ENTREVISTAMOS A LETICIA DOLERA

‘REQUISITOS PARA SER UNA PERSONA NORMAL’ ES SU PRIMERA PELÍCULA COMO DIRECTORA Y GUIONISTA

¿Qué significa ser normal? La respuesta a esta pregunta puede parecer, en principio, sencilla. Pero si tratamos de pensar en las cosas que hacen que una persona sea normal, cada uno de nosotros enumerará, seguramente, una lista de características muy diferentes. Aún así, hay ciertos factores que todos asumimos como esenciales para poder ser considerados “normales” frente a la sociedad, y cumplirlos puede llegar a ser en ocasiones traumático. A una situación similar es a la que se enfrenta María de las Montañas, una treintañera que, durante una entrevista de trabajo, se da cuenta que no cumple ninguna de las supuestas pautas marcadas para encajar en la definición de normalidad. Así da comienzo ‘Requisitos para ser una persona normal’, el estreno como directora y guionista de la actriz Leticia Dolera, una comedia romántica que se estrena hoy, 5 de junio. La película, que arrasó en el pasado Festival de Cine de Málaga con cinco premios -entre ellos, el de Mejor Guión Novel-, bebe de lo mejor del cine indie americano, apostando por una estética colorista y una actitud näif que recuerda a directores como Wes Anderson. ‘Requisitos para ser una persona normal’ es una muestra más de que en el cine español aún hay muchas historias que contar, y que existe la posibilidad de hacerlo de una manera diferente. Además, sirve para descubrir a jóvenes actores como Manuel Burque o Jordi Llodrá, que comparten reparto con otros ya consagrados como Carmen Machi, Alexandra Jiménez, Silvia Munt o la propia Leticia Dolera, que con el papel protagonista acaba por completar la implicación total en su ópera prima. Aprovechando su paso por Madrid para la presentación de la película, hablamos con Leticia sobre los retos que supone ponerse al otro lado de la cámara, la importancia de los premios o la banda sonora.

Aunque ya tenías experiencia detrás de la cámara después de dirigir varios cortos, ¿en qué momento decides afrontar el reto de dirigir un largometraje? En realidad, antes de dar el salto del corto al largo, pasé por un punto intermedio, que fue escribir una webserie que también protagonizaba. Ahí experimenté lo que es actuar algo que tu misma has escrito. Además, casi al mismo tiempo estaba escribiendo el guión de la película. Yo creo que esa experiencia me ayudó a ver que podía escribir algo más largo. Decidí empezar con los personajes, a escribir sus historias, y poco a poco me fui dando cuenta de que ahí había una película, y que iba a intentar levantarla.

En la película se habla de hacer lo que la gente espera de uno. Supongo que al ser tu primera película, la presión de hacer lo que la gente esperaba de ti habrá sido más grande. Lo cierto es que no. La verdad es que he intentado ser bastante libre y seguir mi instinto y mis impulsos a la hora de tomar decisiones, tanto de dirección como de guión. Creo que esa es la mejor manera de contar una historia, ser honesto con lo que te sale de dentro y no intentar parecerte a alguien, o ser como otro cineasta. Cuando me preguntan, por ejemplo, si tengo referentes y hablo de ‘Juno’, de ‘(500) Días Juntos o de ‘Pequeña Miss Sunshine’, pues sí que son películas que me inspiran, pero yo no he intentado hacer algo que se pareciera. Yo he intentado hacer mi propia película.

A propósito de los títulos que acabas de mencionar, tu película tiene todos los ingredientes de ese tipo de comedias indies antirománticas americanas, poco habituales en nuestro país. ¿Por qué crees que este nicho está todavía tan poco explotado? Esto me lo han preguntado más veces y no sé por qué es. ¿Somos poco románticos, tú crees? (risas).

Es posible. Hablando de tu doble papel de directora y actriz, ¿qué ventajas aporta dirigir desde dentro de la escena? Es muy interesante, porque de pronto eres una de ellos y hay una empatía y una confianza que ya tienes muy ganada desde el principio. Por ejemplo, era muy chulo cómo en mitad de una secuencia yo cortaba para ir al principio y conseguir una réplica del actor en un tono determinado, sin cortar la energía. O por ejemplo, cambiar alguna frase sin que lo supieran y que me respondieran siguiéndome el rollo, eso genera pequeños momentos muy especiales. Tampoco es que puedas improvisar grandes escenas, porque hay que seguir el guión, pero sí hay como micromomentos espontáneos que se crean gracias a eso y que son oro para una película.

