Hablamos con el productor ecuatoriano con motivo de la publicación de su primer disco, Prender el Alma. Hoy podremos verle en directo teloneando a Kiasmos en Madrid
Nicola Cruz es un joven de 27 años nacido en Francia pero afincado y criado en Quito, Ecuador. Sin él mismo quererlo, creó un concepto/etiqueta denominado Andes Step, que explica su sonido andino/folk/electrónico y, lo que comenzó como un adjetivo casi de broma, se ha convertido en una nueva ola de música no sólo ecuatoriana, sino también sudamericana. Acaba de publicar su primer disco, Prender el Alma, que materializa y muestra el futuro de la electrónica: una extraña pero efectiva mezcolanza de sonidos típicamente andinos, y cuando te decimos sonido andino es un sonido andino en el sentido más estricto de la palabra, con una electrónica refinada que resulta ideal tanto para salir de fiesta como para escuchar en una mañana tranquila. Con tan pocos años ya ha colaborado con reputados músicos como Nicolas Jaar. Allá por el año 2012 trabajaron juntos durante un año en el ya extinto sello Clown & Sunset. Reputados medios internacionales como The Fader y Clash ya hablan de él. Esta noche puedes verle en directo teloneando a Kiasmos en la sala Shoko de Madrid. Te recomendamos su disco si estás buscando un productor de calidad, que rompa con los clichés y que vaya más allá de los límites conocidos o de la trillada electrocumbia. Te presentamos a Nicola Cruz, el creador del Andes Step y el nuevo misticismo electro-andino.
¿Por qué y cómo comenzaste en el mundo de la música? Para mí siempre ha sido un camino un poco insconciente, nunca he decidido que iba a hacer esto, que iba a seguir este camino, a los doce años comencé a tocar la bateria y desde entonces he estudiado en conservatorios, acústica, producción, todo muy conectado pero sin hacer o tomar una decision sobre si me voy a dedicar a la musica en concreto.
¿Dirías que es tu profesión? Sí, es plenamente mi profesión, es lo que hago las 24 horas del día. Componer, la producción musical o el audio.
¿Cómo surgió lo de irte de gira con Kiasmos? Trabajo con CHARCO y junto con Estrella Galicia lograron que hiciera los shows con Kiasmos en Madrid y Barcelona. Está siendo muy interesante.
¿Cómo fue el BIME de Bilbao? Estuvo interesante, el BIME es un mercado de la música, es una buena forma de presentar tu música para un público transitorio, es diferente tocar en una sala cuando alguien va a escuchar tu música. Diría que fue un poco corporativo.
Naciste en Francia pero creciste en Ecuador… Volví desde muy pequeño porque mis padres estudiaron en Francia cuando estudiaban allí y después volvimos cuando tenía tres años. Me considero plenamente ecuatoriano y no francés.
¿Crees que te ha influido esto? No, creo que el país que verdaderamente me ha influido ha sido Ecuador. Sí que es cierto mis padres estuvieron más tiempo, en la casa siempre había un poco de cultura francesa, en mi música no lo he notado.
¿Cómo ves el panorama musical en Ecuador? ¿Crees que existe un movimiento/ola? Es una pregunta manida pero aquí no se sabe mucho de Ecuador a nivel musical. Sí, sí, de hecho bastante gente lo pregunta. Sí porque hoy día hablaba con Radio 3, me preguntaban que les contara algo de Ecuador. Sí, hay una escena muy interesante y con mucha fuerza.
¿Podrías decirme grupos? Sí, EVHA, me encantan, acaban de sacar su disco y también es una investigación con el folklore, La Máquina Camaleón, Mateo Kingman.
¿Y algún sello interesante? Pues podría decirte que ZZK, que lleva a Frikstailers, Chancha Vía Circuito, es decir, es una ola muy amplia. Ha tenido mucha fuerza, se relajó y ahora vuelve a tener fuerza de nuevo.
Vives en los Andes. ¿Repercute de forma positiva o negativa en ti y en tu música? Vivo en Quito que está 2800 metros de altura, todo es montañas y paisaje andino, vienen infleuncias como la instrumentación, la comida, el poco oxígeno, son influencias directas e indirectas que están ahí todo el tiempo y sin duda afecta en la música.
¿Y cómo afecta el poco oxígeno para alguien creativo? Creo que es insconsciente porque si viviera a nivel del mar como aquí en Barcelona, creo que haría algo totalmente distinto.
Resides en Ecuador pero estás teniendo mucha proyección internacional. Ha salido en The Fader y Clash. ¿Cómo te sientes? Me da gusto, sin sentimiento nacionalista, poder contar cosas que suceden en Ecuador, en Sudamérica, llevar mi música a otro nivel de gente, de público, de todo. Poder ser escuchado.
