Foto: Iván Caster
B-CORE: 25 AÑOS AMANDO LA MÚSICA
Cuando en 1990 Jordi Llansamà fundaba el sello B-Core para poder editar el primer disco de Corn Flakes, ni él mismo imaginaba que, veinticinco años después, se habría convertido en uno de los máximos responsables de la existencia de una escena independiente en España. Con unos orígenes marcadamente punk y hardcore, el sello ha abierto sus miras para acabar siendo uno de los mejores escaparates del rock y el pop nacional, con especial foco en la escena catalana.
Con motivo del 25º aniversario, se celebrará una maratón de conciertos entre el 24 y el 27 de junio en algunos de los lugares más emblemáticos de Barcelona. Así, el Heliogàbal, la Sidecar, la Apolo y el City Hall acogerán las actuaciones de las bandas que han sido estandarte del sello durante distintas generaciones, como Nueva Vulcano, The Unfinished Sympathy, The New Raemon, Standstill o Tokyo Sex Destruction, entre otras.
De estos conciertos y de la historia del sello hablamos con Jordi Llansamà.
Hace ya 25 años desde la publicación la primera referencia de B-Core, “No Problems” de Corn Flakes, a la que han sucedido otras 269. ¿Os consideráis unos supervivientes del negocio de la música? Nos consideramos unos amantes de la música en general, y este espíritu nos ha llevado a aguantar todo este tiempo y no tirar la toalla. Nuestra pasión hace que una política de supervivencia nos baste para seguir adelante
Uno de los rasgos que ha caracterizado siempre a B-Core ha sido el espíritu “do it yourself”, incluso antes de que editáseis discos, con las camisetas y fanzines. ¿Conservar esta filosofía ha sido una de las claves del éxito? Pues posiblemente, ya que la conservamos en muchos aspectos. Me refiero a que, a día de hoy, somos nosotros los que bajamos los discos a las tiendas, los que estamos en un stand vendiendo discos cuando vamos a un festival o los que te cogemos el teléfono si llamas para una consulta. No ha sido una estrategia, sino que si no nos sacamos las castañas del fuego nosotros, no tenemos a nadie que lo haga.
Aunque los inicios de B-Core estuvieron más enfocados al punk y al hardcore, con el paso de los años ha habido espacio para otras propuestas más pop y rock. ¿Responde este cambio a una manera de adaptarse al mercado o a la propia evolución que sufre el gusto con el paso del tiempo? Responde a una evolución de los gustos musicales y sobretodo de la persona. Nosotros hemos evolucionado con nuestras bandas, que son músicos y personas que son permeables a lo que les pasa día a día y a las músicas o estilos que van digiriendo.
Durante estos 25 años la industria musical ha sido una de las que más ha sufrido. ¿Ha habido algún momento en el que la cosa fuera tan insostenible que os plantearais echar el cierre? No, la verdad que ha habido momentos bajos, pero más que por una crisis musical, por los cambios generacionales. La gente crece, las bandas se separan y todo el público que las seguía y su entorno desaparece. Tienes que empezar de cero. Hace falta determinación y fuerza de voluntad.
Supongo que será difícil escoger el álbum más importante de estos 25 años, así que ¿cuál ha sido el lanzamiento que más os ha sorprendido con un éxito inesperado? Muy, muy difícil, pero te puedo decir tres álbumes sorprendentes por su aceptación: Delorean “Into the plateau”, Tokyo Sex Destruction “Le red soul comunittee”, y The New Raemon “A propósito de Garfunkel”. Fíjate que son tres álbumes de riesgo para el sello porque significan abrir horizontes nuevos.
A lo largo de todos estos años, ¿ha habido algún grupo que hayáis querido editar pero no hayáis podido? Básicamente buscamos objetivos alcanzables. Por destacar algo en este aspecto, podríamos hablar de A Room with a View. Pero sin obsesionarnos. Pero sí nos hubiera gustado tenerles en la familia.
Uno de los momentos que más llamó la atención de los medios fue vuestra campaña “Pagaloquequieras”, donde pusisteis todo vuestro catálogo a disposición de todo el mundo a cambio de que cada persona pagase lo que quisiera. ¿Cómo valoráis ahora aquella iniciativa? Creo que fue un punto de sinceridad por nuestra parte. Dijimos: “nos vamos de vacaciones, te regalamos todos nuestros discos, pero recuerda que para poder continuar necesitamos que nos apoyéis”. La experiencia fue positiva en cuanto a descargas, pero las aportaciones fueron mínimas. No sé hasta que punto la gente tiene que ser consciente de que detrás de un disco hay un trabajo de diferentes personas y si es reprochable.
Otro movimiento que sorprendió fue la creación de vuestra propia tienda física en Barcelona hace casi 4 años ¿Ha servido para mejorar el negocio? No, pero sí ha servido para reivindicarnos y mostrar nuestra identidad. Nosotros editamos discos, discos que se pueden escuchar y tocar. Estamos a favor de todas las nuevas tecnologías y maneras de consumir música. Pero nosotros reivindicamos el formato y somos consumidores de vinilo. Nos gusta rebuscar entre montañas de discos. Y disfrutamos con esas sensaciones.
Además de B-Core, el año pasado también se celebró el 25 aniversario de Subterfuge, el de Elefant, el 20 de Jabalina… ¿Qué ocurrió entonces en España para que se produjera esa explosión de sellos independientes? Pues no tengo ni idea, supongo que una generación influida por una anterior tomó el relevo.
Establecidos ya como un sello de referencia de la música independiente en España, os llegará material de muchos grupos que buscan que les publiquéis. ¿Se ha notado una mejora sustancial en la calidad de los grupos actuales respecto a los de hace 25 años? Evidentemente los grupos son infinitamente mejores a nivel técnico, grabaciones… Pero cuesta encontrar grupos con carácter propio, que sepan estar al margen de factores influyentes (tendencias, prensa, pertenecer a una comunidad, el negocio).
Conmemoráis el aniversario con una maratón de conciertos con actuaciones tan especiales como la de The Unfinished Sympathy o la de Standstill, que tocarán sus temas en inglés poco antes de su separación definitiva. ¿Cómo se afronta algo así desde el punto de vista sentimental? Tampoco somos unos sentimentales. Ni pensamos que cualquier tiempo pasado fue mejor. Nos seduce el hecho de ver que fuimos pioneros en alguna cosa o aportamos nuestro granito de arena. Pero la satisfacción final se basa más en que sabemos que en estos conciertos vamos a estar rodeados de amigos. Y como hacen los buenos amigos, nos apetece vernos, compartir algo de tiempo y tomarnos una copita y picar algo.
Betunizer
Nueva Vulcano. Foto: Alberto Polo
Standstill
The New Raemon
The Unfinished Sympathy
Tokyo Sex Destruction
