Parecía que en el fascinante universo de la fotografía habíamos explorado todas las posibilidades, sin embargo, de vez en cuando, nos sorprendemos con productos innovadores que rompen con lo convencional. La Instax Pal es un ejemplo de esta nueva ola de creatividad que se aventura en territorios desconocidos y emocionantes.
Fujifilm ha lanzado la nueva Instax Pal. Una cámara realmente novedosa que combina lo analógico con lo digital. Un producto que literalmente cabe en la palma de tu mano y que puede ser el centro de atención en las reuniones familiares o con amigos. Gracias a sus características puede ser el aliado perfecto para que los momentos más memorables no pasen desapercibidos. Poner ese audio de tu amigo que tienes guardado en favoritos y que tanta gracia te hace como sonido al sacar una foto o emular a un intrépido reportero ahora es posible con esta nueva cámara. Una cosa es segura: la diversión y los buenos momentos van a estar garantizados.
Instax Pal, la cámara idónea para no dejar pasar ningún momento
Después de estar un mes con la cámara os voy a contar cómo fue mi experiencia con esta maravilla. Tanto mis impresiones, mis conclusiones y qué me ha gustado más.
Sin duda, lo que más me ha llamado la atención es su tamaño. Me ha recordado a los Tamagotchi de hace unos cuantos años. Ese tamaño que permite que podemos utilizarlo en cualquier momento y en cualquier lugar.
La que tengo es en color verde pistacho que me encanta. Un tono muy agradable. Hace justicia el color que se muestra en la web respecto al que llega a casa. Si no se es muy fan de este color también se puede conseguir en negro, azul, blanco y rosa.
Mis amigos Clara y Rubén me quitaron la cámara para hacerse esta maravilla de selfie
Es una cámara que cabe en el bolsillo de pantalón o que puedes llevar atada a tu cintura. Pero yendo más allá, me preguntaba si realmente la llegaría a usar antes que mi propio iPhone.
Cuando estaba leyendo sus características me generaron algo de dudas sus 4,9 megapíxeles. Sinceramente, no sabría por qué usaría la Instax Pal antes que mi móvil.
Y así es, mi enfoque no podía estar más equivocado. Las ventajas de la Instax Pal van mucho más allá. Lo que más me ha enganchado de la cámara es que no me tenía que preocupar de medir la luz, el ISO o la exposición. La propia Instax Pal hace todo. Sólo me tenía que preocupar de enfocar y disparar. Me ha venido muy bien porque nunca he sabido ajustar correctamente el ISO en la cámaras, por lo que me ha sido de gran ayuda.
El objetivo de captar la naturalidad
En el tiempo que estuve probando la Instax Pal tendía mucho a comprarla con el iPhone -o cualquier otro smartphone-. Me he percatado de que es mucho más fácil capturar un momento concreto con la Instax Pal. Me explico: cuándo estás con los amigos en una cena y le pides a alguien que os haga una foto siempre se repiten las mismas poses y la misma expresión. Por no mencionar el tiempo que lleva ajustar el brillo, el zoom, el encuadre… A veces me preguntaba cuándo habían aprendido de fotografía.
En definitiva, al final tenemos una colección de fotografías de cena donde todos tenemos las mismas poses, la misma mirada y los mismos gestos. Sólo cambia donde nos sentamos en la mesa a la hora de cenar. No es un momento único. He aprendido que con la Instax Pal es mucho más fácil captar momentos de imprevisto y espontáneos. En un momento donde todo el mundo estaba riendo, la sacas y ¡pum, a disparar! Porque ya se sabe el dicho de que una foto que te pilla de imprevisto es mejor. Nadie se da cuenta que tienes la Instax Pal en la mano, y hacer el disparo es muy sencillo. Es por esto que la Instax Pal gana puntos, porque es mucho más fácil captar la naturalidad.
Combinación entre lo digital y lo analógico
Tenía muchas ganas de probar el modelo Instax Pal, ya que es la primera que no imprime al instante. Pero no por ello se esfuma la opción de poder imprimir. Siempre he vinculado a Instax y a sus modelos como cámaras analógicas por el tema de la impresión al instante.
Aun así, debo reconocer que han sabido adentrarse muy bien en el universo de las redes sociales. Todo lo que se compra de Instax es muy instagrameable, por lo que también tienen un componente digital. A la hora de analizar la Instax Pal combina muy bien los dos universos, el analógico y el digital.
Hablemos primero de la parte más analógica. El proceso de hacer fotos es realmente sencillo. Sabemos que la cámara está encendida porque la parte superior se ilumina y emite un sonido que querrás imitar. Es ahí cuando ya podrás apretar el disparador. Una vez hecha la foto se envía a nuestro smartphone para poder ver qué fotos hemos hecho.
