Sus caballos, flores, piedras, y sus rayos láser, son parte de un lenguaje tallado a la medida de su permanente curiosidad botánica y antropológica. Artista chilena y naturalista acreditada, en su permanente investigación ha trabajado en la India, España, Nueva York, México o Colombia, y su trabajo ha sido reconocido por el MoMA PS1, FLORA ars + natura, Institute of Critical Zoologists en Singapur o la publicación Younger than Jesus: Artist Directory, del Museum of Contemporary Art entre otros. Prepara nueva exposición y planea un viaje al sur de Chile para conocer al hombre pájaro mapuche.
¿Qué temas manejas ahora mismo y qué miras para inspirarte?: “Creo que son varios, pero el principal es la tradición animista latinoaméricana. Toda esa tradición de los museos de antropología, el arte indígena medio mágico, simbolista, combinado con el capitalismo de alguna manera, con objetos chinos baratos y muebles horribles institucionales. Me fascina la relación de los objetos tradicionales con los objetos actuales del sistema capitalista que se han integrado de forma natural en la vida de los indígenas. En esta línea el trabajo del curador y antropólogo paraguayo Ticio Escobar es bien interesante”.
¿Qué protagonismo tiene la cerámica en tu trabajo?: “Bueno, la cerámica tiene toda esa tradición precolombina en Chile pero al mismo tiempo la situación actual es que la traen los comerciantes chinos y la hacen pasar por verdadera. Siempre pienso que si un artista maya estuviera vivo ahora estaría trabajando con objetos actuales en lugar de cerámica y juntar esos dos mundos me fascina. Me gusta romperla, recombinar, repintarla con iconografía de redes sociales o fingir pedazos de interés arqueológico. En el trasfondo además hay asuntos de inmigración mas relevantes en los que puedo entrar con esa excusa”.
Háblame del alerón de coche tuning estupendo que usaste en la instalación del Patrón de las Cerámicas: [risas] “Eso viene de una tarde en México donde hice una residencia artística hace dos años. Estábamos sentados en una plaza viendo unos bailes aztecas y había un señor así como muy hardcore en una bicicleta con el holograma de un caballo iluminado con luces led blancas. Esa mezcla entre lo antiguo, lo precario y lo contemporáneo fue muy interesante e hice una pieza inspirada en lo que vi”.
“Los ojos serán lo último en pixelarse”, 2016, Galería Patricia Ready. Foto cortesía de la artista.
¿De dónde viene esa aparente influencia de las cámaras de las maravillas en tus instalaciones y tu gusto por los vestigios?: “Mi abuelo es arqueólogo, trabaja en el desierto y sale a buscar momias, huesos, puntas de flecha, metales, cerámicas pintadas, basura de los españoles o cosas que dejaron los piratas y todo eso lo tiene organizado en un museo, el museo de las gaviotas. Con eso hace los gabinetes de curiosidades. En su museo está todo mezclado, presente y futuro, creo que de ahí viene esa fijación”.
¿Cómo sería tu gabinete de curiosidades ideal?: “Me gustaría hacer algo gigante con muebles institucionales modificados, colecciones de objetos, proyecciones, performances, videos y suelo de baldosas pintadas a mano. Todo medio galáctico, todo con muchas luces.
¿Cuál es tu opinión sobre el progreso tecnológico?: “Es un paradigma que lo ha cambiado todo en nuestra vida, pero la sociedad entiende por progreso algo insostenible. Es algo con lo que tenemos que aprender a vivir y me gusta y me asusta. Es una oportunidad creativa enorme y también una responsabilidad”.
Háblame de la naturaleza en tu trabajo: “No puedo entender mi trabajo sin la naturaleza. Me interesa más lo vivo, los virus, los animales, la idea de las especies en la naturaleza que están coexistiendo y perciben el mundo de modos muy diferentes”.
¿Por qué existe en este momento un interés especial del arte por la ciencia?: “Es natural, encuentro que es interesante la posición que uno puede tener como artista al aproximarse a la ciencia. Hay artistas apropiándose de algunas metodologías científicas pero que tienen una investigación abierta sin tener que llegar como la ciencia a una hipótesis y comprobarla. Creo que estamos tratando de entender preguntas muy parecidas desde ámbitos distintos. Quizá la ciencia es mas objetiva y el arte mas abstracto y metafísico y por eso es buena su distancia con la realidad para llegar a otra cosa. Las etiquetas de todos modos me dan dolor de guata”.
Botánicos, zoólogos, sociólogos ¿quién es tu Rock Star?: “Dora Haraway y Timothy Morton. También Eduardo Viveiros de Castro, un antropólogo con una teoría relacionada con las manifestaciones de la cultura animista”.
Palo Cháán (Patricia Domínguez + Irvin Morazán), fotograma de “Singing the Cactus” video, 2016. Foto cortesía de la artista.
¿Qué significan para ti los caballos?: “Siempre me han interesado como objeto cultural y símbolo de estatus. Estaba muy interesada en esta historia de la imagen del colonizador llegando a América montado a caballo y al que vieron como un solo ser, como un híbrido divino. Cuando yo llegué a Colombia iba a otra cosa pero allí empezó una investigación sobre esa historia. También trabajé sobre la cultura narco, que para mí es la segunda colonización del terreno colombiano y después salió un premio que desembocó en dos años trabajando con caballos. Tengo la idea de dedicarles un año más en la India porque hice una residencia y di con una historia increíble que me sigue dando vueltas. Había una familia que criaba caballos relinchadores para las novias, los criaban para que ellas los monten una sola vez en su vida cuando se casan en el trayecto hasta la casa del novio, mientras el caballo relincha. Allí hay relaciones familiares con los caballos muy profundas de afecto, trabajo y dominación”.
¿En qué andas ahora?: “Estoy con un trabajo relacionado con las constelaciones familiares. Un tipo de terapia para personas pero que voy a hacer con plantas”.
“El Patrón de las Cerámicas”, 2015. Foto cortesía de la artista.
¿Cómo ves la escena artística chilena hoy día?: “Venimos de una escena muy pequeña de arte reivindicativo durante la dictadura. Hoy muchos artistas jóvenes se han librado del cliché político latinoamericano, han aparecido muchas becas, espacios, pocos premios y muchas residencias. Han salido fuera, están sabiendo aportar visiones nuevas y la situación está activa, en los últimos años hay un renacer. Aún así es difícil trabajar acá, la escena es chica”.
¿Cómo definirías la situación para los artistas de tu generación? “Abierta y precaria. Todos tienen muchos
proyectos pero es un gran esfuerzo mantener esa carrera con varios trabajos, la situación es de una precariedad con mayúsculas. Pero sí, hay una gran apertura”.
Europa y Latinoamérica ¿se miran, se hablan, se aman o se ignoran? “Latinoamérica está dejando de mirar a Europa para mirarse a sí misma”.
¿A qué responde el uso de las piedras de cartón en tu obra?: “Me interesa la distancia con lo real. Me interesan las reproducciones extremas de la realidad. Esas piedras son para tapar regadores de jardines, encuentro genial que alguien quiera tapar algo con una piedra de mentira. También he trabajado con spray que pretende ser piedra”.
¿Expondrías con?: “Propondría un proyecto en colaboración entre Pierre Huyghe, Jon Rafman, Irvin Morazán y yo. Me muero de ganas ahora que lo preguntas”.
¿A quién regalarías una planta?: “A Dona Haraway porque amo sus libros y su teoría de la comida cibernética”.
¿Cuál?: “Ayahuasca, para que siga investigando”.
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“El Patrón de las Cerámicas”, 2015. Foto cortesía de la artista.