Guadalupe Plaza Petersen reflexiona sobre la conexión Humano-Naturaleza en la Era del Antropoceno.
Bajo el título de “Retorno al Paraíso”, esta serie de Guadalupe Plaza Petersen se erige como un punto de encuentro para reflexionar sobre nuestra posición en este mundo simbiótico y el futuro que compartimos.
En medio de la era del Antropoceno, una época marcada por la separación entre la humanidad y el medio ambiente, surge esta serie fotográfica de Guadalupe Plaza Petersen, que pretende generar conciencia sobre la urgencia climática.
Guadalupe Plaza Petersen nos sumerge en un proceso de interacción entre su epicentro y lo periférico, vital para la creación y renovación de su arte. A través de la reflexión sobre la conexión entre hitos como la edad adulta, la vida y la muerte, busca generar un cambio, una mutación, una regeneración que a veces surge de manera involuntaria.
En el ejercicio diario de reconocerse en imágenes que emergen, muchas veces sin saber su origen, siempre está presente la opción de saltar, de entregarse al vacío, de darlo todo por algo que ni siquiera sabemos si existe.
En esta serie, Guadalupe Plaza Petersen se propuso dejar de ser el centro y centrarse en algo más allá de sí mismo. Es un reto trabajar con el paisaje sin caer en lo común. Simplemente estar detrás de la cámara y disparar sin involucrarse como parte del trabajo.
Se recrean escenarios, ambientes y la virginidad del paisaje, contrastados con la destrucción de la naturaleza y la inminente amenaza demográfica. Todo se funde entre lo fantástico y lo casi irreal.
Más que una simple exploración, esta serie de Guadalupe Plaza Petersen es un camino hacia el autoconocimiento, escapando de la zona de confort, creando desde el abismo y el vacío. Es una exploración personal que abraza la fragilidad y la ambigüedad intencionada. Habla del sentimiento de desamparo, la separación, los límites, los bordes y el tiempo, mientras el estado de las cosas parece estar a punto de estallar.
La ciencia clásica solía insistir en el equilibrio, el orden y la estabilidad. Pero hoy en día somos testigos de fluctuaciones e inestabilidad en todas partes. Nos hemos dado cuenta de la complejidad inherente al universo. A medida que exploramos más, nos sorprende el elemento narrativo que encontramos en todos sus niveles.
La naturaleza misma presenta narraciones incrustadas unas dentro de otras. La historia cosmológica, la historia de la vida y del ser humano, hasta llegar a nuestra propia historia individual.
Sin detenernos a preguntarnos, casi como un mantra: ¿qué hay al otro lado?, nos enfrentamos a la pérdida, el dolor, el caos y la necesidad de escapar. Como seres humanos, somos espectadores con un imaginario, repasando nuestras vidas y estados. Mientras, intentamos conectar con este mundo real que nos sostiene, nos invita, es inseguro y abstracto.
La vida se presenta como un todo, como una única entidad cósmica. Y es en ese camino, en ese fondo o límite, donde las imágenes de esta serie de Guadalupe Plaza Petersen, comienzan a disolverse. Donde, tal vez, podamos encontrar ese anhelado retorno al paraíso perdido.