El paisaje geográfico único y la ubicación de la Península Ibérica la sitúan en una posición ideal para liderar la transición energética de Europa
Con este vector renovable, que repercute en el medio ambiente y las economías locales nuestro país puede impulsar la descarbonización en las principales industrias El mes pasado, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) destacó un aumento histórico del 29% en la producción mundial de hidrógeno verde este año, según su informe Global Hydrogen Review 2024.
En medio de este crecimiento mundial, un país se perfila como líder gracias a sus recursos naturales y sus inversiones. «España, con sus 300 días de sol y sus costas ricas en viento, está preparada para liderar la revolución del hidrógeno verde en Europa, produciendo energía renovable a un coste un 40% inferior a la media europea», según Juan Manuel Ortiz, investigador postdoctoral de Electroquímica en IMDEA Agua. A lo largo de los años ha ido creciendo el objetivo de llegar a ser neutros en carbono, y parece que ésta podría ser una solución para un futuro limpio
España, líder en la revolución del hidrógeno verde
En España, se prevé que el hidrógeno verde represente el 74% del hidrógeno consumido en la industria en 2030 y será renovable, según Ibán Molina, director de hidrógeno de Iberdrola. El último análisis de McKinsey destaca el potencial del país para aprovechar sus recursos energéticos renovables y su ubicación estratégica para liderar la revolución del hidrógeno verde en Europa. En la carrera de los países por cumplir sus ambiciosos objetivos climáticos, el hidrógeno verde se perfila como un combustible limpio que podría descarbonizar sectores como el transporte o la industria pesada. La enorme capacidad de España en energía solar y eólica la sitúa a la vanguardia de la producción de hidrógeno renovable y asequible a gran escala.
Las ventajas de las energías renovables hablan por sí solas. Entre ellas están la ausencia de combustibles fósiles, la alternativa al carbono y la posibilidad de ayudar a devolver la vida a las zonas muertas oceánicas generando grandes cantidades de oxígeno mediante electrólisis, según la revista Hakai. El hidrógeno verde es adecuado tanto para aplicaciones pequeñas como industriales. Y ahora, gracias a las notables condiciones del país mediterráneo, los precios de producción son más bajos, es decir, el país disfrutaría de esta energía libre de carbono a menor coste y beneficiaría a su economía vendiéndola a otros países donde la producción es mucho más cara
¿Qué es el hidrógeno verde y cómo se produce?
Todo esto suena prometedor, pero ¿qué es exactamente esta energía y cómo se produce? En pocas palabras, explica Ortiz, el hidrógeno «verde» es el hidrógeno que se genera de forma sostenible utilizando energía renovable, que se obtiene a través de la electrólisis del agua, este proceso utiliza la electricidad para dividir el agua en hidrógeno y oxígeno. Es decir, piensa en el agua como un ladrillo de Lego (o sandwich) dos bloques blancos (H2), y uno rojo, (O), mediante esta técnica se separan estos «bloques» y los blancos se utilizan como energía (Hidrógeno verde). En este proceso no se utilizan combustibles fósiles.
José Antonio Alonso, del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (ICMM-CSIC), aclara también que no se trata de una fuente de energía, sino de un vector energético. «Una fuente de energía se toma directamente de la naturaleza (por ejemplo, el petróleo, que es una fuente de energía), pero el hidrógeno sólo existe en combinación con otros elementos, como el agua o el gas natural». Ortiz explica que este proceso no sólo es respetuoso con el medio ambiente, sino que «el proceso es reversible. Esto significa que una vez utilizado el hidrógeno como combustible (y el oxígeno del aire), se vuelve a producir agua (H2O), lo que implica que no hay emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a su combustión». Esto ofrece una alternativa limpia para industrias como la siderúrgica, la aeronáutica y la naval.
Un Alternativa Barata y Limpia
El hidrógeno verde parece haber superado un punto de inflexión: en muchos países, las oportunidades de la tecnología están impulsando su crecimiento, a pesar de no tener un mayor alcance. En España, sectores como el del transporte han utilizado históricamente generadores diésel para hacer frente a los frecuentes cortes de electricidad. Obtener electricidad de estos generadores cuesta unos 0,62 euros por kilovatio-hora (kWh), según Now Then Energy; con hidrógeno verde, Ortiz calcula que el coste podría bajar a 0,14 euros por kWh, ofreciendo una solución significativamente más barata y limpia. (*)
No sólo es una solución más barata, sino también más limpia, ya que con estas cifras «España podría producir a un coste un 20% inferior al coste de producción previsto en Europa Central», añade Ortiz. Y, como señalan los investigadores entrevistados para este artículo, el hidrógeno verde está ayudando a las instalaciones industriales en España a descarbonizar sus operaciones, eliminando la tradicional dependencia del gas natural y otros combustibles fósiles.
