Entrevistamos a Residente, René Pérez Joglar, la mitad de la formación portorriqueña Calle 13. Ahora con un álbum en solitario.
Seguro que has tatareado alguna de las canciones de los portorriqueños Calle 13, una de bandas de rap & rock más importantes al otro lado del Atlantico. Y lo es no solo por su música, también por su lucha contra las injusticias, su mensaje, su fuerza y su causa. Ahora, una de sus cabezas pensantes, René Pérez Joglar aka Residente, presenta su primer trabajo en solitario, donde compone, canta, produce, arregla y toca.
Para alguien que no conozca la figura de Residente, ¿quién es? Lo explicaría por medio de la música (risas). Pero bueno, te puedo explicar que este nuevo proyecto está basado en una prueba de ADN que me hice y me dio la prueba de donde vengo y de donde es mi sangre. Y en base a esos resultados fui componiendo música por el mundo. Viajé a 12 países, donde grabé y compuse directamente: África, China, Japón… También hice colaboraciones con artistas desconocidos para el gran público pero que hacen música con el corazón. El disco refleja todo eso.
Me refería más a ti como figura. No sólo eres conocido como Residente, también como miembro de Calle 13 y activista político y social. Residente es lo mismo que Calle 13. Residente y Calle 13 son lo mismo, en realidad mi nombre de rapero era Residente Calle 13 y al final se quedó como Calle 13 porque todo el mundo lo usaba así de forma abreviada. Así que decidí utilizar el nombre de Residente para separar conceptos y proyectos, dejando que Calle 13 se mantuviese intacto. Tanto Calle 13 como Residente reflejan la forma que tengo de ver y entender las cosas, y quiero hacerlo de una forma honesta.
Lleva doce años en la música. ¿Qué te impulsa? Me impulsan este tipo de cosas. Empezar proyectos nuevos como este. Siempre intento evolucionar, ponerme retos. Si no me estuviese divirtiendo haciendo lo que hago, no lo haría. No soy de los que se acomoda en un trabajo, si gano plata y estoy tranquilo, no. Lo que me mantiene es esto, es el reto de hacer cosas nuevas, el conectar con más gente, el trabajo creativo, evolucionar. Todo eso me mantiene con ánimo. A lo mejor llegará un punto en el que me canse y me ponga a hacer otra cosa. Por ejemplo, rodé la película sobre este nuevo disco y ya podría decirse que estoy medio metido en el mundo del cine. En los 2 videoclips de este nuevo álbum también he trabajado con gente conocida. Seguiré haciendo esto mientras me anime y me guste, a lo mejor en un par de años me canso.
¿Hay alguna diferencia entre René y Residente? Sí, es la misma persona, lo que pasa es que todo el mundo tiene cosas que se guarda para dentro. Algunas personas lo llaman su parte oscura. Pero sí, tengo cosas que me guardo para mí y que comparto con muy poca gente, o que no todo el tiempo saco, y si ponemos un nombre a eso se le podría llamar Residente, un espacio donde uno saca otro tipo de cosas. A mi familia le doy todas las que quiera, las personales. Creo que Residente puede ser un espacio, no sé. Es raro hablar de Residente siendo yo mismo, pero si me meto en ese viaje diría que tengo otro tipo de libertad, cuando estoy dentro de la tarima soy los dos.
¿Por qué decidiste hacer el documental del disco? Por necesidad, porque iba a hacerlo alguien, pero al final no lo hizo, así que lo hice yo. Al principio lo iba a co-dirigir, pero luego lo dirigí. He formado parte de todo, como he hecho siempre en los videoclips. Ahora estoy animado, tras los 2 videoclips, me siento cómodo dirigiendo, sé que una película podrá venir pronto. Yo estudié esto, animación, lo que estudié está más conectado con dirigir que con la música, así que hasta me siento mucho más cómodo que haciendo música.
¿Por qué las ideas de “Somos Anormales” y “Desencuentro”? De mi cabeza. Con “Somos Anormales” tenía menos tiempo, porque sólo quedaban 3 semanas para rodar, y escribí todo eso y cuando terminé de hacerlo fue como, wow, pero vamos a intentar hacerlo. El equipo de Madrid fue increíble, todos me respondieron con alegría. Y nada, estaba pensando en contar la historia de la humanidad con un poco de humor. La idea de quién salió primero, si el huevo o la gallina. Nos dividimos en grupos, limpios y sucios, peleamos y no sabemos por qué lo hacemos, y así nos reproducimos.
¿Por qué el disco se llama “Residente”? Porque todos somos Residentes del mundo, las piedras son Residentes del río, todo lo que existe es Residente, nada es ilegal. Por eso, y porque me interesaba que no se confundieran si ponía otro título al disco, la gente podía pensar que me había cambiado de nombre. Así, a todo el mundo le queda claro como me llamo y que todo viene bajo Residente.
