El pasado mes de octubre Egon Soda publicaban su tercer disco, Dadnos Precipicios
Rondan con aplomo, desde los inicios de esta aventura que comenzaban hace 20 años, por las grietas del sonido americano. A veces intimista y acogedor, otras explosivo con metralla de guitarras; pero siempre calando hasta la profundidad de unas letras que rozan la calidad poética y se reciben cómplices de la cotidianidad interiorizada y reflexiva. De ahí que, los ahora seis de Egon Soda, nos suenen siempre cercanos. Que sus directos se conviertan en una fiesta pagana de rituales rock, con cantos que invitan a hermanarse estando en multitud, pero también a meditar sentados en la soledad. El pasado 23 de octubre publicaban su tercer álbum de estudio, Dadnos Precipicios (Naïve, 2015), con el que acaban de iniciar la gira de presentación. Grabado este verano pasado en un ambiente distendido, entre colegas de la música que comparten creatividad, da cobijo a diez canciones con las que dan un paso más en su ya asentado bagaje musical. Como perros viejos de las cuerdas que son, ahora se atreven también con los vientos, y la personalísima voz de Ricky Falkner se lanza a nuevos registros que nos amplían la amalgama sonora de la banda, sin alejarse de su esencia, de su personalidad. Esa con la que han cautivado a los más clásicos y también a los más snobs.
Acabáis de arrancar la gira de Dadnos Precipicios, este es vuestro tercer trabajo juntos y el repertorio empieza a aumentar… ¿Cómo estáis planteando los directos? Pues un poco como siempre; sin ensayar apenas y dependiendo del bagaje adquirido tras tantos años de música y confiando en que se obre la magia de la música: ese momento en el que te metes dentro de la canción y te dejas llevar y la cambias imperceptiblemente y creas una especie de consciencia colectiva con la banda. Eso y unas ganas de tocar locas.
¿De qué manera se interioriza un álbum concebido en verano, pero listo para escuchar entre otoño e invierno? Es que eso sucede siempre. ¡Peor fue el anterior que tardó más de un año en salir! Como las canciones no se escriben en el estudio no pertenecen a una estación o momento en concreto. Es curioso como lo que puede resultar una canción de noche de verano como “Diluvio Universal” escuchada en otoño genera una calidez muy acorde con lo que necesitas en esta época del año. A nosotros siempre nos ha gustado que la gente se haga suyas las canciones como y cuando quiera. No hay un discurso único a transmitir: ni en las letras ni en la música.
La grabación de este nuevo álbum en La Casa Murada del Penedés sirvió también como pretexto para el encuentro de un montón de amigos que han terminando colaborando en el disco. ¿Qué os llevó a escoger a cada uno de ellos? Primero por eso, porque son amigos. Gorka Benítez es un maestro y un gigante del jazz. Con Enric Montefusco (Standstill) era una cuenta pendiente, desde el primer disco queríamos que Enric cantara con nosotros y esta vez lo hicimos y ha sido maravilloso. Martí Perarnau (Mucho) es nuestro hermano del rock cósmico y de noches madrileñas interminables. Y David Soler es… el puto amo. Dos notas de pedal y ya estás volando. También nos quedó pendiente tocar con él en el disco anterior y lo hemos querido reparar.
De vuestro anterior disco, El hambre, el enfado y la respuesta, sacasteis además de un arraigado asentamiento en la escena, dos nuevos miembros para la banda: Charlie Bautista y Ricky Lavado. ¿Qué os ha traído de nuevo este Dadnos Precipicios? Yo creo que concreción y definición. El disco doble te permite transitar muchos caminos. En cambio en el LP de diez canciones tienes que enfocar y concentrar. Aumentar la intensidad de los colores, el contraste. Y eso ayuda a que cada músico pueda dar un paso al frente como instrumentista.
Por cierto, ¿por qué Dadnos Precipicios?, ¿os estimula el riesgo y el vértigo? Absolutamente. Y por otro lado estamos convencidos de que no hay otra manera de enfrentarse a la situación actual. O saltas y vuelas o te dejas caer.
¿Cuál ha sido el motor de inspiración para ti, Ferrán, a la hora de dar vida a estas nuevas canciones? Los temas de siempre. Lo que veo a mi alrededor. El amor, que en el fondo es el único tema que existe. Las ganas de conmover y acompañar.