En España, este tipo de energía está empezando a tomar un dominio inédito en el mercado de energía. Por ejemplo, Puertollano posee la segunda mayor planta de hydrogen verde en el continente, con una capacidad de 20 MW que equivale a la energía de 35,000 hogares anualmente, según Molina. Muchas naciones europeas carecen de considerables recursos naturales para el proceso, y la importación de la tecnológica resulta costosa, mientras que la propia energía es relativamente asequible.
Planta de Hidrógeno Verde de Iberdrola en Puertollano (vía: Iberdrola)
Las condiciones perfectas
La riqueza natural de España en recursos energéticos renovables le confiere una ventaja competitiva en el mercado del hidrógeno verde. Como señala Molina, representante de Iberdrola, «tenemos el doble de horas de sol que otros países europeos, además de viento y saltos de agua, lo que proporciona las bases para desarrollar esta tecnología». Estas condiciones sitúan a España en una posición única para liderar esta innovación energética. Para 2030, RMI predice que Europa alcanzará su objetivo de 300 GW de capacidad de electrolizadores, consolidando aún más su transición hacia el hidrógeno verde.
Esa estimación no tiene en cuenta únicamente a España, que está participando en un auge sin precedentes del hidrógeno verde, según el Informe Global del Hidrógeno de la AIE. Además de abastecer al resto del continente con este vector, el compromiso de España se ve reforzado por marcos políticos e inversiones que la sitúan como líder en la transición europea del hidrógeno, tal y como se presentó en la COP27 Hydrogen for Development Partnership Launch del Banco Mundial. Como afirma Alonso, España ya está apostando fuerte por el hidrógeno verde, con varias docenas de proyectos en marcha. Un ejemplo es BarMar, una red de suministro de 3000 km prevista para conectar los principales centros de producción en 2040, lo que refleja su ambición rápida y transformadora en el sector
Los proyectos de hidrógeno verde en España
Proyectos como BarMar y Regenera de IMDEA, que exploran el uso de aguas residuales para producir hidrógeno, capturar CO2 y tratar aguas, ya están en marcha. Estos avances no solo impulsan las energías limpias, sino que también benefician a las comunidades locales. Según Molina, «la expansión del hidrógeno verde atraerá importantes inversiones nacionales e internacionales, impulsando las economías locales». En Castellón, una planta de hidrógeno verde descarbonizará la refinería de BP, evitando 23.000 toneladas de CO2 anuales. Además, estos proyectos están generando empleo en investigación, ingeniería y fabricación, mientras que los programas de formación capacitan a los trabajadores locales, ampliando los beneficios más allá de la sostenibilidad.
Los avances de España son innegables, pero aún quedan retos en el camino hacia la plena realización de sus ambiciones en materia de hidrógeno verde. Alonso explica que «el obstáculo es en gran medida económico». Principalmente debido a los caros materiales utilizados para estos procesos, como el escaso platino. Esto hace que los dispositivos a gran escala que producen y convierten el hidrógeno verde en energía sean económicamente inviables. Ortiz también señala la ubicación de los proyectos, que «más del 40% (…) están en zonas con alto estrés hídrico».
El futuro del hidrógeno verde
Por suerte, existen alternativas. Como afirma Alonso, implementar «elementos más baratos, quizá en forma de óxido, supondría un enorme paso adelante para la comercialización masiva de estas pilas y electrolizadores». En cuanto a la escasez de agua, Ortiz explica que «los riesgos podrían compensarse mejorando la eficiencia de los electrolizadores, utilizando la desalinización o recuperando las aguas residuales urbanas para la producción de hidrógeno. Estos métodos reducen el consumo de agua al tiempo que favorecen la sostenibilidad energética». En general, los expertos subrayan que alcanzar el potencial de España como centro neurálgico del hidrógeno verde en la UE dependerá en gran medida de las inversiones públicas y privadas coordinadas, junto con un marco normativo favorable, para impulsar el crecimiento económico sostenido y avanzar en los esfuerzos de descarbonización.
Si la trayectoria del hidrógeno verde en España tiene éxito, no sólo transformará su panorama energético, sino que podría remodelar todo el enfoque europeo de las energías limpias. Como explica José Antonio Alonso, «no cabe duda de que la implantación del vector hidrógeno irá ganando peso progresivamente en el pool energético mundial». Con proyectos como BarMar y Regenera, y soluciones que abordan retos como el estrés hídrico y el coste de los materiales, España tiene los recursos y la ambición necesarios para superar los obstáculos. Esta revolución no está sólo en el horizonte; ya está echando raíces, ofreciendo una vía sostenible para el futuro energético de Europa.