Si te gusta el mundo del diseño seguro que has oído hablar del IED (Istituto Europeo di Design), una institución educativa que nació en Italia y que está presente en España desde 1993. Hemos hablado con tres de sus estudiantes para que nos cuenten cómo es su experiencia.
El IED, por el que han pasado diseñadores como Jaime Hayón, Prisca Franchetti, Moisés Nieto o Cristina Tamborero, tiene una misión clara: dar una formación completa, teórica y práctica que acompañe a sus estudiantes durante toda la vida. Y qué mejor que hablar con los alumnos de la escuela para saber cuáles son sus motivaciones, su evolución y por qué eligieron una determinada disciplina dentro del amplísimo mundo del diseño. Visitamos los tres centros del IED en España para conocer de la mano de tres estudiantes de diferentes disciplinas cómo es estudiar en una de las escuelas de diseño de referencia.
Imágenes superiores: Proyecto The Home Within Me de Macarena Solla (Estudiante del IED Bilbao)
Imagen superior: Macarena Solla, estudiante del IED Bilbao
IED BILBAO >> Macarena Solla
1º del Título de Grado en Enseñanzas Artísticas Superiores de Diseño de Interiores
¿Cómo y cuándo decidiste estudiar Diseño de Interiores?
La idea llevaba años rondándome… Tras estudiar Derecho, decidí que no era lo que quería y me incorporé al mundo laboral, concretamente al del retail. Pero algo me pedía desarrollar de alguna manera una creatividad que me había acompañado siempre, y que necesitaba alimentarse. Eso, junto al haberme movido mucho –muchas ciudades, muchas casas…–, lo que me hizo ser muy consciente de la importancia del espacio y la manera en que eso me influía, me llevó a decantarme por el diseño de interiores como la vía adecuada que debía recorrer. Una manera maravillosa de unir arte y funcionalidad y que, además, forma parte de una manera tan directa en la vida de las personas. Así que dejé el trabajo, y decidí volcarme en un nuevo proyecto a través del IED Kunsthal Bilbao.
¿Qué recuerdas de tu llegada a la escuela?
Nervios e ilusión, a partes iguales. Recuerdo el día que entré por primera vez, y vi ese lugar privilegiado en el que está la escuela. Se movía mucha energía, un lugar lleno de espacios abiertos, de zonas pensadas para compartir…Me impresionó, sabía que quería estar ahí. Y, luego, muchísimos nervios por no saber exactamente a lo que me enfrentaba. Hacía años que no estudiaba y las primeras semanas tuve que acostumbrarme a herramientas que no había manejado nunca.
Además, al principio, al ser un temario tan multidisciplinar, empiezas a entrar en contacto con conceptos muy diferentes, materias muy distintas entre sí. Vas con el cartabón a clase de historia, manchada de carboncillo, y cuando sales vas a imprimir un montaje de Photoshop para grabar un vídeo de una maqueta inspirada en Oteiza… Es decir, estás un poco perdida y sobreestimulada, no sabes muy bien cómo unirlo todo. Todo esto rodeada de gente de mucho talento, profesores y compañeros, de los que quieres aprender. Fue duro, pero ¡muuuyy chulo!
De esos primeros momentos a hoy, ¿cuál ha sido tu evolución?
Eso es lo mejor, ver tu evolución y la de tus compañeros según transcurre el curso. ¡Es una pasada! Te das cuenta de que realmente estás aprendiendo; hacemos cosas que hace seis meses no nos imaginábamos, y con unos registros que antes no teníamos. Entiendes que todas esas disciplinas tan distintas forman parte de un todo y te van a dar las herramientas necesarias para poder dar forma a tu proyecto, a lo que tienes en la cabeza… Es como una explosión, como una toma de conciencia de lo que realmente estás haciendo. Además la relación con los profesores es superdirecta, van reconduciéndote según tus condiciones.
¿Qué consejos le darías a un futuro estudiante de Diseño de Interiores?
¡Pues le diría que ha elegido bien! Que traiga muchas ganas, mucha actitud, y mucha curiosidad por todo…Eso es vital. Y que esté preparado/a para trabajar mucho, y para pasarlo también muy bien, porque aquí todo es compartido, es una forma de trabajar muy dinámica y muy social.
¿Un kit de supervivencia del diseñador?
Papel, lápices, cúter y portátil, radar conectado 24h, litros de café, un compañero al que recurrir, un libro y una tortilla de patata del muelle 31.
