“Écriture botanique” es el título de la exposición de los artistas Chris Meulemans y Johan Gelper, que hasta el 29 de junio se podrá visitar en la Galería Valerie Traan de Amberes.
Las obras de los artistas Chris Meulemans y Johan Gelper mantienen un dialogo armonioso en la exposición “Écriture botaquique”. Podemos visitar esta muestra en la galería Valerie Traan, una preciosa ubicación en el centro histórico de Amberes donde arquitectura, diseño y arte conviven para proponer una experiencia diferente.
Aunque a primera vista las obras de Johan Gelper y Chris Meulemans parezcan distantes en formato y técnica, su fusión en el espacio parece algo inevitable. El recorrido expositivo de “‘Écriture botanique” es una delicia para los sentidos. Aquí, los trabajos de ambos artistas, cautivadores y elegantes de por sí, alcanzan un nuevo nivel de esplendor a través de una complicidad que emana delicadeza. Las emociones transmitidas se magnifican gracias a un espacio donde arquitectura, diseño y arte conviven armoniosamente y donde el paisaje se filtra en el interior de forma orgánica.
La exposición despliega una rica variedad de obras de Meulemans, incluyendo lienzos, dibujos en papel y una paleta vibrante de colores. Estas piezas entablan un diálogo fluido con las esculturas de Gelper, que fusiona lo orgánico y lo industrial mediante el uso de materiales reciclados, recolectados a lo largo de los años.
Écriture botanique de Chris Meulemans y Johan Gelper
“Écriture botanique” es un juego de palabras inspirado en el término “écriture automatique”. Una técnica de escritura instintiva, espontánea y (casi) inconsciente, que se hizo popular en el surrealismo. Este concepto evoca la interacción entre cultura y naturaleza en las piezas de Chris Meulemans y Johan Gelper, donde se combina dirección y espontaneidad, escribiendo y permitiendo que la naturaleza hable por sí misma.
Presencia de la naturaleza
“Écriture botanique” define la fascinación de Chris Meulemans y Johan Gelper por la naturaleza. Meulemans utiliza flores y plantas en sus obras para explorar la modernidad, globalización e industrialización. Mientras que Gelper, influenciado por su interés infantil en la biología, incorpora figuras biomórficas y trabaja de manera orgánica. En sus procesos creativos, ambos artistas fusionan la interacción entre cultura y naturaleza, infundiendo a sus obras una notable espontaneidad. En su forma orgánica y asociativa de crear una escultura, Gelper suele inspirarse en ilustres maestros modernistas, como Brancusi o Calder. La influencia del modernismo, en la figura de Matisse, también se hace evidente en la obra de Chris Meulemans.
La exposición conjunta traza un fascinante diálogo entre las creaciones de ambos artistas, quienes, a pesar de explorar disciplinas distintas, comparten sorprendentes afinidades en sus obras y en sus enfoques artísticos.
Procesos creativos similares
Las afinidades se revelan inicialmente en los métodos de trabajo de cada uno. Ambos artistas evitan comenzar con ideas preconcebidas o mensajes definidos, prefiriendo dejarse guiar por los materiales disponibles y las acciones que surgen en el proceso creativo.
En el caso de Gelper, su colección de materiales ha dio creciendo de forma orgánica a lo largo del tiempo. Desde materiales que compra a cosas que se va encontrando. Por ejemplo, cuando participó en una exposición colectiva en un antiguo edificio de la oficina de impuestos en 2022, encontró listones rosas. Posteriormente, estos listones dieron origen a una serie de obras en las que formas y figuras resultaban directamente de las propiedades específicas de este material. Muchos de los materiales de las obras de está exposición los consiguió de entre los trastos de su infancia encontrados en su anterior casa.
Chris Meulemans, por su parte, permite que las formas broten de manera intuitiva, en sintonía con las propiedades de la pintura, la sensación del trazo y el contacto con los materiales. Guiada por su mano y la espontaneidad del momento, algunas acciones parecen autónomas, otras emanan como reflejos instantáneos y algunas se disponen con cierta reflexión, superponiéndose para formar estructuras como líneas serpenteantes, rejillas o patrones primarios.
Temporalidad
En la obra de ambos artistas podemos percibir cierta sensación de temporalidad. Meulemans permite que coexistan diferentes interpretaciones en torno a una forma. Su juego creativo suele desafiar esa distinción entre positivo y negativo, figura y fondo, generando un fluir constante de imágenes. Es esta naturaleza provisional, en la creación y en la interpretación, lo que invita al espectador a una continua exploración.
La temporalidad se aprecia en la obra de Gelper en su uso de ciertos materiales para conectar piezas. En lugar de fundir o pegar partes de una escultura, utiliza ojales y tornillos que puedan separarse con facilidad. En su trabajo es frecuente que desmonte esculturas para volver a montar otras nuevas. Un proceso que contrasta marcadamente con el valor de la eternidad, a menudo asociado con la escultura clásica y sus formas cinceladas en piedra o fundidas en bronce.
Dibujando en el espacio
En la obra de Johan Gelper apreciamos cómo la pintura y los dibujos lo han influenciado más que la escultura clásica. Sus esculturas, a menudo semejantes a dibujos en el espacio, reflejan transparencia y una interacción con el espacio circundante, similar a la visión de constructivistas como Rodchenko. Al igual que los artistas de la Unión Soviética, Gelper busca desmitificar el genio individual, haciendo comprensible para el espectador el proceso de construcción de su arte.
Así como el ensamblaje es fundamental en las esculturas de Gelper, el collage es crucial en los dibujos de Chris Meulemans. Aunque la mayoría de las pinturas de Meulemans consisten únicamente en pintura sobre lienzo, sus collages influyen notablemente en la construcción espacial de sus obras.
“Écriture botanique” de Johan Geleper y Chris Meulemans podrá visitarse hasta el 29 de junio en la Galería Valerie Traan de Amberes. Puedes encontrar más información aquí.
Créditos de todas las imágenes: “Écriture botanique” de Chris Meulemans y Johan Gelper en la Galería Valerie Traan. Foto: Davide Pastore