No sé si es cosa de la edad o de la televisión “on demand” pero últimamente he desarrollado un nuevo vicio inconfesable: los atracones seriófilos. ¡Qué placer degustar una temporada tras otra! Sentir que mi conducta se desata sin control y que puedo ver lo que me plazca. El caso es que con Narcos se me abrió el apetito. Pero no para ir a la nevera… Con cada capítulo aumentaba mi deseo de conocer Colombia. Una necesidad fisiológica más allá de Pablo Escobar y de todo lo malo conocido. Un trastorno obsesivo de descubrir esos paisajes, esas gentes y, por qué no, esa gastronomía en Bogotá.
Imagen superior: Arepa con ñapa y humus de frijoles, del restaurante Balú, un ejemplo de la Gastronomía en Bogotá
Imagen superior: Interior del restaurante Balú un templo de auténtica gastronomía colombiana.
Pues resulta que la Cámara de Comercio de Bogotá organizaba por primera vez este año un concurso gastronómico para restaurantes locales cuyo premio era traer a España y Portugal la cocina local. Y, casualidad de las casualidades, nos invitaron a la final. ¡Estábamos de suerte! Hicimos las maletas en un pispás y listos para situar a Colombia en el mapa gastronómico mundial. ¡Hágale, pendejo! Que esto no ha hecho más que empezar.
Ay Bogotá, qué maravilla… Una ciudad vibrante, con una escena cultural y económica que se desmarca de todo lo negativo que transmite la serie. Un lugar excelente para vivir, que cuenta con 80 bibliotecas públicas, 8 zonas gastronómicas, más de 12 museos y galerías de arte, 70 teatros, más de 5.000 parques y zonas deportivas, 15 humedales y 470 kilómetros de ciclorutas. Una ciudad con una ubicación estratégica, la fortaleza económica y el talento humano necesarios para ser uno de los mejores entornos para los negocios de América Latina.
Imagen superior: Barrio de la Candelaria en busca de la buena gastronomía en Bogotá
Una ciudad llena de gente amable, que durante tres días (sonrisa impertérrita mediante) nos llevó a conocer sitios mágicos como La Candelaria, el barrio más antiguo de Bogotá. En su icónico Callejón del Embudo nos topamos con Casa Galería, un hotel, cafetería, tienda y galería de arte donde probamos el té de coca y donde aprendimos a degustar los aromas y sabores del café recién hecho. Paseando por el barrio de La Catedral aprovechamos para tomar los típicos “pandebonos” rellenos de queso.
Imagen superior: La maestra del ajiaco de pollo en el mercado de La Perse.
Y, por supuesto, fuimos a Andrés Carne de Res, un totum revolutum que reúne toda la cultura y sabrosura del país. Un paraíso pagano difícilmente clasificable, donde el goce y la algarabía se sitúan a la altura de su cocina.
Había que conocer un mercado, ¡cómo no! En ellos se encuentran la diversidad del país representada en los sabores y productos del campo. Y ahí que nos fuimos a La Perseverancia, o el mercado de “La Perse” para los lugareños. Una plaza que se ha convertido en uno de los atractivos turístico-gastronómicos de Bogotá y donde puedes degustar el mejor ajiaco de pollo de la capital. Un patrimonio cultural inmaterial.
Imagen superior: Interior del mercado de La Perse un lugar imprescindible de la ruta de gastronomía de Bogotá.
Hacemos un alto en el camino para poder probar una cerveza artesanal. En Quinta Camacho, un barrio súper cool (parece que estás en Londres por la tipología de las casas estilo Tudor) lleno de restaurantes, tiendas de ropa, galerías de arte,… encontramos El Mono Bandido; una cervecería de nuevo cuño, centro neurálgico de la modernez bogotana.
Imagen superior: Cervecería Mono Bandido imprescindible en la ruta de la gastronomía de Bogotá
¡Un no parar! No podemos comer ni beber más… Pues sí, cenamos en Abasto, un restaurante precioso que se dedica a promover el consumo de ingredientes nacionales. Sus fundadores abrieron su primer local en Usaquén con un menú de comida sencilla hecha con alimentos locales, los cuales también están a la venta en una especie de pequeño mercado dentro del restaurante. Ahora cuentan con este otro en Quinta Camacho, una bodega y un mercado de campo.
