Arranca como una cinta de terror, pero pronto se convierte en una realista denuncia sobre uno de los dramas que asolan nuestras costas con demasiada frecuencia. Es complicado hablar de lo que trata realmente Foreigner (extranjero) sin desvelar su giro de guion. Lo hacemos con su director y guionista, Carlos Violadé. Su nuevo corto ya es candidato a los Premios Goya y Forqué.
¿Cómo surge el guion de Foreigner? ¿Está basado en una historia real, o sale de la necesidad de ponernos espejos?
Carlos Violadé: Todo ocurrió durante unas vacaciones de verano con mi familia en la costa de Cádiz. Un gran amigo nos invitó a una barbacoa en un precioso chalet frente al mar, en Zahara de los Atunes. Después de la comida fuimos nadando hacia un barco varado en la playa de los Alemanes. Me habían hablado de lo peligrosas que son las corrientes por aquella zona, pero no fui consciente de lo que me podría haber pasado hasta por la noche. Cada verano se ahogan muchas personas que desconocen los peligros del mar y ahí fue cuando me imaginé solo, en medio del mar, arrastrado por la corriente. La vida te puede cambiar en un instante y es entonces cuando te planteas lo que es verdaderamente importante.
Foreigner: discurso contra el odio
¿Es su discurso más necesario que nunca, viendo cómo la intolerancia y el lenguaje del odio calan cada vez más entre el electorado?
Creo que, en la sociedad en que vivimos, es cada vez más necesario ponerse en el lugar del otro; pero hacerlo de verdad. Y para ello el cine es una herramienta muy poderosa. Una vez en la butaca y con la luz apagada, la mayoría de nosotros nos dejamos llevar por lo que ocurre en la pantalla, identificándonos de una manera muy directa con lo que le sucede a los personajes. Soy consciente de que hay algunas personas con un discurso extremista que, si supieran el tema que aborda Foreigner, quizás, por una cuestión de prejuicios, no irían a verla. Y precisamente es ese mi reto como cineasta; conectar con personas que ven las cosas de una manera diferente a mí, pero que son capaces de adoptar, aunque sea por un instante, un punto de vista muy diferente al que traían a la sala.
Produce tu propia productora, LaBalanza. ¿Facilita las cosas o doble trabajo?
Ambas cosas. Facilita porque autoproduces tus propias obras, lo cual ofrece mucha libertad creativa pero, como bien dices, supone más trabajo.
Foreigner: localizaciones
Se ha grabado entre Alicante y Cádiz, ¿cómo se decidieron las localizaciones?
El director de fotografía de la película (Manu Trillo), después de leer el guion, propuso rodar todas las escenas en el mar. Habíamos barajado la posibilidad de hacerlo en una piscina de olas, pero lo más realista era hacerlo en el mar, y para contar lo que queríamos contar, debíamos asumir ese riesgo. Fue entonces cuando empezamos a pensar en las posibles localizaciones. Cádiz era la más realista, pero a la vez la más peligrosa por las corrientes y el viento.
Es por eso que la directora de producción, Violeta Tudela, tuvo que hacer trabajo doble y proponer un plan alternativo que terminó siendo necesario y fundamental. El segundo día de rodaje saltó el viento de levante en Cádiz y nos tuvimos que ir a Alicante. A la cala del Moraig, en Benitaxell. Un lugar que resultó el idóneo para rodar las escenas a mar abierto durante cuatro noches iluminadas por la luna llena.
Foreigner: corto acuático
Más de la mitad del metraje son escenas acuáticas. ¿Qué fue lo más complicado de rodar?
La clave principal para rodar en el agua fue que tuvimos la gran suerte de poder contar con José Manuel Herrero Gaspar (Bluescreen), uno de los mejores operadores subacuáticos que hay en nuestro país. Puso al servicio de la historia toda su experiencia y generosidad, y eso fue crucial para Foreigner. Rodar en el mar supuso romper con cualquier plan establecido, teníamos que adaptarnos a lo que las circunstancias imponían y tratar de incorporar cualquier contratiempo a la historia.
Las corrientes, las mareas, el oleaje, las medusas… cada vez surgían nuevas dificultades que teníamos que superar. Esto hizo que todo el equipo se uniera de una manera muy especial. Todos aprendimos mucho. Éramos unas cuarenta personas repartidas en cuatro embarcaciones; cuatro buzos y equipos de rescate en mar y en tierra. Lo más comprometido fue la última secuencia nocturna (lo digo así para no hacer spoiler). Rodamos con dos cámaras subacuáticas uno de los momentos más duros de la película. Lo que ocurrió allí fue algo muy especial para todo el equipo y la emoción que se desencadenó en los actores está recogida en la película.
También hay muchas escenas nocturnas. ¿Cómo se trabajó con la luz y el color para que las imágenes no sucumbieran a la oscuridad total?
Eso fue obra de Manu Trillo, es un gran director de fotografía. Propuso un concepto de iluminación que parecía una locura al principio, pero que funcionó a la perfección. Hizo una prueba colocando en el extremo de una gran pértiga, una pequeña linterna de deslumbramiento metida en una pelota de ping pong. Así es la luz de la luna, pequeña (porque está lejos) y difusa, me explicaba. Después, Gonzalo Frías lo perfeccionó con su gran experiencia como jefe de eléctricos, pero siempre desde la sencillez del concepto inicial. Para los planos medios y generales dependíamos de la luz de la luna llena. El etalonador Abel Fernández cuidó al máximo los detalles para dar a la fotografía final un aspecto muy realista.
Foreigner: premios y festivales
Está teniendo una gran acogida en su recorrido por festivales, ¿cierto?
El arranque del cortometraje en festivales ha sido complicado. La agencia Freak se encarga de la distribución. Durante los primeros ocho meses no se logró ninguna selección debido a la dificultad de programar un cortometraje de 27 minutos de duración y al hecho de navegar entre distintos géneros. Pero el estreno mundial en Zinebi y el reconocimiento con el premio del público rompieron esa barrera. Y al mes siguiente recibimos el premio Asecan al mejor cortometraje andaluz. Luego tres premios más en Mecal (Barcelona), la selección internacional en Busan… Estamos muy agradecidos y satisfechos por la trayectoria y la visibilidad que Foreigner está consiguiendo.
Y ha conseguido estar entre los quince candidatos ser nominados a los premios Goya y Forqué, ¿te lo esperabas?
Creo que en esta profesión eres más feliz si no esperas nada. Hay que creer en la obra día a día. Y confiar que encontrará su lugar en los festivales y en el público. Ahora bien, cuando se reciben reconocimientos como estos, la sensación es de gratitud total. Gratitud hacia todas las personas que creyeron en Foreigner y han contribuido para hacerlo realidad. Y, ahora, a los festivales que han hecho suya la película. Y a los miembros de Egeda y la Academia de Cine, que se han detenido a valorar esta historia y situarla en este lugar tan privilegiado para que Foreigner pueda llegar a muchas más personas.
Trailer Foreigner from La Balanza Producciones on Vimeo.
