Lucía Caraballo (Madrid, 1999), risueña y cercana irradia esa mezcla perfecta entre talento y autenticidad. Con tan solo 25 años, su trayectoria la ha convertido en una actriz versátil y segura, capaz de asumir cualquier reto.
Con una gran habilidad para los acentos, Lucía Caraballo es una joven que ha trabajado tanto en su desarrollo personal como profesional. Tiene numerosos proyectos a sus espaldas y tan solo 25 años, ha aprendido valiosas lecciones de cada uno de ellos. Cada personaje que ha interpretado ha dejado una huella en ella, ayudándola a convertirse en una mujer segura de sus acciones y con la soltura necesaria para enfrentar cualquier propuesta. Un ejemplo de esto es su último trabajo, Animal Salvaje, la nueva serie de Netflix que protagoniza junto a Luis Zahera.
Total look Alejandre Studio
Has formado parte de muchísimos proyectos siendo bastante joven, ¿qué te llevas de todas estas experiencias?
Lucía Caraballo: Me siento muy afortunada, ya no solamente por poder trabajar de lo mío, sino por todo el aprendizaje que me llevo de cada trabajo. Tengo una carrera de pasito a pasito. He formado parte de proyectos muy bonitos como Estoy Vivo, he trabajado con grandes profesionales como Javier Gutiérrez, Juan Diego Botto, Anna Castillo… He podido nutrirme de muchos actores que admiraba y encima los proyectos han funcionado.
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Y ahora te están llegando papeles más potentes.
Lucía Caraballo: Siento que me llega en el momento perfecto. He currado mucho en pequeños y medianos papeles. Además, sigo en formación, estoy en un curso regular de interpretación en el centro del actor y he hecho 5 años de Coraza. Siento que me he mantenido siempre activa, nutriéndome. Para poder ahora hacer frente a personajes más protagonistas, proyectos con más recorrido y exposición. Estoy muy preparada como actriz, y como persona.
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Con tan solo 8 años ya querías ser actriz, ¿cómo te diste cuenta de esta vocación?
Lucía Caraballo: No me acuerdo qué me hizo querer ser actriz, pero sé que siempre he sentido ese deseo. Lo veía como un juego. Se lo pedía a mi madre y lo concebía como algo divertido, aunque sea un trabajo. Recuerdo que desde muy pequeña aprendí la importancia de la disciplina y el sacrificio al hacer aquello que amas. Como le puede pasar a un bailarín que comienza desde la infancia. La base de todo siempre ha sido que me gusta y me parece un juego.
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¿Te ayudó a quitarte esa timidez que tenías de pequeña?
Lucía Caraballo: Totalmente, yo era super vergonzosa. Me solía poner debajo de la mesa en las comidas familiares y cuando me preguntaban algo, siempre era: “Bien, gracias”. Eran mis dos palabras, y mi madre apostó por el teatro para que trabajara eso. Aún sigo siendo muy tímida, pero es como activar un interruptor y no tengo nada de pudor para hacer el ridículo o caracterizarme. Lucía en algún momento puede paralizarse, pero al actuar me libero.
Chaqueta Bimba x Palomo + Pantalón: Levi’s
Entonces, ¿la interpretación es terapéutica para ti?
Lucía Caraballo: Totalmente, además, la terapia es necesaria. En cuanto comencé a formarme como actriz, decidí también iniciar terapia. Va muy ligada, y creo que mi avance como actriz va de la mano. Mi actriz ha crecido porque yo lo hago. El poner límites, el no pasar de mis emociones, el confiar en mi criterio… Son cosas que he puesto en mis trabajos, y que me las he quedado. Hay aprendizajes que viven mis personajes, que me los llevo yo. En No me Gusta Conducir aprendí a no hacerme pequeña cuando creo en algo. O cuando me rechazan una idea, aprendí a entender que esa acción no tiene que ver con mi persona. Todos mis personajes son mujeres muy fuertes y gracias a la interpretación Lucía crece mucho.
Chaqueta Bimba x Palomo
En tu último proyecto Animal Salvaje te vemos también con un hombre con fuerza, Luis Zahera. ¿Cómo ha sido trabajar con él?
Lucía Caraballo: Hemos hecho un equipo muy guay. Él es increíble y saca mi lado más punkie. Empezábamos a improvisar y era una locura. Para poder retarnos y tener dinámicas tan naturales, necesitas tener seguridad y no juzgarte tanto. A mí eso me costaba y no lo tenía natural, pero tras trabajar en todos los anteriores proyectos he podido llegar a esa seguridad que requería.
Chaqueta Bimba x Palomo + Pantalón: Levi’s
Se nota ese trabajo interno, proyectas mucha seguridad en ti.
Lucía Caraballo: Ahora sí lo soy. En Estoy Vivo no supe acercarme porque todavía no me había trabajado tanto, tenía mucho síndrome del impostor y un background del instituto. Se me hizo bola, porque estaba delante de Anna Castillo y era muy seguidora. Pero he aprendido mucho de cada experiencia para poder llegar al momento donde estoy.
Parka Boltad
Volviendo a la serie de Netflix, ¿cómo te llegó el trabajo?
Lucía Caraballo: Yo estaba grabando Beguinas y Las Largas Sombras’, dos proyectos muy chulos con diferentes acentos y tonos. Vivía en un tren de un lado para otro, y ahí me llega un monólogo. Me dijeron que era para un teaser de una serie, y al leerlo dije, esto es gallego. Entonces, me inventé que era gallega y al llegar a mi casa me grabé poniendo acento y diciendo: “Soy Lucía Carballo y mi familia es gallega. Supongo que lo intuiréis por el Carballo Fabello” (se ríe).
No paras de trabajar, pero, ¿qué proyecto le encantaría hacer a Lucía?
Lucía Caraballo: Quiero hacer teatro, tengo muchas ganas. Yo empecé haciendo teatro y estuve 10 años en una compañía. Esa rutina de tu casa al teatro, preparártelo. Me gusta todo del teatro.
Emanas vocación.
Lucía Caraballo: Sí, me encanta experimentar.
Fotografía: Carlos Villarejo
Estilismo: Antonia Payeras
Entrevista: Esther Gallego
Muah: María García de Sun Sea Sands
Producción: Sun Sea Sands Agency
