Los fans irredentos del mito se saben de memoria cada pestañeo, cada haz de luz y destello, cada disonancia musical, cada frase de diálogo, cada ambigüedad, cada detallito que aparece (y hasta el que no aparece) en la pantalla en sus mil y una ediciones distintas. Blade Runner tiene esa riqueza en su profundidad que va de la trascendencia filosófica a la imaginería de los objetos que componen su brumoso universo formal de diseño neo-noir cyberpunk. Vamos, que cualquier loco de Blade Runner sabe que Johnnie Walker es la marca de whisky que en 1982 se ponía sobre la mesa de la comisaría del Departamento de Policía de Los Ángeles. Pues el regreso replicante 35 años después, un Blade Runner 2049 plagado de guiños a la cinta original, no podía sino seguir regando el futuro distópico con Johnnie Walker etiqueta negra. Esta vez con Johnnie Walker Black Label The Director’s Cut.
El whisky de Blade Runner 2049: un buen trago en una sociedad en ruinas para soñar con ovejas eléctricas
El agente K se interna en el desierto de Las Vegas en busca de respuestas y encuentra en un casino abandonado a un Deckard exiliado y melancólico que no ha perdido las buenas costumbres. A estas alturas el espectador ha encontrado flaquezas humanas allí donde no hay más que palpitación de bioingeniería, pero ¿realmente un alma deshumanizada y artificial puede sentir placer delante de una copa de whisky? Deckard empuña sudoroso una nueva botella de Johnnie Walker, la enseña a cámara y se pone un lingotazo (en Blade Runner se bebe, esto es cine negro). Reconocemos la etiqueta pero el diseño ha cambiado (ya lo hizo para la primera película) como la misma sociedad post apagón mundial. Líneas rectas, bordes negros, tapón geométrico. La esperanza se extingue pero todavía nos podemos permitir una joya escultórica, un artículo de coleccionista, un trago envuelto en lujo. Un trago no apto para humanoides. La lucha por la supervivencia puede esperar.
Johnnie Walker Black Label The Director’s Cut es un blend de edición limitada resultado de la colaboración entre el director de la peli, Dennis Villeneuve, y el maestro destilador de la casa, Jim Beveridge. La etiqueta negra define a la mezcla de whiskys escoceses con 12 años de añejamiento como mínimo. Para el exclusivo producto lanzado con motivo del estreno de Blade Runner 2049 Beveridge ha fomentado los sabores aromáticos y avainillados sin disipar su característica nube ahumada. Como contenido alcohólico, el nuevo scotch se desmarca con un 49% con el que se juega a ubicar el año en el que la historia trascurre.
En total, 39.000 botellas producidas de Johnnie Walker Black Label The Director’s Cut, disponibles en algunos países privilegiados hasta agotar existencias. En España apenas se pusieron en circulación 800. La manera de hacerse con ellas: a través de Amazon, si es que todavía quedan y no es cosa de ciencia-ficción. Para completar el lanzamiento, la marca se acompaña de cócteles inspirados en el universo de Blade Runner, los llamados Cocktails of the future. Preparar un Deckard o un Ode to Dreams es ya rizar el rizo. Nos conformamos con emular a Harrison Ford y enfrentarnos al desenlace con una copa de whisky solo en la mano. De Johnnie Walker Black Label The Director’s Cut, a ser posible.