IG Macarena Solla: @bluejavabanana80
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Imagen superior: Proyecto Bandera Floja de Paula Martín (IED Madrid)
Imagen superior: Paula Martín, estudiante del IED Madrid
IED MADRID > Paula Martín
2º del Título de Grado en Enseñanzas Artísticas Superiores de Diseño Gráfico
¿Cómo y cuándo decidiste estudiar Diseño Gráfico?
Creo que me vino poco a poco y muy sutilmente. Desde pequeña siempre me gustaron mucho los libros…Los álbumes ilustrados son mi gran obsesión y los colecciono, pero la estética y la maquetación siempre han sido algo determinante para comprar un libro en mi caso. Si tuviese que decir un momento específico, sería tras acabar el bachillerato; estudié Ciencias Biológicas y me sentí muy frustrada durante los dos años que estuve. Cuando terminé, me sentía reticente ante la idea de entrar en una carrera universitaria por el miedo a equivocarme de nuevo y pasarlo mal; así que me apunté a un Grado Superior de Diseño Gráfico sin tener mucha idea de a lo que me enfrentaba y allí me enamoré del gremio. Fue como si de repente todas las disciplinas que me habían llamado la atención a lo largo de mi vida se uniesen; me di cuenta de que todo pareció encajar.
¿Qué recuerdas de tu llegada al IED Madrid?
Después del Grado Superior continué mis estudios en el IED, y, para empezar, no podía estar más enamorada de las instalaciones y el edificio en el que estudiaba. Todo es muy caótico al principio…No sabes llegar a las clases, están interconectadas entre sí, pero todo pertenece a un ambiente que activa la creatividad: siempre hay personas de otras disciplinas (o de la tuya propia) de aquí para allá, que parecen tener sus destinos claros y conocerse el sitio. La verdad es que te sientes como en casa; de repente, aunque estés con sentimientos agridulces por el miedo y la emoción, encuentras tu lugar y te sientes, de una manera casi instantánea, conectada a todo lo que te rodea.
De esos primeros momentos a hoy, ¿cuál ha sido tu evolución?
Creo que el cambio más notable es que lo desconocido se vuelve conocido…En mi caso, esto significa moverme a mis anchas por la escuela y aprovechar todo lo que esta me puede ofrecer. Sobre todo en el taller; al principio te entra miedo de hacer las cosas, por el hecho de hacerlas mal, pero cuando coges confianza, tanto con el lugar como con la gente, tienes ganas de probar, de mancharte las manos y, sobre todo de equivocarte, que creo que es la mejor manera de aprender.
Ahora sé dónde están todos los materiales que necesito para estampar con serigrafía, hacer punta seca o huecograbado. La confianza con el lugar te ofrece confianza en lo que estás haciendo; lo cierto es que desde el comienzo me sentí muy cómoda y animada a hacer cosas y moverme.
¿Qué consejos le darías a un futuro estudiante de diseño gráfico?
Uno de los consejos más útiles que podría dar sería dejar el miedo atrás y llevar la equivocación por bandera. A veces, la presión por la expectativa de lo perfecto nos hace echarnos para atrás en muchos proyectos o ideas con potencial que podrían llegar a ser algo más grande; dejarlo atrás es la mejor manera de crear. ¡Siempre se puede aterrizar, pero no si nunca despegaste!
También le diría que preste mucha atención al concepto del proyecto. A pesar de que todo se hace con una finalidad, el proceso es la mayor parte de un trabajo y para poder desarrollarlo bien se necesita de una idea de peso en la que poder apoyarte.
Por último, creo que le diría que siempre se mantenga fiel a sí mismo/a. Suena muy a cliché, pero a veces la presión te influye de manera inconsciente y cambias o realizas trabajos con los que no te sientes cómodo/a o no estás de acuerdo, porque la mayoría de tus compañeros, por poner un ejemplo, te lo han dicho. Con el tiempo te das cuenta de que, cuando crees en algo, incluso si estás dándole un giro al briefing para llevarlo a tu campo, se suele acertar.
¿El kit de supervivencia del diseñador gráfico?
Lo básico es un lápiz y un papel. Desde una idea, un boceto, una palabra que te lleve a un concepto, un dibujo con el que vayas a realizar una ilustración…¡Siempre se empieza por el lápiz y el papel!