Sé que si hablamos de Instax hay que hablar de la impresión de fotos. Es lo que buscamos todos cuando acudimos a Instax. Con el modelo Pal también es posible. Eso sí, se requiere una impresora de la serie Instax Link que se vende por separado. Una vez que la tengas en tus manos basta con seleccionar una foto y pulsar en imprimir. No hay más misterio.
Para ver las fotos basta con que nos descarguemos la aplicación de Instax Pal y vinculemos por Bluetooth los dos dispositivos. Otro punto que me ha sorprendido mucho es que en el tiempo que he tenido la cámara no he tenido ningún fallo de conexión y nunca se me ha desvinculado.
Instax Pal, el objetivo de crear momentos memorables
Soy muy fan de hacer las fotos y no saber el resultado al instante. Me recuerda a cuando era pequeño y tenía la típica cámara desechable que funcionaba con un carrete y después tenía que ir a revelar las fotos. En esta ocasión no tengo que esperar tanto tiempo, basta con irme a la app del móvil para verlas en 30 segundos. Pero la incertidumbre de saber cómo habrán salido sí que está ahí. Además, la posibilidad de poder ver las fotos en la app y poder borrarlas hace que no necesite una tarjeta Micro SD para ampliar el almacenamiento.
Sabía que Instax ya ofrecía modelos híbridos que imprimían fotos. Por eso me preguntaba cuál sería exactamente la razón de ser de Instax Pal. He llegado a la conclusión que Instax Pal no pretende cubrir una necesidad. Su objetivo es ser una cámara divertida, de ser la causante de crear un momento especial, único.
Tiene todos los ingredientes para ser el centro de atención en una reunión con amigos o con los más pequeños de la casa. Por ejemplo, decidí llevar la cámara a una cena con mi grupo de amigos y así aprovechar las características de la cámara, sobre todo la opción de grabar tus propios efectos de sonidos o audios personales.
Es de lo más divertido. Decidí grabar desde casa un par de audios con alguna coña que tenemos en el grupo a través del móvil para que al hacer la foto saliese ese sonido. La sensación que tuvieron al escucharlo fue una mezcla de asombro, de ver cómo les estaba vacilando y de querer coger la cámara para probarlo por ellos mismos. Sin duda que cumple el objetivo de hacer reír.
Una cámara novedosa a la par que divertida
Ya ha quedado un poco atrás eso de tener que decir patata antes de una foto. Mi amiga Irene quedó encantada con este gadget. Se quedó fascinada con la posibilidad de poder imitarnos y así desarrollar su faceta de humorista frustrada.
Además, para la gente adicta a las redes sociales también es un puntazo. Una vez hecha la foto pueden echar un rato largo eligiendo el filtro que más le guste. Una misión un tanto complicada ya que tienen que elegir uno entre los 18 posibles. Al final para los adeptos a este tipo de fotos es una odisea porque también pueden elegir el tamaño de la imagen a imprimir.
El siguiente experimento que hice fue en un cumpleaños familiar. Le dejé la cámara a mi sobrina pequeña con el anillo de múltiple uso con el que puede usarlo tanto de objetivo como de cuña para emular a un trípode.
La evolución que sufrió fue asombrosa. Había dejado de jugar con el iPad para convertirse en toda una reportera. Puso el visor encima de la cámara y lo utilizaba como su fuera un teleobjetivo propio de los documentales de animales. Se tumbaba en el suelo, guiñaba un ojo y disparaba. Por momentos pasó de ser una valiente reportera que buscaba hacer grandes fotos a una paparazzi que se escondía debajo de la mesa para hacernos fotos a traición.
Por otro lado hay que mencionar la durabilidad de la cámara. A nuestra pequeña intrépida reportera se le cayó la cámara un par de veces y sobrevivió sin problemas.
Mi amiga Irene preparada para su monólogo humorístico
Una cámara que va más allá de hacer fotos
Está claro que la Instax Pal es una gran cámara para captar los pequeños momentos. De reírte con tus amigos, subir las fotos a redes sociales, imprimirlas para colgarlas en la pared de tu casa o pasar un gran rato con los pequeños de la casa.
Sinceramente, es una buena forma de establecer un vínculo con los niños. Dejando atrás la cámara del móvil, puede que sea su primer contacto con la fotografía más tradicional. Es una buena ocasión para enseñarles cómo era la fotografía hace unas décadas. Nos hemos acostumbrado a tenerlo todo al momento, a la inmediatez. Es cierto que no tienes que acudir a una tienda a revelar las fotos, pero es una buena oportunidad de contarles cómo era todo antes de que llegaran los móviles y todos los productos digitales.