino entre el camp, el grafiti, el pop art y la distopía retrofuturista envuelto en una pátina de lo más kitsch, Forcadell reivindica sus raíces rurales desde su realidad milenial.
Centrado en la pintura, la escultura y la instalación, su última propuesta anticipa la experimentación con nuevos soportes como el videoarte y el performance. Y es que a aus vientiseis años Iván Forcadell cuenta ya con un recorrido, en el que su identidad, sus obsesiones y su afán de perfección encierran las claves para entender una tendencia que él abandera; el Art Brut.
Entrevistamos a Iván Forcadell, artista amante del surrealismo, del Object Art, o del Modernismo. Creador autodidacta y formado en el diseño que sueña con viajar al pasado, se declara perfeccionista y obsesivo, se emociona al escuchar la Llorona de Chavela Vargas y afirma que el elemento que hace avanzar su obra es su afán por experimentar.
Te consideras rompedor, transgresor y con una personalidad muy fuerte. ¿Cómo se traducen estas características en términos de autoría?
No me considero que sea rompedor ni transgresor simplemente intento ser sincero conmigo mismo y con todo lo que me rodea. La personalidad fuerte sí que es una cosa que me acompaña siempre y creo que es necesaria para este tipo de trabajo. Es verdad que a veces me paso de intenso, pero es una cosa inevitable.
Entonces, ¿qué es ser rompedor en el escenario artístico actual?
Desde mi punto de vista, como he mencionado antes, es simplemente ser sincero y observar todo lo que pasa en todos los campos. Creo que para ser “rompedor” como tú dices, no tienes que pensar en eso, es el resultado de un proceso y obviamente crear cosas con concepto y contenido.
¿Y en qué afecta a los resultados?
En unas obras o piezas de estética poco habitual pero con un fuerte concepto detrás. Intentando siempre hacer reflexionar a los espectadores.
Provienes de una zona semiurbana, semirural, un lugar fuera de los circuitos turísticos. ¿Cómo influyeron los paisajes del Bajo Ebro en tu expresión artística?
En la funcionalidad, crueldad y descaro de los conceptos y la propia forma de expesarme.
A menudo has hablado sobre el niño que fuiste; la mirada infantil que parecía que lo veía todo por primera vez. ¿Qué queda de aquello?, ¿qué rescatarías de esa etapa inaugural?
Creo que era un recurso con en el que me sentía cómodo, era rizar el rizo desde mi zona de confort, sonará a proverbio pero no era difícil trabajar en aquello, era estirar, recordar mi pasado y plasmar. Ahora es todo mucho más complejo y a la vez mucho más satisfactorio.
El Arte de experimentar. ¿Experimentar puede ser un fin artístico en sí mismo?
Experiementar es arte en todo su esplendor, y creo que el mundo va en ese sentido.
¿Qué relación mantienes con las tendencias y los artistas de tu generación?
Las tendencias nos acompañan siempre, forman parte de nosotros, aunque la gente lo niegue porque estamos estimulados por ellas todo el rato. Los artistas de mi generación comparten todo mi respeto como compañeros de pasión que somos, obviamente soy más afín con unos que con otros.
En tu obra advertimos una utilización de los colores y las formas que nos remiten al universo Pop Art, algo que tú mismo reivindicas y que incluso has redefinido, el Pop Brut, ¿cómo definirías este extremo?
Creo que mi momento pop art forma parte de mis inicios, creo que llamar pop art a lo que hacía seria insultar a los artistas que trabajan en este estilo, ya que hacía un seguido de “cosas” con colores con más bien poco sentido, cosa que me sirvió como entrenamiento para coger técnica, pero poca cosa más. El art brut, es un concepto con el que me siento más identificado por ser el arte de la no escuela, el arte marginal, un arte de supervivencia.
¿Crees que todos los artistas son sucesores, deudores o herederos de otros?
Todos absolutamente todos, menos los hombres de las cavernas (esos fueron los pioneros). Todos los otros desde el más potente hasta los que no sabemos nada (aquí servidor) nos empapamos, robamos y nos inspiramos de lo que nos gusta y nos interesa.
Utilizas distintos formatos y soportes para expresar ese universo que nos sumerge en colores post hippies, en el graffitie urbano, en ensoñaciones tropicales y en coqueteo con el mundo camp. ¿A dónde nos lleva tu nave?
Creo que decir cualquier cosa aquí, sería mentir.
El arte siempre ha estado siempre impregnado de un componente de compromiso con la actualidad, ¿qué desafíos sociales haces tuyos, te movilizan?
Tampoco puedo acotar esta pregunta, ya que cada día descubres nuevos colectivos, o situaciones impensables, lo que sí que es verdad es que cada vez me estoy volviendo más social y tocapelotas.
¿Cuáles son tus ensoñaciones más erráticas y vibrantes?
Diseñar o proyectar una iglesia o alguna cosa similar (actualizando todos los conceptos que la forman).
¿Y tus delirios más insospechados?
Tengo muchos y mientras escribo esto aparecen más, entonces diré lo que se me acaba de ocurrir ahora: diseñar mausoleos.
Toda esta experimentación iniciática te ha llevado a un punto de no retorno. Describe este momento.
Llamadme cateto (que lo soy) pero he tenido que buscar lo que significa esta palabreja, y bueno la verdad que es maravilloso hacer de tu pasión tu profesión y me paso los días de aquí para allí, y cuando tengo un rato de relax que son pocos, me pongo a diseñar objetos. Y si quizás sea un poco workaholic…
Cuéntanos tus planes. ¿Dónde se dirige tu nave?
Donde me hallaré me encontraré.
Iván Forcadell
Seventy Barcelona, Còrsega, 344
Hasta el 14 de Enero
Entrevista: Jaume Amills