¿Es adictiva la salsa de soja? ¿cuál es su origen? ¿qué ingredientes que contiene?, ¿cómo se elabora?, ¿es beneficiosa para la salud? Todos estos interrogantes y más tienen una respuesta clara y contundente. Las justas para que nadie te equivoque.
La salsa de soja es un pilar básico de la cocina asiática que se ha integrado a la perfección en nuestra gastronomía como aderezo pero ¿es saludable? Esta es una de las preguntas que seguro te has hecho alguna vez, especialmente si has terminado por desarrollar una pequeña adicción a ella. Algo que se entiende desde el primer momento ya que es de los pocos alimentos que contiene las cuatro cualidades básicas del sabor: la salsa de soja es salada, dulce, amarga y ácida a la vez. Todo un placer.
Imagen superior: ¿Es adictiva la salsa de soja? Una imagen de: Jonathan Forage
Imagen superior: ¿Es adictiva la salsa de soja? Una imagen de: Agto Nugroho
1) Origen de la salsa de soja
El origen de la salsa de soja, aunque muchos la asocien al sushi y a la cocina japonesa, en realidad procede de China, donde se tiene constancia de que se fabricaba hace más de 2.000 años. Pero fue ya en el siglo XIII cuando la salsa llegó a Japón, con un proceso de elaboración muy similar a la que conocemos hoy en día.
Precisamente en el año 1.254, un monje budista que regresaba de uno de sus viajes por China, se instaló en el país nipón relatando que había aprendido a hacer un tipo de miso que servía para conservar las verduras en verano. Y, al elaborarlo, el líquido que se recogió al separarlo de la pasta es lo que se conoce desde entonces como salsa de soja.
2) Elaboración de la salsa de soja
La salsa de soja procede de la combinación de cuatro ingredientes: habas de soja, trigo, sal y agua. El primer paso consiste en mezclar el trigo con la soja y esperar cuatro días hasta que arranque la fermentación. El segundo es añadir la sal y el agua y dejar reposar en barriles de madera unos 18 meses; durante este tiempo el mosto debe ser mezclado a mano para favorecer la fermentación.
Pasado ese periodo, la pasta se deposita en bolsas de tela que se prensan para extraer el líquido, lo que se conoce como salsa de soja nama. Ésta se calienta en una olla de hierro, a continuación se retira la espuma y, finalmente, se deja enfriar para poder embotellarse y empezar su distribución.
Una tradición artesanal que tiene sus orígenes protegidos –a pesar de haberse convertido en un fenómeno mundial- y que se ha ido conservando sin cambios durante sus más de 760 años. De hecho, en la actualidad, la salsa de soja mantiene su legendario éxito culinario a la hora de acompañar al sushi; aromatizar sopas de pescado o verduras y caldos de ave; aliñar ensaladas; reforzar el sabor de las carnes y pescados; marinar vegetales a la plancha o hervidos y, cómo no, alegrar arroces.
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3) ¿Cuál es la salsa de soja más saludable?
En cuanto a los efectos de su ingesta en el organismo, hay que decir que la respuesta es delicada porque hay que saber elegir cuál es la salsa de soja más adecuada. Quizás te hayas preguntado a la hora de ir al súper cómo es que hay unas más caras que otras, ¿verdad?
Las salsas de soja que tienen un precio más elevado suelen ser precisamente las que sí son saludables: aquellas que solo contienen los cuatro ingredientes habas de soja, trigo, sal y agua en su etiqueta y han seguido el proceso de fermentación ya descrito.
Las demás, por lo general, son salsas químicas que no parten de los propios granos de soja, sino de harinas hidrolizadas y que, además, suelen incluir en su composición colorantes, endulzantes como el jarabe de maíz, extracto de malta, e incluso sustancias poco recomendables como el glutamato monosódico.
¿El objetivo de esta tremenda suplantación? Te lo puedes imaginar: acelerar el proceso de producción, reducir costes e intentar imitar el sabor de la original. Porque, efectivamente, se trata de salsas de soja ultraprocesadas.
Una vez elegida la salsa de soja más adecuada, aún así, se abre el debate entre sus ventajas y desventajas porque hay opiniones para todos los gustos; sin embargo, aquí te resumimos lo que afirman los expertos en nutrición.
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4) Defensores de la salsa de soja
Los defensores de la salsa de soja destacan entre sus beneficios los siguientes:
Al tener como base los granos de esta leguminosa, en ella se encuentran algunos de sus fitonutrientes esenciales, como las isoflavonas, potentes antioxidantes que retrasan el envejecimientode nuestro tejido celular.
Esta salsa es fuente de proteína vegetal de alto valor biológico que, además, se presenta diluida para su mejor digestión.
Al tratarse de un alimento fermentado contiene microorganismos beneficiosos que cuidan la flora intestinal.
Su contenido en carbohidratos es bajo y en grasas, prácticamente nulo, por lo que es una salsa que proporciona un toque de sabor a numerosos platos sin aportar calorías de más.
Se considera que su ingesta ayuda a disminuir la presencia de colesterol LDL, el más perjudicial.
La salsa, al igual que la materia prima de la que parte, tiene un alto contenido en calcio, siempre una buena ayuda para huesos y articulaciones.
5) Detractores de la salsa de soja
Los detractores de la salsa de soja destacan estos inconvenientes:
Tomada en exceso puede estar relacionada con la aparición de cáncer de próstata en los hombres y de mama en las mujeres.
Algunos expertos desaconsejan el consumo de salsa de soja a aquellas personas que padecen de hipotiroidismo.
Dado su alto contenido en sal, es cierto que si se está siguiendo una dieta hiposódica no debe tomarse, o limitar su ingesta a ocasiones puntuales.
Hay estudios que apuntan a que si se ingiere de forma habitual, esta salsa puede dificultar la absorción de algunos mineralescomo el magnesio o el hierro.
Imagen superior: ¿Es adictiva la salsa de soja? Una imagen de: Marek Piwnicki
6) ¿Es adictiva la salsa de soja?
La adición que muchas personas tienen a la salsa de soja se debe su sabor denominado Umami (sabor delicioso en japonés). Este es un término acuñado por el químico japonés Kikunae Ikeda en siglo pasado. Es un término que hace referencia a un sabor complejo y delicioso a la vez que tiene un gusto salado, dulce, amargo y ácido a la vez.
Al Umami también lo llaman quinto sabor y se puede conseguir de una forma sintetizada como es el Glutamato Monosódico o su nombre comercial Ajimoto, estos son también conocidos como potenciadores de sabor.
Pero quizá lo más interesante del Umami es que se puede encontrar en alimentos y elaboraciones naturales, por ejemplo, los romanos ya utilizaban una especie de salsa de soja que se llamaba Garum (salsa de pescado fermentado) para mejorar sus platos. La salsa de soja produce ese sabor placentero a nuestros platos ya que potencia y enriquece el sabor. Por eso, si la salsa de soja que compramos es de buena calidad (no lleva Glutamato Monosódico añadido) y está elaborada de forma natural tendremos ese quinto sabor que potenciará los otros del plato.
7) Conclusiones sobre la salsa de soja
Con todo, no hay argumentos científicos confirmados que determinen que la salsa de soja pueda ser un peligro para la salud, sobre todo si hablamos de un consumo normal y moderado.
Si no existe alergia o contraindicaciones médicas que la desaconsejen, disfrutar de ella como ingrediente de la cocina japonesa o incorporarla a nuestras ensaladas y verduras, de forma esporádica, puede ser una deliciosa manera de comer platos variados con un toque exótico muy apetecible.