Un proceso constructivo experimental próximo al DIY ha marcado las pautas de este proyecto de rehabilitación y transformación de un granero en vivienda en un pintoresco pueblecito de Alemania. El sorprendente resultado es fruto de la estrecha colaboración entre el estudio de arquitectura Piertzovanis Toews y sus clientes, que han llevado a cabo la renovación por ellos mismos.
Rodeado de colinas repletas de viñedos de uvas Riesling y Chardonnay, Albisheim se encuentra a un cuarto de hora en coche del municipio de Bockenheim an der Weinstraße, la última parada de la ruta alemana del vino celebrada en la región del Palatinado. En este paisaje rural, Erika y Willi habían adquirido un granero que formaba parte de un conjunto levantado en torno a un viejo molino del siglo XVIII. Como disponían de un presupuesto limitado, al realizar el encargo, propusieron ser ellos los que ejecutaran la construcción del diseño para ahorrar mano de obra. A pesar de no tener experiencia previa, los propietarios siguieron paso a paso los ilustrados manuales preparados por el estudio, liderado por los arquitectos Ioannis Piertzovanis y Heinrich Toews. Dos años y medio después, disfrutan de esta vivienda donde el carácter tradicional de la preexistencia se funde con los vivos colores de la nueva arquitectura.
El granero se caracteriza por sus robustas fachadas de piedra, bellas cerchas de roble y cubierta de tejas de arcilla, que han sido recuperadas y puestas en valor en el proyecto de vivienda actual. Su planta tiene forma de L y cuenta con una superficie total de 285 m².
El diseño de Piertzovanis Toews preserva la rica materialidad de la arquitectura rural
El proceso de renovación comenzó con una evaluación de la estructura original, seguido del aislamiento y refuerzo de los muros en el interior. El gran espacio diáfano de la planta baja, donde antes se almacenaba el heno, alberga ahora la zona común, ocupada por una escenografía que parece sacada de un mundo de fantasía. Superficies de divertidos colores definen los distintos ambientes, abiertos a la doble altura creada por el armazón de madera que sustenta la cubierta a dos aguas. La limpieza con chorro de arena permitió devolver a las cerchas de madera su veta y tono original, dejando a la vista sus irregularidades y grietas como reflejo del paso del tiempo.
Al ser un edificio protegido, apenas podían añadir nuevos huecos así que el estudio Piertzovanis Toews, con sede en Basilea, optó por crear un gran lucernario a lo largo de toda la longitud de la cubierta para lograr la luminosidad deseada. La luz cenital realza la altura de los interiores, confiriéndoles un aura enigmática. Para ganar más luz, los arquitectos decidieron ampliar también la dimensión de las ventanas existentes.
Las lúdicas construcciones que ocupan el núcleo de la vivienda destacan por sus brillantes colores. Estas nuevas superficies están fabricadas con madera contrachapada de pino marino. Un material idóneo por su resistencia al agua y a los cambios de temperatura y humedad, así como a los hongos y los insectos.
La variedad de colores del interior se convierte en un emocionante juego para los sentidos
El caparazón de cristal de la logia amarilla protege la puerta de entrada y da acceso a la amplia sala de estar. La cocina llama la atención por el suave color verde que unifica todos los elementos de la estancia. Desde el pavimento, pasando por las puertas de los armarios, hasta la encimera de la isla.
Las dos nuevas habitaciones se disponen en los dos extremos de la L. Un intenso azul eléctrico baña hasta el último rincón del dormitorio principal, contrastando con el color tierra del muro de piedra original.
El gran espacio central de la sala de estar está presidido por una escalera que se erige en torno a una estructura con forma de casa de color rojo pálido, con unos peldaños a juego que conducen a la estancia abuhardillada del nivel superior. En la sala de estar también destaca la pasarela de vidrio que da acceso al patio, enmarcada en una tonalidad lila.
Los arquitectos de Piertzovanis Toews cuentan que, a excepción de la calefacción y las ventanas, cada paso del proyecto lo llevaron a cabo los propietarios, siguiendo los manuales de construcción que les habían preparado. Este proceso constructivo fuera de lo común celebra el trabajo artesanal y, por encima de todo, logra que la esencia material del antiguo granero conviva en armonía con la alegre arquitectura de la nueva vivienda.
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Créditos de Erika und Willi‘s Barn:
Arquitectura: Piertzovanis Toews
Arquitectos: Ioannis Piertzovanis + Heinrich Toews
Cliente: Erika y Willi Thiessen
Localización: Albisheim, Alemania
Año de finalización: 2024
Construcción: Principalmente construido por Erika y Willy Thiessen
Ingeniero estructural: CDI Baumanagement GmbH
Carpintero: Holzbau Lüdke GmbH
Ensamblador: Schreinerei Rehan
Técnico de calefacción: Steingab GmbH
Instalador de solados: Rohrwick GmbH
Fabricante de ventanas: Skiendziel
Productos manufacturados:
Velux (ventanas para tejado)
Xella – Multipor (aislamiento)
Huguet Mallorca (baldosas de terrazo y lavabos; encimera de cocina)
Adler (tinte para los paneles de madera contrachapada)
Fotografía: Simone Bossi