En sus últimos trabajos, la artista polaca Ewa Doroszenko, pone el foco en los riesgos de las aplicaciones de belleza y en la distorsión de los modelos de belleza virtual.
La obra fotográfica de Ewa Doroszenko se basa en la manipulación manual y digital de otras imágenes, propias o ajenas. El resultado son collages sensuales e intrigantes, que plantean temas de rabiosa contemporaneidad, especialmente en lo referente al significado de la imagen en una realidad cada vez más tecnológica, y a la fluidez de los estándares de belleza femeninos actuales. En una de sus primeras series, The Promise of Sublime Words, Doroszenko desafiaba los cánones de belleza establecidos en la antigüedad, desestabilizando y distorsionando la belleza de las esculturas clásicas. Ahora, arremete directamente contra la obsesión por la belleza en las redes sociales.
Imagen superior: Body Editor, 2020 . Vista de la exposición.
Radical Beauty, photographic print on archival paper, 100 x 70 cm, 2021
Los trabajos de Ewa Doroszenko suelen cuestionar aquellos patrones impuestos por la sociedad que, con el auge de la media digital, han ido evolucionando hasta traspasar los límites de la realidad. Lo que a priori podría resultar atractivo y hasta divertido, algo como mostrar una imagen casi perfecta de nosotras mismas, puede acabar por convertirse en un juego perverso que condiciona la autoestima femenina. En la realidad virtual, el deseo por la belleza es tan intenso que acaba por convertirse en un objetivo diario, sin importar los trucos y herramientas que haya que utilizar.
En su obra “Radical Beauty”, Ewa Doroszenko investiga los límites difuminados entre lo físico y lo digital, utilizando para ello todas aquellas herramientas utilizadas para generar la belleza digital.
Radical Beauty, photographic print on archival paper, 100 x 70 cm, 2021
Realidad aumentada, filtros de Instagram, aplicaciones de maquillaje o incluso simuladores de cosmética y de cirugía pueden ayudarnos a rozar la perfección digital. Sin embargo, los frecuentes fallos de estas aplicaciones y, la consiguiente distorsión de las imágenes, inspiraron a esta creadora a continuar con sus experimentos. En su siguiente serie fotográfica, Body Editor, Ewa Doroszenko pretende poner a prueba nuestra confianza en las imágenes digitales dentro del contexto de la era postfotográfica, produciendo un trabajo que celebra, a la vez que critica, el continuo progreso de la tecnología y de la cultura contemporáneas.
Radical Beauty, photographic print on archival paper, 100 x 70 cm, 2021
Ewa Doroszenko ha ganado diferentes competiciones internacionales como Fait Gallery Preview Competition, Young Lynxes – Contemporary Lynx, DEBUTS – doc! photo magazine, Debut – Lithuanian Photographers Association. También ha expuesto en diversas galerías y festivales de arte entre los que destacan el Centre of Contemporary Art in Toruń, Propaganda Gallery en Warsaw, Fait Gallery en Brno, Vilnius Photography Gallery o Exgirlfriend Gallery en Berlín.
The Promise of Sublime Words, photographic print on archival paper, 90 x 60 cm, 2018
Tu premiado Proyecto, Body Editor, se inspira en los fallos de las apps de belleza más populares. ¿Cuál es tu opinión sobre el uso que hace la mujer actual de las redes sociales?
La idea del proyecto Body Editor se desarrolló a partir del momento en el que creé una cuenta en Instagram. Me sorprendió ver todos esos posts de mujeres sexis y sonrientes que intentaban, con tanto ahínco, mostrar la mejor versión de sí mismas en las fotos. Por supuesto, como artista y fotógrafa activa, me daba cuenta de todos los efectos y filtros usados en estas fotos. Gracias a esto, supe distanciarme de las imágenes de las mujeres bellas, ya que creo que las imágenes editadas digitalmente pueden herir nuestra autoestima. Por otro lado, también le veo el lado positivo a las redes sociales, especialmente para las mujeres, ya que, durante años, el punto de vista masculino fue el único válido. La historia del arte que estudié en la universidad es casi toda masculina. se trataba de hombres que construían sus narrativas, creando y perpetuando patrones culturales a través de los cuales otros vieron los cuerpos femeninos. Gracias a la media digital, las mujeres reclaman su imagen, pero es un proceso complicado que comprende muchos errores. En mi opinión, la búsqueda de nuevas imágenes es la única manera de crear una estética que pueda reemplazar la imagen de la mujer desde una perspectiva masculina.
