El punk no ha muerto, se ha transformado
Aunque nos empeñemos en catalogarlo todo, y cómo no, también la música, como cajones estancos, aislados unos de otros, no ocurre realmente así en ningún ámbito de la realidad, y mucho menos en la música. Como las células de un organismo, cada una tiene su función específica, pero todas están unidas por un mismo hilo invisible y por una composición que, a grandes rasgos, viene a ser igual.
Entras en el bandcamp de Futuro Terror y la cosa se zanja con un “indie punk” que no dice nada y lo dice todo. Si lees eso primero y luego encajas “Su Nombre Real es Otro” (BCore), su segundo trabajo, no cabe lugar a dudas. Una vez más, las cosas se te han simplificado, no te han hecho pensar y puedes seguir tranquilamente con tu vida. Pero al final, otra peculiaridad del humano es el inconformismo, el no dar todo por sentado. En realidad, nada. Y deteniéndose, analizando con más atención, ves que no es tan fácil. Que sí, hay fases muy punkies, como “Tonybee Idea” y “Ectoplasma”, todos los temas se despachan en dos minutos, todos los temas son gritados y aparecen referencias clásica del género en España, como la relación amor/odio con Benidorm de “Tres Forques” (que también es clásica en ellos, ver “María Orsic” de su anterior trabajo).
Pero Futuro Terror son más que eso, aún sin pretenderlo. Porque nada menos punk que sonreír alegres en “Sonríes Alegre” o preguntarse por qué en “Sabes Por qué”. El gran hallazgo de Futuro Terror en este trabajo es hacer visibles esos hilos imperceptibles que unen los estilos musicales, saltándose toda catalogación. Como esos cuadros que intentan explicar las influencias de cada género y unen las cajas con flechas, Futuro Terror van destapando influencias del estilo y de su propia música. Y puede resultar sorprendente, pero solo hay que pararse a escuchar con atención. Y ver la evolución del punk hacía el pop enérgico que es ese hitazo “Salir de Aquí” o hacer el camino inverso y escarbar en las raíces que desembocaron en la revolución fallida de los imperdibles, para marcarse un tema medio Beatles, época Hamburgo, medio surf en “Es Así”.
Al final, este salto entre ramas, entre líneas que parecen fijas, es lo que acaba enriqueciendo la especie con individuos híbridos que, ya se sabe, son los más fuertes y adaptados.