¿Eran letras que tenías ya por ahí escritas o nacieron única y exclusivamente para este nuevo álbum? Se escribieron para este álbum. Gracias a Naïve enseguida supimos que teníamos opción a otro disco y nos pusimos manos a la obra en la egonway of working: yo me hago unos temas, los presento a la banda y ellos los hacen crecer y los mejoran considerablemente. El primer tema que escribí fue “El Cielo es una costra” y la hice entera al piano, cosa que no hacía desde “El arte de la fuga” (entre otras cosas porque yo el piano no lo sé tocar…)
“Despierto empapado en resaca y las horas son una batalla”, “Durmiendo en la tierra inestable, robándole el ánimo al sol”, “Me va a costar otra vida aprender a llorar”… Frases perfectas que calan, ¿qué o quién habita en el imaginario de Ferrán Pontón? Para este disco sobre todo Walt Whitman (y sus Hojas de hierba), pero habitan los miles de libros que me han acompañado toda la vida (de Shakespeare a Carlos Zanón) y los letristas que admiro (Josele, Auserón, Conte)
¿Qué parte de vuestra polifacética vida le dedicáis a Egon Soda? ¿Cómo os apañáis para llegar a todo y, sobre todo, diferenciarlo? Uffff….qué preguntón más duro. Es muy difícil pero creo que si lo conseguimos es porque tenemos alrededor un montón de gente que nos quiere y nos ayuda. En mi caso en la librería y en la editorial, un equipo genial que soporta mis ausencias físicas y mentales. Mi familia. Mi mujer y mi hijo, guerreros dorados de la paciencia.
¿En el caos está la creación y, posiblemente, el éxito? El éxito es una palabra horrenda. De esas que le gustan a Vargas Llosa. A mí me gusta más el orgullo. El trabajo duro, el amor por lo que haces y la convicción de que debes hacerlo… eso es lo que te lleva a estar orgulloso de lo que haces. Lo del éxito supongo que tiene que ver con el dinero y el reconocimiento general, eso a nosotros no nos ha pasado aún.
A la infalible voz rasgada de Ricky Falkner se le suma el trapicheo de guitarras, a veces calmadas, a veces volcánicas, buena parte de vuestra seña de identidad. ¿Qué os ha llevado a introducir esta vez flautas y saxos? El propio desarrollo del tema. No era la voluntad de introducir un color instrumental determinado. Al componer “Roble inverso” ya tenía clara una coda en clave Afro-funk y en un momento dado se me encendió la lucecita: ¿y si ponemos a Gorka? El trajo su tenor y su flauta y el resto es toda su magia.
No os despegáis de vuestro gusto por el american sound, verdad? Qué bandas del espectro americano os han influido esta vez para este tercer disco? Muchas, algunas más modernas, otras que se salen del “americana”: The Band, siempre, Dawes, The War on drugs, Delta Spirit, Allen Toussaint, Dr. John…
“Caliban& Co” es una canción tremendamente sexy, por lo menos a mí me lo parece en cuanto a sonido, voz y melodía. ¿Qué os transmite este tema a vosotros, más allá del contenido lírico? Para mí es una canción caballo-percherón. Me explico. Tiene ese andar lento pero culón que creo que le da ese aire sexy que comentas. Pero luego tienes esa B que es muy Byrds o Harrison y el estribillo muy sencillo y rock. Quiere ser un tema de sonido americano clásico pero con el sello Egon Soda.
Es en la letra de “La Manada” donde se esconde el título del disco “dadnos precipicios”… ¿es realmente este un mensaje optimista, pesimista o sencillamente realista? Yo intento que sea positiva. Mientras nos sintamos formando parte de algo mayor que nosotros mismos como individuos tendremos alguna opción de mejorar nuestra situación. Si te encierras en tus propios problemas y no entiendes que se parecen mucho a los de la persona de al lado eres más débil y derrotista.
Con “Reunión de pastores, ovejas muertas” me vienen a la cabeza un montón de recuerdos del rock patrio primigenio… ¿son Egon Soda un grupo callejero y de espíritu urbanita y pasado de barrio? Aunque cada uno de nosotros viene de una historia muy diferente, no somos una banda de barrio (para empezar nacimos y crecimos en ciudades diferentes) y todos hemos tenido la suerte de tener familias que se han esforzado para darnos la mejor de las educaciones y que tuviéramos un futuro elegido por nosotros. No somos como esas bandas que no tenían más elección que una banda de rock para asegurarse un futuro. Sería muy hipócrita por nuestra parte hacernos pasar por eso. Pero la música de esas bandas urbanitas y de barrio (pienso en Leño o en Burning) nos llega y queríamos hacerles un homenaje.
¿Qué tres palabras definen a Egon Soda? Amistad, música y JB.
Egon Soda en directo: 26 de noviembre, Barcelona, L’auditori