Pato o Black Butter son los sinónimos que ocultan la identidad del joven artista madrileño que se balancea entre la pintura, la escultura y la performance.
Y es que Black Butter no tiene miedo a nada y se enfrenta a la oscuridad humana y a sus propios demonios, a golpe de brocha y un magnetismo del que es difícil escapar, es más, hasta resulta adictivo su universo de luces y sombras. Acompañanos a descubrir ese agujero negro que es su alma creativa.
Neo2: Te definen como un “vomitador de almas”. ¿Puedes indagar más en ese concepto?
Black Butter: Lo puedo hacer. Creo que hace referencia a cómo representar la realidad. A la hora de trabajar el filtro de lo bello o lo de suavizar la realidad desaparecen. Es una búsqueda constante de las formas auténticas o desnudas de esta vida física y espiritual. Trato con mi trabajo ir más allá, hablando de lo personal también, la profundidad, y hay veces que hace falta hacer inmersiones en lo complejo, lo incomodo o en temas tabú que durante el proceso están firmemente presentes aunque en mis piezas finales solo aparezca visualmente la estela de lo dicho anteriormente… Al final es lo que me ha tocado, podría haberme enfocado a pintar otros temas pero es lo que me ha tocado y estoy feliz.
Neo2: Tu mantra es el siguiente: “Iluminar la verdad que reside en las sombras y celebrar la riqueza de la experiencia humana en todas sus facetas”. ¿De dónde surgió?
Black Butter: A todos nos acompaña la sombra cuando nos da el sol. Todos convivimos con las noches y la luna como la luz que alumbra esos momentos… y por ahí voy. Al igual que disfrutamos del día, donde se genera la práctica de la vida mayoritariamente y luego la noche es un descanso…
Hay que enfocar la mirada y quitar ciertos tapujos, creencias e historial, ahí está mi foco ahora. Al final de eso se trata… ¿No?
Doy importancia a que en esas noches es donde puede haber un mundo rico de experiencias, sensaciones, historias, aventuras. Personalmente, se percibe la intensidad y el aura se aprecia más fácilmente… la mayor parte de noches que he estado ahí fuera ha sido donde he aprendido lo complejo del ser humano, lo sensible, lo humilde, incluso lo más crudo y auténtico que, normalmente por el día controlamos y dejamos ver lo que nos interesa. Hay que enfocar la mirada y quitar ciertos tapujos, creencias e historial, ahí está mi foco ahora. Al final de eso se trata… ¿No?
Neo2: ¿Por qué esa fascinación por lo que se oculta en las sombras?
Black Butter: Por una parte, su intensidad que me aporta conectar con una gama más amplia de experiencias emocionales, lo que se oculta en las sombras a menudo es más vibrante que lo que se muestra en la luz, las máscaras caen y emergen las verdaderas facetas del ser humano, tratando de acercarme a una visión más honesta. Representa una parte viva en mi… Es mi media naranja aunque podría llegar a ser mucho más romántico, poético, un entorno mucho más agradable y menos mental, nada saturado, y en esencia las sombras y yo hacemos buen team.
Neo2: ¿Qué colores caracterizan la eterna noche de Black Butter?
Black Butter: Cada noche es diferente al igual que cada día… Entonces todo cambia evoluciona sobre si mismo y a veces son en gama de grises y negros. Es ahí donde se encuentran esos monstruos que pueden jugar muchos y diferentes papeles e historias pero otras veces pueden tener áureas de colores, depende de como vibren son de un color u otro.
Neo2: Tu arte se ha instalado en la noche, pero, ¿qué pasa cuando llega el amanecer?
Black Butter: El amanecer es un nuevo comienzo, un nuevo ciclo. Otro ejercicio que hay que exprimir hasta que llega su fin y volver a empezar.
Neo2: ¿Qué aspecto nuevo de Black Butter podemos ver en esta nueva exposición?
Black Butter: En esta exposición: “Hasta que salga el sol, la noche es infinita” en Gärna Art Gallery hay un poco de todo. En la primera sala hay una instalación de dibujos en los que hay monstruos en diferentes espacios o formando parte de diferentes escenas… marcan un poco la mirada al pasado de ciertos momentos que no entendía o conflictos o dolor por mostrar partes de mí que no casaban con el entorno/personas/ambientes. Gracias a recuperarlas y traerlas al presente con un humor e ironía propios, los sanó de alguna manera.
En la sala central se encuentran una serie de piezas de una misma serie con fondos de colores y unos trazos en negro que pueden parecer primitivos. Que a modo de jeroglíficos o pinturas de cueva, utilizo para transformar mis procesos creativos en emociones y el resultado son esas piezas que tienen una energía propia. Y por último un autorretrato a modo de cabeza dentada que hace referencia a mi yo nocturno y una parte concentrada de Pato.
Neo2: Los fantasmas protagonizan esta nueva exposición, ¿crees en lo sobrenatural?
Black Butter: Más que en lo sobrenatural me enfoco sin quererlo en lo esotérico, lo mágico. Un mundo que poco a poco se va abriendo ante mí y lo recibo con gusto y con disposición.