Bimba es una luz que nunca se apagará
Revelación. Eso es lo que sentí, cuando descubrí a Bimba por primera vez, en un periódico del año 2002. Tras un polémico desfile, Bimba Bosé, David Delfin y los hermanos Postigo, saltaban a las portadas, y cambiaban la historia de la moda de este país y mi historia propia. Esa imagen, se grabó en mi mente y siempre me ha acompañado. Bimba y David, a partir de ese instante, se instalaron en mi vida y han sido una constante, una bendición, que ni la marcha a otras galaxias destruirá.
Eleonora era una mujer poliédrica, llena de talentos y policromática. Lo mismo desfilaba, que cantaba, que escribía o que actuaba. Tenía eso que algunos definen como “ángel”. Y no sólo lo tenía, sino que ella era uno.
Sus virtudes no se pueden ni enumerar, pero sin duda,ver a Bimba desfilar es una de las experiencias más religiosas e hipnóticas que he sentido. Un paso firme que llenaba la pasarela, y lograba dejar su impronta tras un reguero de aplausos.
Son muchos los que recomiendan no conocer a tus ídolos, por miedo a que te defrauden o a que destruyan, todos los sueños imprecisos que has construido en tu mente. Bimba, después de conocerla, te hacia soñar aún más. En cualquier situación, tenía un momento para dedicarte y siempre, y quizá lo más importante, tenía una sonrisa de oreja a oreja. Hasta en lo duro.
Hoy, Bimba se ha convertido en una constelación más del firmamento. Su magia y su luz, nunca se apagarán. Y yo, sólo puedo darle las gracias por tanto. Por todo lo que me ha dado, por esas cosas que siempre serán nuestras y sobre todo por demostrar, que lo mejor de la vida es vivirla, siendo indomable. Siempre, por siempre, ahora Bimba.
Fotografía y vídeo de Gorka Postigo