¿Pero eso no tiene la desventaja de que tú no lo estás viendo desde fuera, y puedas perder ciertos detalles? Claro, pero al final tienes que jugar con las cartas que tienes. Y al final no puedes estar revisando todas las escenas porque no hay tiempo. Yo lo que hacía al final era fiarme mucho de la sensación que tenía dentro, y si tenía dudas con alguna toma la comprobaba, pero sin entrar en esa dinámica.

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Mucha gente se va a poder sentir identificado con esta generación, estos treintañeros que estamos un poco perdidos en la vida. Pero yo creo que no era la intención de la película. No, aunque al hacer una película contemporánea con personajes de mi edad, acabas retratando la actualidad y la forma de sentir de los treintañeros de ahora. O de algunos treintañeros de ahora, porque también se sentirán de muchas maneras. Pero mi objetivo principal no era ese, mi objetivo era contar la historia de María de las Montañas, una chica que siente que no encaja y que tiene que cambiar cosas de sí misma y cumplir unos requisitos para encajar, y en ese camino conoce a Borja, en teoría un amigo que se va a convertir en algo más.

Para esa gente que te digo, la historia puede darles al final un mensaje positivo, de que necesitas ser tú mismo y al final encontrarás tu lugar en el mundo. Sí, porque ser tú mismo es la manera de encontrar tu lugar y no intentar encajar en ningún molde.

¿Hasta qué punto crees que afecta al éxito o fracaso de una película el contar con caras conocidas en televisión? Lo que me gusta del reparto es que hay una mezcla bastante equilibrada, porque para Manuel Burque y Jordi Llodrá es su primera película. Entonces ahí ya estás refrescando un poco, yo lo agradezco como espectadora. Y luego por otro lado hay gente más conocida como Alexandra Jimenez, Carmen Machi y Nuria Gago, que salen en televisión, David Verdaguer que es el protagonista de ‘10000 km’, y Miki Esparbé que ha hecho cine y televisión en Cataluña. Pero sí, si sirve que estén todos estos actores estupendos para que la gente se anime a ver la película, pues fenomenal.

¿Crees que los cinco premios que se ha llevado la película repercutirán en su funcionamiento en taquilla, o esto de los premios es algo destinado únicamente a contentar, por así decirlo, a la propia industria? Es una maravilla, es como un sueño. Yo creo que todo suma. Suma el trailer, suma el cartel, suma el boca a boca y suma que vean los premios. O sea, no creo que vayan a entrar al cine por los premios, pero es un añadido más.

Yo creo que la campaña que habéis hecho con los teasers que ha sido muy inteligente, que ha funcionado muy bien, no sé si a ti te ha dado esa sensación. Pues qué bien, porque un día dije, voy a hacer los teasers, y de cinco que hicimos al final movimos tres. No soy consciente de que hayan funcionado bien o mal, pero todo lo que sea conseguir que la gente se acerque al cine, estupendo.

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¿Lo de disfrazarte de galleta gigante ha sido algo que te apetecía hacer y has aprovechado la oportunidad? Sí, me quería disfrazar de algo friki, y qué hay más friki que una galleta para perros (risas).

Háblame de la banda sonora, ¿fue tuya la decisión de contar con Luthea Salom? Hubo un momento en el que estaba haciendo un documental sobre café y tenía que buscar música. Me metí en la web de Subterfuge para buscar canciones indies y descubrí a Luthea Salom. Empecé a investigar en Spotify y en su web propia, porque ademas ella se hace los diseños de los CDs y de los videoclips y me encantó. Pusimos su música en el documental, y el día que se estrenó vino ella a tocar y me fascinó. Cuando la vi en directo me hice totalmente fan. Para la película quería trabajar con alguien que no hubiera hecho nunca cine, porque no quería hacer la típica banda sonora orquestal. Yo no iba a saber cómo hacerla y quería poder tener el control de todo, así que en lugar de intentar hacer algo que no encajaba conmigo y que no está a mi alcance, decidí hacerlo como lo haría yo. Por eso quise poner muchas canciones, y trabajé con Luthea, que hizo tres canciones originales para la peli y musicó el resto. También hay canciones suyas de otros discos también y puso banda sonora a muchas partes donde no hay canción. Es una música muy especial, muy peculiar con ukelele y guitarra, sin los típicos pianos y violines.

“Requisitos para ser una persona normal” se estrena hoy, 5 de junio, en cines.

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