Primera exposición individual del artista David Oliver / Grip Face en Tokio.
El Museo Parco de Tokio acoge la exposición de Grip Face titulada Too Much Noise to Dream Among Clouds, de la mano curatorial de seismasunoprojects junto con la embajada española de Japón.
Por el Museo Parco de Tokio han pasado grandes artistas como Haroshi, Jean Jullien, Keiichi Tanaami y muchos otros, es un epicentro del arte más vanguardista Japonés e internacional.
Grip Face articula un discurso artístico de una precisión casi quirúrgica, donde cada elemento parece cargado de un propósito definido. Su propuesta no solo es concisa, sino que también invita a una profunda reflexión sobre la vida digital que nos envuelve, transformando su trabajo en un refugio frente a la sobrecarga informativa y la incertidumbre.
En esta doble exposición, su arte no busca alimentar la angustia ni presentar un vacío de valores. Más bien, celebra la audacia de un artista capaz de confrontar el peso del mundo digital con una mirada profunda y personal.
En la pieza principal, Grip Face, refleja esta dualidad. Su título, Too Much Noise to Dream Among Clouds, encierra el caos de un mundo saturado de imágenes, símbolos y emociones que nos inundan. Los fetiches, los avatares, los rostros sonrientes, las flores y los paisajes fragmentados forman un collage de la realidad digital. Donde el ruido constante parece diluir la posibilidad de soñar.
Pero, a través de este exceso, surgen preguntas fundamentales: ¿Dónde almacenar toda esta información sin perder nuestra esencia? ¿Será la conciencia el único refugio posible frente al caos digital? Grip Face responde a estas dudas a través de una propuesta visual y conceptual que transforma lo cotidiano en algo simbólicamente profundo.
Grip Face evoca su propia infancia a través de las postales intervenidas, cada una de ellas transformada en un escenario deconstruido entre diferentes materias plásticas.
Estas imágenes evocan la sensación de un refugio nostálgico. Un espacio seguro en el que el tiempo se detiene y la niñez parece ofrecer una protección contra el avance imparable de lo digital. La resina utilizada para encerrar estas imágenes simboliza el paso del tiempo y el tránsito de la infancia a la adultez. Un gesto en el que la memoria se preserva y se resignifica.
Con la incorporación de los murales intervenidos y, al mismo tiempo, mediante el concepto del boceto incompleto, el texto no solo resalta ahora aún más la idea de la obra como un espacio de reflexión en tiempo real, sino que además invita de forma orgánica al espectador. De esta manera, se crea un puente interactivo para explorar tanto el proceso creativo de Grip Face como para sumergirse plenamente en su mente, generando así una experiencia de inmersión cognitiva.