¿Te has quedado con ganas de más? Claro, que veníamos a un concurso… Pues venga, mientras decides si este verano cambias la playa por las montañas de Bogotá (que veo que te lo estás pensando) te voy a dar una pista… Podrás conocer Balú, el restaurante ganador, si te acercas al restaurante Las Nubes (dentro de El Corte Inglés de Castellana).
Imagen superior: Interior del restaurante Balú, donde encontrar buena gastronomía en Bogotá
Balú es un proyecto capitaneado por un equipo joven, muy joven, con una filosofía sostenible que practican, entre otras cosas, cultivando su propio huerto y que el jurado encabezado por Harry Sasson, uno de los mejores chefs de Colombia, decidió que representaría a Bogotá fuera de sus fronteras.
Balú es un local tranquilo ubicado en la carretera de salida de la Bogotá a Cajicá, al que accedes tras sortear diferentes trancones o atascos (ríete tú de la operación salida de nuestra capital). Un remanso amable al que llegas deseoso de probar algo diferente. Y te sorprenden con una cocina sin artificios, que respeta la producción y los sabores locales; elaborada con técnicas tradicionales y vanguardistas para exaltar los sentidos con la biodiversidad que ofrece la tierra, su tierra y la de las comunidades locales.
Imagen superior: Algo muy curioso de la gastronomía de Bogota son los frijoles de colores (restaurante Balú)
Y es que en Balú están comprometidos con la agricultura colombiana y los productos tradicionales. Maduran ellos mismo la carne, elaboran el queso que utilizan, hacen sus propios embutidos, hornean a diario el pan que sirven (puedes pasar a la cocina y verlo) y preparan los postres. Todo a base de los alimentos que les hacen llegar los pequeños productores a los que apoyan en pro de una gastronomía sostenible. Y a favor de un entorno al que cuidan con mimo, con pequeñas acciones como reciclar el aceite usado, compostar los residuos orgánicos, no utilizar pesticidas en sus cultivos, etc. Un ejercicio de honestidad y amor difícilmente superable.
Imagen superior: Ana María Vargas Castaño chef del restaurante Balú un referente de la gastronomía de Bogotá
En Balú ofrecen un menú local, muy local, hecho para los bogotanos, pero que ahora -por suerte- podemos disfrutar en exclusiva en Madrid durante solo 4 días (30, 31 de mayo y 1, 2 de junio) en el restaurante Las Nubes. La propuesta de Balú para estas jornadas estará compuesta por 10 platos (4 entrantes, 4 principales y 2 postres) más 2 bebidas típicas con las que aderezar estas sabrosuras.
Imagen superior: Lomo de res con ají amarillo, del restaurante Balú, un ejemplo de la Gastronomía en Bogotá
Para empezar, nos proponen una “arepa con ñapa y humus de frijoles”. Unos frijoles nativos, que sorprenden por la variedad de colores y que han sido recuperados junto a los campesinos locales a través de la “Asociación de Boyacá”. O unos “patacones -o plátano verde- con hogao y guacamole”. Insuperable el “superchicharrón con picadillo criollo, papas nativas y guacamole” o las “croquetas de Maduro” rellenas de quesos colombianos y salsa de bocadillo y coco.
Como platos principales nos traen su “ceviche de río y montaña”, una particular propuesta colombiana con mojarra, chicharrón y papas. El “lomo de res con ají amarillo”, los “tacos de lechona huilense” con un tipo de maíz local (maíz Pira) y arroz o la “pechuga de pollo ajiacada” que se sirve a la parrilla con arepa crocante, guacamole, alcaparras fritas, mazorca y puré de ajiaco.
Y, para terminar, sendas propuestas dulces con una combinación única de ingredientes colombianos y una explosión de sabores: “Hierbabuena Bálsamico” y el “Café y Gulupa”, fruto tropical -también llamado pasiflora- cuya pulpa es rica en aroma y sabor, un sabor extraño a nuestro paladar que va del dulce al agrio.
Imagen superior: Vendedor ambulante de hormigas afrodisiacas, ojo que son Santanderinas!!
Balú es un tesoro por descubrir, como toda Bogotá, pero podemos ir abriendo boca esta semana en El Corte Inglés de Castellana. Y, si no, durante todo el mes de junio, los restaurantes de todos sus centros -tanto de España como de Portugal- ofrecerán una carta especial de platos colombianos. Vamos, un auténtico festín gastronómico que solo me hace pensar en volver…