GILLIAN WEARINGMÁSCARAS Y DISFRACES CREAN UNA NUEVA IDENTIDAD. ANONIMATO. PERSONALIDAD ENCUBIERTA. EXPERIMENTOS SOCIOLÓGICOS. INSPIRACIÓN EN PROGRAMAS Y DOCUMENTALES DE TELEVISIÓN. RETRATOS IMPACTANTES. OBRA SIMBÓLICA CON TOQUES SURREALISTAS.
La retrospectiva que ahora se presenta en la Whitechapel Gallery comienza con el vídeo “Dancing in Peckham”, en el que la artista aparece bailando en un centro comercial ajena al mundo. Además de esta performance, también se exhibirá otra obra importante “10-16“. Para este proyecto Gillian Wearing contó con la colaboración de un grupo de adultos doblados por voces de niños. La grabación, inquietante y absurda, se mueve entre el entusiasmo sin aliento de un niño de diez años y la angustia existencial de un adolescente. El vídeo es una reflexión que cuestiona y profundiza en el proceso de crecimiento y maduración psicológica. Wearing se hizo famosa por una serie de fotografías simbólicas tituladas “Signs that say what you want them to say, and not Signs that say what someone else wants you to say”. Las instantáneas suponen una forma de dar visibilidad a gente anónima a la que paraba en la calle pidiéndoles que escribieran un mensaje. El recorrido por su obra incluye también “Album”. Una serie de retratos en los que Gillian esconde su rostro bajo máscaras fabricadas en silicona y adopta el aspecto de su familia. Incluso ella misma juega con su identidad y se caracteriza a los 16 años. De esta manera, el objetivo de la cámara se convierte en una herramienta de exploración del lenguaje visual. Se muestra, asimismo, en el marco de la exposición “Confess All On Video. Don’t Worry, You Will Be In Disguise. Intrigued? Call Gillian”. El vídeo estudia distintas conductas sociales con personas disfrazadas que hacen confesiones sobre sus traumas y deseos más íntimos. Los vídeos y las fotografías de la artista británica Gillian Wearing (Birmingham, 1963) exploran la complejidad de las relaciones humanas y la vida privada de personas anónimas. La ganadora del Turner Prize en 1997, crea documentales reales en los que construye una nueva forma de identidad a través del enmascaramiento. Sus retratos revelan un trabajo expresivo, poético, inquietante y surrealista. La posibilidad de disfrazarse, de representar un papel y de ser anónimo supone la liberación del individuo para expresar sin límites lo que piensa y siente. Estos proyectos representan el equivalente contemporáneo a una novedosa forma de terapia psicoanalítica.

Hasta el 17 de junio. Whitechapel Gallery, Londres.

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