Hasta el 16 de abril, la Sala Amadís de Injuve acoge la recién inaugurada muestra colectiva, donde se exhiben por primera vez, algunas de las formas de los nueve proyectos seleccionados en la presente edición (@creacioninjuve).
Ayudas Injuve para la Creación Joven 2019/2020 en la modalidad de Artes Visuales: un reflejo oscilante de emplazamientos y desplazamientos que recoge una sensibilidad creciente y presente en torno a la deriva subalterna de la palabra “paisaje”.
Frente a las constricciones que inevitablemente concurren en el subgénero de las muestras colectivas, derivadas de convocatorias de premios, ayudas o residencias artísticas tal, donde se termina por caer en la fragmentación y el desorden conceptual, la propuesta planteada en la presente edición de Ayudas para la Creación Joven de Injuve, desarma con éxito esta concepción tan recurrente en los últimos tiempos.
A través de una selección cohesionada, que abarca unos territorios de investigación compartidos, en los que la preocupación se centra en la resignación deducida de las heridas del paisaje heredado. Una mirada renovada hacia horizontes de memoria suburbana y los resquicios por donde se cuela el agua; un momento intermedio entre la construcción y la destrucción de las relaciones entre el paisaje roturado, la ciudad y por extensión de las arquitecturas y cuerpos que las configuran.
Partiendo de la dificultad que supone asumir el reto curatorial que conlleva una exposición colectiva: organizar el parlamento de sensibilidades que se dan lugar dentro del espacio expositivo, además de plantear un diálogo entre el mismo ecosistema y el material expuesto, se asemeja quizá, a una utopía dentro de los marcos de precariedad que estrangulan el tiempo contemporáneo. No obstante, Beatriz Alonso, junto con la arquitecta Paula García-Masedo, han sido capaces de generar un orden abstracto de convergencia que llena de sentido y teje en la muestra actual, una estructura de argumentos sensible a los encuentros con los trabajos expuestos en la sala de Injuve.
La geografía expositiva comisariada por Beatriz Alonso ha contado para la ocasión con el diseño expositivo de la arquitecta y artista Paula García-Masedo, para albergar la obra de Bartlebooth (Antonio Giráldez López y Pablo Ibáñez Ferrera), Bosque Real, Alejandro Cabrera, Lorenzo García-Andrade, Ángela Jiménez Durán, Jaime de Lorenzo (MÓN), Aida Navarro, Leonor Martín Taibo y Alejandro Sánchez, Mercedes Pimiento y Vendedores de Humo (Pablo Santacana y Marta M. Legido).
Obra de Ángela Jiménez Durán
Obra de Aida Navarro Redón y Leonor Martín Taibo
El cuidado y afecto que se deriva de las labores de comisariado y diseño, genera en la presente edición, un escenario que asombra cuando se accede al paisaje interior del espacio, superando así la complejidad espacial intrínseca de las condiciones preexistentes: la sala de exposiciones encajonada en el sótano del edificio, se transforma en un espacio fluido de suelo a techo, que se circunscribe y se difumina entorno a un triángulo central que zigzagueando, termina por abrazar y envolver tanto el espacio interior de las columnas de la sala, como aquello que sucede a su alrededor.
Un paisaje que lejos de guiar, acompaña y arropa las visiones y las resonancias de lo exhibido, como describe la propia comisaria, “como un corte en el espacio y en el tiempo, blando, algo así como un corte hecho en el agua con un cuchillo”, un manto azul sobre el que quedan suspendidos los muros y lo que pende de ellos; un busto y un pellejo, dentro de una pecera donde pantanos de tristeza temática, terminan por engullir las paredes tersas de la sala.
Temas como el desarrollo urbano, como contraseña gubernamental fracasada, las consecuencias de la especulación inmobiliaria, el telurismo, la memoria de “lo así hallado”, el patrimonio emocional que queda en la inflexión entre lo urbano y lo rural; la construcción vernácula, incluso el costumbrismo y los mapas de disidencia como esperanza para la subsistencia, son abordados desde múltiples interpretaciones, relatos vivenciales, valores culturales y antropológicos que se ensamblan y samplean, hilvanando así la narrativa expositiva que los muros guardan y revelan, pero no aíslan.
El desafío se acrecienta, si contamos con que algunas de las formas expuestas se han realizado a lo largo del convulso 2020, llegando incluso a acariciar el filo del ansiado 2021. Sin embargo, la exposición transciende a las propias paredes de la arquitectura de Amadís; como un viaje en forma de crónica satelital, ha habido un empeño por acompañar a la exposición, con una publicación acorde, editada por la misma comisaria de la exposición: un total de nueve textos inéditos y un décimo a modo de epílogo, resultado de la ligazón lógica entre lo exhibido y lo imaginado que da lugar a una conversación entre autoras y beneficiarios como acción proyectiva, para preservar los paisajes indeterminados que se vislumbran a través de las grietas del sótano de Injuve.
Obras de Vendedores de Humo (Pablo Santacana y Marta M. Legido)
Obra de Lorenzo Garcia-Andrade
En la caligrafía de la publicación se inscriben las voces de sus diez autoras: Miriam Martín, Andrea Rodrigo, Isabel Marcos, La Yayu, Lucía Jalón Oyarzun, Patricia Esquivas, Sofía Lanusse y Natalía Marín, además de las propias Paula García-Masedo y Beatriz Alonso; una ampliación de la geografía física de lo exhibido y los marcos de investigación presentados, que se encuentra disponible y accesible en su versión online en la web de Injuve @injuvespain.
Fotografías: La proyectora de ideas
Exposición Ayudas Injuve Artes Visuales 2019-2020
Del 28 de enero al 16 de abril (ambos incluidos)
Sala Amadís
Calle José Ortega y Gasset 71
Madrid 28006
Horario: De lunes a viernes, de 10-14 horas