Después, por supuesto, un ordenador es indispensable. Lo demás se irá abriendo paso en tu mochila con el tiempo y según tus gustos personales. Para mí, la ilustración es lo que más me atrae: pinturas, tinta china, pinceles y hojas de altos gramajes. El iPad también es muy útil y una herramienta maravillosa que te facilita un montón la vida, pero no es ni mucho menos esencial.
IG Paula Martín: @pcora_
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Imagen superior: Colección Pop Porn de Giacomo di Paolo (estudiante IED Barcelona). Fotografía: @govii_cardinni/ Maquillaje: @azul.prusia @hijxdelfuego / Pelo: @rei.palma / Modelo:@s.marstone
Imagen superior: Colección Pop Porn de Giacomo di Paolo (estudiante IED Barcelona). Fotografía: @govii_cardinni/ Maquillaje: @azul.prusia @hijxdelfuego / Pelo: @rei.palma / Modelo:@s.marstone
Imagen superior: Giacomo di Paolo, estudiante IED Barcelona
IED BARCELONA >> Giacomo di Paolo
Recién graduado del Título de Grado en Enseñanzas Artísticas Superiores de Diseño de Moda
¿Cómo y cuándo decidiste estudiar Diseño de Moda?
Desde muy pequeño siempre me interesó el mundo del arte; dibujaba mucho, hacía pequeñas esculturas… Me di cuenta pronto de que quería dedicarme a algo creativo. En el Bachillerato Artístico teníamos una asignatura de diseño, que era la que más me gustaba. Inicialmente pensé en hacer Diseño de Interiores, pero al final vi que lo mío era realmente la moda.
¿Qué recuerdas de tu llegada al IED Barcelona?
Soy de Mallorca, así que fue todo muy nuevo para mí. El año anterior había pasado unos meses fuera y sabía ya lo que era estar solo. Pero aquí empezó la verdadera independencia, el principio de una etapa nueva. Lo recuerdo como un momento genial: descubrir la ciudad, su ambiente tan diverso, todas las actividades culturales que ofrece…Encajé muy bien.
De mi primera semana en el IED recuerdo toda la ilusión y las expectativas con las que llegué. Fueron unos primeros días, más que de estudio, de conocer a muchísima gente nueva, distinta entre sí, de diferentes países…
De esos primeros momentos a hoy, ¿cuál ha sido tu evolución?
Yo ya venía con la idea de que estudiar Moda iba a ser un reto. El primer año es más relajado, interdisciplinar; pero en segundo es cuando ya de verdad te sumerges en el mundo de la moda. Imagínate que tú puedes llegar, como en mi caso, sin saber coser, sin tener ni idea de patronaje…En ese segundo año tuvimos un proyecto que me obligó a estar todo el día trabajando…He dormido mucho más en la entrega final de la tesis que con aquel trabajo. Pero con el tiempo, he aprendido a organizarme, a buscar mi propio método de trabajo, mucho más sensato y efectivo.
Desde el punto de vista de tus estudios, ¿cómo has vivido el confinamiento?
Tengo que decir que el profesorado hizo un gran esfuerzo para que, dentro de la situación, nos sintiéramos lo más cómodos posible. Adaptaron al máximo el formato de enseñanza. Nos acompañaron a pesar de las distancias físicas. Fue duro. Realmente el click de verme capaz de trabajar solo lo di este año cuando empezamos a trabajar en las tesis. Pese a todo lo que hemos vivido, podemos decir que lo conseguimos.
¿Qué consejos le darías a un futuro estudiante de moda?
Por un lado, le hablaría de la industria: es un mundo complicado, pero, a la vez, el aprendizaje es enorme. Cuando miro mis sketches me pregunto: ¿en qué otra carrera podría estar pegando la cara de Belén Esteban junto a un cono de helado? Es creatividad en todos los sentidos.
¿Un kit de supervivencia del diseñador de moda?
Pues como yo personalmente no tomo mucho café, eso lo cambio por ¡mucho azúcar! Además, incluiría a Maribel (la responsable de taller), a mis compañeros de clase, por supuesto, un descosedor (¡muy importante!) y un sketchbook.
¿Cuáles son tus planes a partir de ahora?
Una vez me gradúe, volveré a Mallorca para trabajar un tiempo en el negocio familiar, pero mi idea es empezar a enviar mi portfolio a todas aquellas marcas que me gustan y en las que creo que puedo seguir aprendiendo. Hablando de ciudades, me gustaría Londres, Amberes, París…
IG Giacomo di Paolo: @giacodipaolo
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