¿Y qué querías decir con la portada? La portada es una mujer de Liberia. Me pareció la mejor. Además, esta fotografía tiene varias interpretaciones. Puede parecer que esté muerta, en trance, que está naciendo… puede ser mil cosas, por eso me pareció interesante. Mucho mejor que tenerla mirando a cámara. Una situación natural, se despistó y abrió la boca, se puso así y así salió la foto. Era la más natural de todas.
¿Quién la ha hecho? La imagen la ha realizado un fotógrafo, pero la dirección de arte ha sido de un estudio de creativos -Daniel Kuryga-, también han hecho mi página web y han recibido un premio muy importante en diseño web.
¿Por qué la importancia del ADN y la sangre? Es importante por lo que está pasando con todos los inmigrantes. Todos los seres humanos venimos de África. Decir eso en estos tiempos, cuando hay tanto racismo, y basarlo en los análisis de ADN me pareció relevante. El ADN como punto de partida para hacer música, es una idea creativa que podía enlazar todos los temas bajo un mismo concepto.
¿Cómo crees que se va a tomar la gente tu disco? No sé cómo se lo va a tomar la gente, yo sólo sé que durante estos años estoy haciendo lo que me enseñaron en la escuela de arte: ser un reflejo de lo que me rodea, lo que veía y afectaba mientras iba viajando. En temas como “Desencuentros” no se descubren con la letra, pero sí con la música. Hay letras que escribí en diferentes partes del mundo, y otras que reflejan lo que siento en un momento concreto. Luego hay otras como “La Sombra”, o “La leyenda china”, en las que escribí lo que sentí en esos países. Es como bien real, una realidad absoluta.
¿Qué canción crees que encapsula mejor el concepto del disco? Creo que ninguna, todas representan el disco de una buena manera. Quizá “Dagombas en Tamale” es una que te enseña o te demuestra cómo sería estar con los Dagombas en West África. Se siente que es un disco de música del mundo con electrónica. Todas se conectan entre sí, ninguna está muy apartada de lo que representa el disco en su totalidad.
El disco tiene una especie de orden. Sí sí, establecí un orden del disco, empieza con “Somos Anormales” como introducción de mi primo Lin-Manuel Miranda, creador de una obra que ha tenido mucho éxito en Broadway, “Hamilton”. Incluso han ido a ver su directo gente como Obama y Madonna. Después viene “Somos Anormales” que es el nacimiento de la humanidad. Después viajo a China, luego a Siberia, no recuerdo todo el orden pero sí tiene una razón de ser. Está la guerra y luego viene todo. Es importante que. por donde sea que mires el disco, que cuente algo. El orden sigue más bien el concepto y las letras, más que la música. Comienza en la humanidad y termina en Puerto Rico, que es mi presente actual.
¿Por qué ahora la necesidad de publicar un disco en solitario? Necesitaba trabajar con más espacio, ya tenía espacio pero quería hacer otras cosas. Tenía la necesidad de sentirme más incómodo, estaba totalmente cómodo como artista. No estaba cómodo como Calle 13, pero ya tenía el nombre, así que quería pasar por otra cosa. Quería tener un nuevo espacio para crear esto, ya compartí mis cosas durante muchos años con otra gente, y ahora podía tener la libertad que con Calle 13 no tenía. Hacer lo que quisiera. Y nada, sin darme cuenta, terminé este proyecto haciéndolo todo yo, pero fue sin darme cuenta. Sentía que lo que hacía no era suficiente, quería un espacio musical importante. Lo tenía en Calle 13, pero quería trabajar en todo, incluida la electrónica.
¿Qué estás escuchando ahora mismo? Estaba escuchando lo nuevo de Kendrick Lamar, “Ok Computer” de Radiohead.
Has colaborado con muchos artistas en todos estos años, ¿con quién más te gustaría trabajar? No sabría decirte, quizá Joaquín Sabina, que le admiro mucho, pero tendría que pensarlo más. Las colaboraciones no las pienso por los personajes, sino, más bien, por la necesidad de las letras.
¿En qué momento de tu carrera te vuelves más reivindicativo? Yo creo que todo eso estaba latente, quizás de una forma no tan obvia como en “Querido F.B.I”, que salió antes que “Atreve-té-té”, y habla sobre asesinato. Lo que pasa es que no sale en el disco, y por eso no es tan conocida. Entre estas dos canciones se creó ese balance y se creó la imagen de lo que sigo representando como artista, que muestro lo que me afecta y lo que me rodea. No creo que eso sea reivindicativo. Pienso que en realidad no es que yo sea muy reivindicativo, sino que por lo general nadie lo es, y por eso parece que yo lo sea. Este nuevo disco tiene algún tema que puede ir por ahí, pero luego hay otros temas que van de otra cosa.
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Fotos: Rafael Piñeiros
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