¿Cuál es tu opinión sobre la tendencia “no-filtros” liderada por algunas artistas y celebridades?
No estoy en contra del uso de filtros y otros trucos digitales, ya que creo que se pueden utilizar de muchas maneras. Considero muy interesante que surjan tendencias como la de “no-filtros” o la del “cuerpo positivo”. Cada vez tengo más la sensación de que la tecnología se utiliza para crear estándares de belleza irreales. Además, las imágenes idealizadas de mujeres (creadas gracias a intervenciones digitales y a la medicina estética) se combina con frecuencia con la propaganda del éxito. En The Beauty Myth, Naomi Wolf describe cómo economistas cualificados generan “el mito de la belleza” para beneficiar a las industrias dietéticas, cosméticas y médicas. “El mito de la belleza” se basa fundamentalmente en la obsesión de las mujeres por la apariencia, creando una relación hostil con el cuerpo. Nos muestran continuamente a mujeres bellas en ambientes de lujo y nosotras nos dejamos seducir por estas imágenes perfectas, creadas por especialistas que simplemente quieren ganar dinero utilizándonos a todas. El resultado de todo esto es que las mujeres se pasan la vida persiguiendo una imagen soñada, dedicándole a ésto todo su tiempo y dinero, en lugar de centrarse en el desarrollo personal, el activismo social, la creatividad y otras habilidades.
Touch of the Body Editor, GIF file, 2020
A pesar de la naturaleza digital de tus obras, tu trabajo también incluye una manipulación manual. ¿Qué nos puedes contar sobre el proceso creative en trabajos como Body Editor?
Mis exploraciones artísticas no se limitan a ningún medio en concreto, ya sea tradicional o digital. Experimento con diferentes métodos y tecnologías, intentando expresar mis ideas. Mientras preparaba el proyecto Body Editor utilicé imágenes como punto de partida, además de herramientas digitales para obtener un resultado expresivo. Usé muchos métodos de creación de imágenes: preparé collages tridimensionales construidos a partir de imágenes gratuitas y mis propios retratos, fotografié las escenas, imprimí en tamaño grande, manipulé manualmente las impresiones y edité las fotos seleccionadas. En el trabajo final, intenté dejar restos visibles de procesamiento digital, revelando mi proceso de trabajo para provocar discusión sobre la fotografía contemporánea.
Touch of the Body Editor, GIF file, 2020
Como artista digital ¿has indagado sobre el mundo NFT?
Este tema es muy interesante, pero creo que el mercado del arte está dominado por las formas de arte más clásicas como la pintura, el dibujo o la escultura. Mi práctica de arte incluye el uso de la manipulación digital en combinación con otros medios más clásicos como la fotografía y la pintura. Considero que la pintura sigue siendo la técnica más deseada y la que más vende. Es más complicado vender obra gráfica, especialmente fotografía digital, ya que, al igual que el arte gráfico, esta técnica permite producir muchas impresiones. Así que los NFTs resuelven este problema, al fin y al cabo, el arte se basa en la originalidad y en la incapacidad de editar.
Touch of the Body Editor, GIF file, 2020
¿En qué estás trabajando estos días?
Ahora estoy creando una serie de obra gráfica llamada Linear Raster, que en parte hace referencia a obras seleccionadas del grupo de artistas vanguardistas Blok, activos en Varsovia durante los años 20. El nombre de mi proyecto hace referencia al trabajo Improvisation- Linear Raster, del artista Henryk Berlewi, inspirado en la estética de las obras del grupo Blok. Mediante la utilización del lenguaje gráfico de las abstracciones confronto el trabajo de los constructivistas con posibilidades actuales de la media digital. Veremos hacia dónde va…