Vista de la Villa Noailles desde el jardín principal
HYÈRES 2014, CAPITAL INTERNACIONAL DE LA CREATIVIDAD x Mario Canal
Una año más, y van 29, la pequeña localidad de Hyères –situada entre Niza y Marsella, en la costa azul francesa-, se ha convertido en la capital mundial de la creatividad. Sin exagerar. Cada año, en primavera, escalan la colina sobre la que Mallet-Stevens alzó una villa constructivista para los condes de Noailles los profesionales más avanzados no sólo del mundo de la moda, sino de la imagen y la creatividad en general: editores, fotógrafos, galeristas, diseñadores, artistas, músicos…
Imagen de la exposición del artista Jen-Michel Betin
Todos traen su mejor sonrisa. Dejan atrás las preocupaciones y sus smartphones, los modos estirados, invernales y fríos que abundan en el mundo de la moda y se dejan acariciar por la brisa marina, por el sol mediterráneo, por la energía de este lugar y de todo lo que en él se propone durante un largo fin de semana: exposiciones, desfiles, cócteles, coloquios, más cócteles, conciertos, performances, otro cóctel, encuentros, contactos. Sobre todo esto último: contactos. Las tarjetas de visita corren de mano en mano y todo el mundo se interesa por lo que hace su fugaz interlocutor. Algo inaudito en otro contexto que no sea el de Hyères.
«Yo tenía 20 años y como buen joven de provincias interesado en la moda sólo tenía acceso a este mundo a través de las revistas», explica Jean-Pierre Blanc, director y fundador del festival. «Había estudiado comercio y encontraba injusto que el negocio de la moda no estuviese organizado a un nivel en el que los profesionales y los jóvenes pudiesen encontrarse. De ahí surgió todo. La comunicación es siempre lo más complicado cuando se empieza y favorecer ese momento es fundamental en todos los dominios, no sólo en el de la moda. Además en este lugar hay cierta magia. No tiene nada que ver con nosotros sino con la historia de la Villa Noailles, con la labor de mecenazgo y compromiso con las artes de los condes de Noailles que, aunque no hemos buscado imitar, sí que inspira encuentros simples, relajados, con una fuerte noción de amistad y celebración de la creatividad».
Jean-Pierre Blanc, en el centro con barba, guiando a los periodistas por las exposiciones
Ciertamente, en Hyères todo parece posible. Todo el mundo se muestra accesible. La sensación general es que en este apartado rincón del Mediterráneo, perdiéndose en el laberíntico interior de la Villa para visitar las diferentes exposiciones, o deambulando por sus jardines, uno se puede cruzar con las personas más influyentes del planeta moda -este año los presidentes del jurado del apartado de moda, los directores creativos de Kenzo, Carol Lim y Humberto Leon, se han traído a Spike Jonze y Chloé Sevigny para asistirles en la decisión del premio, así como a la conservadora jefe de textiles de Les Arts Décoratifs de París, Pamela Goblin, o a la directora creativa del Vogue UK, Jaime Perlman-. Y entre mirada, cerveza y escaneo de modelitos, la posibilidad de intercambiar las inevitables tarjetas de visita. Y un par de sonrisas. Didier Grumbach –presidente del festival así como de la Cámara de la moda de París– dice que éste es el Davos de la moda… aunque parezca más Sundance por la actitudy y el ambiente que se respira.
Vista de la exposición de Kenzo, en la piscina de la Villa
En lo fotográfico, los 10 creadores seleccionados también compiten por un premio pero en realidad ya han ganado: visibilidad y la oportunidad de encontrarse con profesionales reputados del medio -en esta edición sus books los han visto Manish Arora, la directora de la Photographers Gallery, Brett Rogers, o el fotógrafo de moda Steve Hiett, que ademas de tener una exposición monográfica en la Villa era el presidente del jurado que ha premiado en esta edición, merecidamente, el trabajo de Lorenzo Viturri-.
Imagen del complejo e interesantísimo trabajo de Viturri
Vista de la exposicion de Steve Hiett en la sala de squash
Según Maida Gregory-Boina, directora artística del apartado de moda y una de las profesionales más respetadas como estilista, asesora y directora de casting de grandes diseñadores, «esto es como un laboratorio, los diseñadores deben tener un gran nivel pero también buscamos que sea un poco extremo y que lleven los límites hasta el final, con mucha libertad», y continua: «buscamos todo lo que sea nuevo pero muy fresco, lo que vibra y hace que la gente se sienta libre. Por supuesto, queremos que esté relativamente bien hecho, que la utilización de los materiales sea inteligente, que la imagen esté bien proyectada, que el concepto sea consistente y original… todo es importante. Pero básicamente buscamos frescura y libertad».
Minimalismo «japo» de Kenta Matsushigue. Premio principal del jurado. © Etienne Tordoir/Catwalk Pictures
También los patrocinadores y las marcas que apoyan el festival buscan asociarse con esta propuesta. Y algunas incluso se dejan inspirar por las ideas que aquí se encuentran. Y dan oportunidades a los jóvenes talentos. Así lo hacen Chanel, Chloé, Première Vision -cuyo premio es el principal y este año se lo ha llevado la japonesa Kenta Matsushigue con un trabajo tan fino que parece de una “grande maison”, o la española Camper, que este año ha premiado al francés Louis-Gabriel Nouchi con invitación incluida a los talleres de junio en Son Fortesa, en Mallorca, dentro del Camper Workshop.
Lo mejor de los jovenes diseñadores y Premio Camper, Louis-Gabriel Nouchi. © Etienne Tordoir/Catwalk Pictures
Es así como el sueño de Hyères continúa más allá de este fin de semana. Cómo el sueño de jóvenes creadores se extiende más allá de la fugaz visión de este espejismo mediteráneo. De este increíble lugar de encuentro. De intercambio. De creación. De magia. De sol y mar. Hyères eterno, más allá del propio festival.