Primera exposición individual del artista cubano Jorge Pardo en Elba Benítez. La muestra se puede visitar hasta el 10 de mayo en la galería madrileña.
¿Qué ocurre cuando el arte no solo se mira, sino que se habita? Esa es la pregunta que nos invita a responder Jorge Pardo en su exposición actual en Elba Benítez. Lejos de la pasividad de la contemplación, Pardo nos sumerge en un mundo en el que las obras se sienten, se perciben. La pregunta aquí no es solo si la obra es un objeto, sino si es un evento que cobra vida a través de nuestra interacción.
Jorge Pardo ha destacado principalmente por su trabajo en el ámbito de la escultura, el diseño y la arquitectura. Sus instalaciones a menudo combinan elementos arquitectónicos y arte contemporáneo. Sus obras crean espacios que invitan a la interacción y cuestionan las fronteras entre el arte y el diseño funcional. Ha trabajado en proyectos que incluyen desde muebles y lámparas hasta intervenciones arquitectónicas más grandes en una especie de fusión entre casa e instalación artística.
Jorge Pardo: el color y la textura como fuerzas sensoriales
Una de las características distintivas de Pardo es el uso del color y formas orgánicas. En Elba Benítez, la exposición comienza con un suelo cubierto de piezas de cerámica dispuestas a modo de mosaico multicolor. Estos azulejos cerámicos, cargados colores, emoción y formas, parecen crear una secuencia de ritmos sin que haya movimiento alguno: a veces la quietud también puede ser un acto de dinamismo.
Además de las cerámicas, las obras en esta exposición son, una mezcla maravillosa de pintura, dibujo y diseño de objetos. El uso del color en las piezas de Pardo no es solo decorativo; es un vehículo sensorial que transporta al espectador fuera de su cotidianidad visual. Las pinturas, de formas semi-abstractas, desdibujan la dicotomía clásica de figura y fondo, sumergiéndonos en un espacio donde los procesos digitales rígidos se entrelazan con la fluidez táctil de los objetos físicos. Es un juego continuo de contrastes que genera una inestabilidad que no se puede ignorar.
¿Obra o funcionalidad? La cuarta pared rota
La cuarta pared es, figurativamente hablando, la que separa al público de lo que ocurre en escena. Pero si de pronto un actor se dirige al público para pedir su participación o si el guion exige interactuar con los espectadores, entonces se dice que se está rompiendo la cuarta pared. Y es que, uno de los elementos principales de la expo de Jorge Pardo son las lámparas: funcionales, pero artísticas, ubicadas estratégicamente para romper esa “cuarta pared” que tanto encierra las exposiciones tradicionales.
En lugar de estar simplemente decorando el espacio, estas piezas nos invitan a pensar en la relación entre la funcionalidad y el arte. ¿Son las lámparas elementos utilitarios o objetos artísticos? La respuesta, como en el resto de la exposición, es que son ambas cosas. En este cruce de fronteras, Pardo logra que incluso lo más cotidiano sea percibido de manera renovada.
Jorge Pardo y el arte como experiencia revitalizada
El desafío está en revitalizar nuestra capacidad de experiencia. En un mundo donde estamos saturados de imágenes planas y fugaces, donde lo digital aplana la textura y el peso de las cosas, la exposición de Pardo nos recuerda la importancia de sentir el arte, de recuperar la “sensación de la vida”. Esta muestra es un ejercicio de re-aprendizaje sensorial, una invitación a mirar, tocar, sentir.
El concepto de “lo habitable”
Pardo es un maestro en fusionar el diseño funcional con el arte. En sus instalaciones, no solo se trata de mirar, sino de interactuar: puedes sentarte, caminar entre las piezas y sentirlas. Sus obras no se limitan a estar en una galería, sino que transforman el espacio, invitando a los visitantes a ser parte de la experiencia. Este enfoque “habitable” nos recuerda que el arte puede ser una extensión de la vida cotidiana, un lugar donde no solo se aprecia lo visual, sino que se siente en todo el cuerpo.
Lo físico, lo emocional, lo sensorial
En un contexto en el que todo parece haber sido digitalizado, esta exposición se presenta como un oasis de tangibilidad. Jorge Pardo nos ofrece una experiencia inmersiva en la que lo físico y lo emocional se entrelazan de manera que nos obliga a pensar en cómo percibimos el mundo. Aquí, las piedras son pedregosas de nuevo, y la pregunta es: ¿estamos listos para sentirlas?
Sobre Jorge Pardo
Jorge Pardo (La Habana, Cuba, 1963) es un artista cuya práctica ecléctica sintetiza escultura, pintura, diseño y arquitectura. Trabajando entre Mérida y Nueva York, Pardo fusiona artesanía, tecnología y estética para crear entornos públicos y privados donde el color, la textura, el patrón, el material y la escala se unen en una experiencia inmersiva. Pardo ha expuesto en instituciones de renombre como el MoMA de Nueva York, la Tate Modern de Londres o el Pinacoteca de Estado São Paulo. Su obra forma parte de numerosas colecciones públicas y además ha recibido numerosos premios a lo largo de su trayectoria.
Todas las imágenes cortesía de Elba Benítez. Fotos: Oak Taylor Smith
Jorge Pardo, hasta el 10 de mayo en Galería Elba Benítez.
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