No se esconde pero tampoco se le da bien eso de venderse, de promocionar su trabajo, de hacer la corte, de reír las gracias.
Quizás por ello sus obras -dibujo, instalaciones y vídeos- son menos conocidas en la península de lo que debiesen, aunque haya participado en grandes eventos como la Bienal de Sao Paulo o tenido individuales en centros importantes como el Reina Sofía, y lleve un ritmo sostenido de exposiciones en galerías además de numerosas publicaciones editadas fuera de España. Esta posición de outsider -acentuada por el hecho de vivir en París, aunque nació en Donostia en 1963-, le ha permitido convertirse en francotirador y también analista afilado del hecho cultural y su condición social. Las pruebas, desde el 12 de Abril, en Artium.
¿Qué presentas en esta muestra?¿Como y por qué habéis seleccionado tú y Peio Aguirre, el comisario, las piezas que expones?
Las obras que hemos seleccionado para esta exposición son en su mayoría trabajos de los últimos quince años que se han visto poco o nada y una serie de dibujos que del año 93-94 que nunca había enseñado .
¿Buscas la represantitividad de tu trayectoria?
Pues la verdad es que no, más bien te diría lo contrario. En esta exposición he querido separarme de una idea o imagen que acompaña a mi trabajo de un tiempo en el que ligado a posturas analíticas tomé la posición del fool o de la figura de la histérica, ya concluido. El desecho de este periodo tuvo como resultado unas obras que calificadas de irónicas y humorísticas no tenían en realidad ninguna gracia. No pienso en esas cosas, lo que me resulta interesante de este proyecto ha sido la posibilidad de poder producir un nuevo proyecto.
La pintura y más tarde el dibujo son medios centrales en tu trayectoria, ¿pero qué aspectos teóricos son recurrentes en tus trabajos?
Podría decir que gran parte de mi trabajo es contra la maîtrise, contra la cultura y sus formas de transmisión. lo que no me convierte en contracultural, no se si me explico.
Cuando me hablan de cultura me acuerdo de lo bien que lo pasan las niñas en Afganistán, de Rauschemberg borrando a De Kooning o de el tradicional alarde de Hondarribia o Irún, de occidente exportando sus valores, etc. Y ya sabes lo que pasa con estas cosas de la cultura, que lo que se reprime en lo simbólico acaba apareciendo en lo real. No se si mi trabajo es intelectual o no, lo que es evidente es que mis preferencias intelectuales van del lado de ciertos teóricos psicoanalistas. Paradójicamente el análisis no me interesa mucho pero reconozco que al ser gente que ha estudiado el comportamiento humano dan muchas claves para entenderlo. Piensa lo delirante y psicópata que tienes que ser para como Franco, Hitler, etc., y querer regir y marcar el destino de lo demás y lo idiota que hay que ser para creérselo y seguirlos. El matema lacaniano del amo lo explica muy bien.
¿Aleccionas al publico o buscas su complicidad?¿Como negocias tu situación de
“poder”?
De entrada no tengo ningún poder ni me interesa. No me interesa tener “amo” y mucho menos serlo. Respecto al público pues te diré que de una forma egoísta esencialmente trabajo para mí y que al final de ese proceso en la formalización de los restos, a veces se logra comunicar con alguien. Pero nada de aleccionar ni de tener complicidad. El proceso creativo lo entiendo como una resolución de problemas, de cosas que me preocupan y en las que me pongo a investigar e intentar solucionar. Siempre lo comparo a una larga digestión, unas veces mas y otras menos indigesta. Cuando el problema se resuelve, las heces, los restos es lo que queda de ese proceso, lo que se despega del cuerpo, que en nuestro medio se denomina arte. El arte sería una gran producción de deshechos.
Juan Pérez Agirregoikoa
Desde el 12 de abril al 1 de octubre de 2017
Artium
www.artium.org/es