Iterare Arquitectos y su intervención mínima escolar

Iterare Arquitectos diseña la ampliación de la escuela infantil de Aguas Nuevas en los alrededores de la ciudad de Albacete.

El proyecto del estudio dirigido por los arquitectos Rubén Gutiérrez y Pedro Ponce (activos en Valencia desde 2014) se apropia del lenguaje minimal para integrarse en la morfología urbana de Aguas Nuevas, uno de los poblados de colonización creados durante el franquismo para repoblar los territorios rurales.

Iterare Arquitectos y su intervención mínima escolar

El principal medio de vida de los 2.000 habitantes que residen en Aguas Nuevas continúa siendo la agricultura. El pequeño pueblo, original de la década de los sesenta, se encuentra a tan solo ocho kilómetros de la ciudad de Albacete. Es uno de los 300 poblados promovidos por el Instituto Nacional de Colonización, que se construyeron en España entre los años 40 y 60 para favorecer la repoblación de las zonas rurales poco productivas. El objetivo principal era reactivar el sector agrícola transformando las tierras de secano en zonas de regadío fértiles destinadas al cultivo intensivo.

Como es común a todos los poblados de colonización, la estética urbana de Aguas Nuevas se caracteriza por la homogeneidad de sus fachadas de poca altura pintadas en blanco. Presenta un entramado de edificaciones residenciales organizadas en torno a una gran plaza ubicada en el centro del pueblo. Presidida por la modesta monumentalidad del ayuntamiento, la iglesia y la torre del campanario. En este contexto urbano, el equipo de Iterare Arquitectos realiza la ampliación de la escuela infantil. Fieles a un modo de proyectar sin artificios, basado en la reinterpretación de las formas elementales presentes en el entorno.

Iterare Arquitectos y su intervención mínima escolar

Iterare Arquitectos en Aguas Nuevas: aproximaciones hacia la atemporalidad

El nuevo espacio se alza sutilmente entre las dos edificaciones colindantes de una planta, despojado de todo ornamento. Un ente completamente blanco, comprendido por dos volúmenes coronados por una cubierta plana a distintas alturas. El volumen más bajo y estrecho aloja las zonas de acceso y servicio a la vez que sirve de conector entre la ampliación y la construcción preexistente de la escuela. Y un segundo volumen, de mayor tamaño, que acoge el gran nuevo aula creado para la educación de los niños.

Iterare Arquitectos y su intervención mínima escolar

Iterare Arquitectos y su intervención mínima escolar

Pureza espacial entre dos patios

La nueva fachada principal luce un diseño opaco, perforado únicamente por el hueco de la puerta de entrada de cristal transparente. Y amueblado por un banco corrido, donde los padres pueden sentarse mientras esperan para recoger a sus hijos. Para contrarrestar la reducida dimensión de la fachada, el volumen potencia su profundidad con la incorporación de dos patios. Uno delantero, provisto de vegetación, que a pesar de dar a la calle, no se percibe desde el exterior. Los arquitectos lo han camuflado detrás del muro, que oculta el retranqueo de la fachada principal, para dar mayor privacidad al edificio. Y en la parte trasera, un patio duro protegido por un alto muro, que habilita una zona de recreo exterior segura para los niños.

Iterare Arquitectos y su intervención mínima escolar

Iterare Arquitectos y su intervención mínima escolar

Dentro de la escuela, las paredes y el suelo conservan el blanco de la fachada dibujando un interior neutro y diáfano, idóneo para que los niños puedan jugar con tranquilidad. El aula cuenta con techos especialmente altos, a fin de lograr un espacio bañado por la luz, que entra abundantemente desde los patios a través de los grandes ventanales.

Iterare Arquitectos y su intervención mínima escolar

Iterare Arquitectos y su intervención mínima escolar

A fin de garantizar la seguridad de los pequeños, los arquitectos han potenciando las conexiones visuales en los espacios interiores para que todos los rincones sean perceptibles desde múltiples ángulos. Y para proteger de la incidencia directa del sol la fachada posterior orientada al sur, el equipo ha diseñado un voladizo que aporta, al mismo tiempo, grandiosidad a la humilde escala del edificio. Un proyecto en donde la máxima expresión es fruto de la mínima intervención.

Iterare Arquitectos y su intervención mínima escolar

Iterare Arquitectos y su intervención mínima escolar

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Créditos de la escuela infantil de Aguas Nuevas
Arquitectura: Iterare arquitectos
Equipo de proyecto: Andrés Gómez y Beatriz Santa-Cruz
Año de finalización: 2023

Fotografía: David Zarzoso