GREGOR SCHNEIDERMicrocosmos obsesivos, trampantojos, espacios cotidianos y experiencias perceptivas. Entornos domésticos convertidos en una singularidad constructiva. El artista alemán Gregor Schneider (Rheydt, 1969) realiza para el CA2M su primer proyecto de gran escala en una institución española.
¿Puede un espacio interior resultar inconmensurable? Y si además ese espacio es la propia casa donde se vive y se trabaja ¿cómo es posible no agotar los recorridos y las experiencias perceptivas que los espacios son capaces de generar? Gregor Schneider no solo ofrece una respuesta afirmativa ante tales interrogaciones, sino que proyecta en los ambientes interiores el infinito y ofrece un sin fín de variaciones de las palabras claustrofobia o encierro. Desde 1985 desarrolla una y otra vez diversas modificaciones en una antigua casa de tres plantas, perteneciente a su familia y ubicada en Rheydt, cerca de Düsseldorf y Colonia. Esta casa, que el propio artista empezó a transformar con apenas 16 años de edad, al día de hoy continúa resistiendo transformaciones. Intervenir el propio espacio es antes que un afán de transformación un modo de exploración. Estas contínuas intervenciones ofrecen un repertorio, nunca concluido del todo, de misterios tan arquitectónicos como psicológicos. Las paredes, puertas o ventanas de la “Tote Haus Ur” han sido duplicadas y los diversos espacios han sido añadidos, anulando las funciones de los mismos y creando todo tipo de desórdenes espaciales. Muchos de estos nuevos espacios están poblados con el mobiliario que define las funciones de una casa, pero que por una razón desconocida expresan un desacomodamiento funcional que cautiva. El espacio se repliega sobre sí mismo y muchas de las paredes se transforman a las espaldas de los visitantes, donde hace un momento había una puerta o una ventana ahora hay un muro. Las construcciones obsesivas y pacientes de Gregor Schneider antes que estructuras visibles son ocultamientos. En Móstoles una estructura tubular de aproximadamente 1,60 cm de alto recorre distintas salas del CA2M, sin embargo este gigante laberinto permite transitar el edificio sin que para ello sea necesario entrar en él. En distintas zonas del recorrido aparecen habitaciones que reproducen algunos de los espacios de la “Tote Haus Ur”. Otros corredores conducen a entornos donde es posible descubrir distintas proyecciones, fotografías y esculturas que, a la vez que ofrecen las variables de un mismo tema, se amoldan al entorno de tal manera que parecen formar parte de él.

Del 28 de octubre al 26 de febrero, CA2M, Avda. Constitución 23 – Móstoles, Madrid

GREGOR SCHNEIDER

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