¿Crees que existen clichés con la música ecuatoriana o la música en sudamérica? Sí, existen con respecto a la electrónica. Pero ya está en la creatividad de cada uno hacer algo distinto y cómo mezclarlo.
¿A qué te refieres? Pues por ejemplo, se puso muy de moda esto de la electro cumbia, un montón de productores pensaron que hacer cumbia electrónica era poner maracas encima de la canción y no es eso. Eso es un cliché en el que cayeron muchos. Si vas a hacer cumbia, se trata de conocer de qué va, el transfondo, los movimiento y en base a eso transformarlo o hacer una cumbia moderna o contemporánea.
¿Crees que todos los músicos ecuatorianos tienen la misma oportunidad o proyección? No creo que muchos la hayan tenido. Sí me siento afortunado, pero al mismio tiempo vale ser humilde pero vale también reconocer todo el trabajo que he hecho. Ha sido mucho trabajo, mucha creatividad. Mi ambición no era la fama, se cosechó con tiempo y ahora disfruto del trabajo que he hecho.
¿Existen prejuicios por músicos que hacen electrónica en Sudamérica? Sí, muchos, sobre todo con respecto a la gente que hace electrónica como House o Techno. Son géneros que a mi me encantan, de hecho cuando hago DJ Sets pongo ese tipo de música, pero la gente cuando escucha o piensa electrónica piensa en club, en novela electrónica, como digo yo, eso que sucede en todos lados, y cuando el mundo de la electrónica es muy grande y muy ecléctico, desde cosas super experimentales como comerciales como el Boiler Room. A veces cuando hago de DJ hasta yo mismo pienso uf, está tan denostada esa palabra, tan manchada, enseguida siento que me ponen abajo, pero después digo, hay que rescatar eso de vuelta. Ahora me refiero, cuando hablo de DJ me refiero más a selector musical, que es más limpio y es lo mismo.
Prender el Alma tiene mucha influencia de la música andina. ¿Por qué este estilo musical con la electrónica? Como te digo una vez más, ha sido insconsciente, no lo he hecho pensando para pegue o que es algo nuevo, siempre me ha interesando esa instrumentación, el misticismo de las melodías de los Andes, pero no sólo esa parte sino también la parte selvática de Sudamérica. Y un día salió, experimentando, componiendo, brotó un tema así y me di cuenta de que era interesante. Empecé a investigar. Ahora mismo indagar sobre el folklore se ha vuelto un tema recurrente, es decir, ahora estoy investigando mucho sobre ello, pero no sólo en eso sino en la instrumentación, en las melodías, todo eso.
¿Por qué la quieres resurgir? No es tanto como querer traerla de vuelta sino que es algo que me brota, me sale así de una forma natural. Creo que a la gente la gusta, le ha interesado y aquí estoy presentándolo.
¿Podrías decirme artistas andinos? Sí, claro, el disco ha influido Enrique Males, también lo que hace, Mishki también me gusta mucho, de Ecuador, EVHA, ese toque que tienen también. Ñanda Mañachi, te estoy dando los nombres más rudes del andino.
Prender el Alma es un disco bastante místico. Es decir, tiene tantos toques místicos como bailables. ¿Ha sido tu intención? La intención mística ha sido algo que sí he buscado, es algo que busco en la composición y en mi vida, lo hago de una forma ritualística, si voy a componer preparo el espacio y tengo una imagen previa de lo que voy a hacer. Si sé que sólo tengo una o dos horas para componer, no lo hago, necesito y tengo que saber que tengo ocho o diez. En general, lo que más me mueve son todas estas melodías, que pueden ser de una cualidad andina, este misterio de brujería, es como si te preguntan tu gusto personal. Si te gustan muchas canciones ellas todas tienen una cualidad en común y a mi me gusta mucho que todas en común ese toque misterioso y místico.
En tu Soundcloud vi que ponías la etiqueta de Andes Step. Sí sí, yo mismo la creé.
Pero si tuvieras que poner una etiqueta musical, categorizarlo para que la gente lo pudiera entender. ¿Sería esta? En efecto, tú misma lo has dicho. Yo mismo lo puse así por poner, un poco de burla con respecto a las categorías, porque todo está categorizado, de repente empieza a brotar esto y ahora mismo me parece que suenan muy bien y que definen muy bien lo que hago. Sin querer salió así, no me gusta categorizar, pero salió bien (risas).
En el año 2012 colaboraste con Nicolas Jaar. Fue algo muy interesante. Por aquella época él estaba empezando. Tenía 23-24 años y el tenía 21, algo así, pero fue genial porque fue de las primeras veces que me presentaba en vivo, fue como desnudarse y presentar tu música. Durante un año trabajamos muy bien y después tomamos caminos distintos. Creo que hubo bastante admiración por las dos partes. Con él toqué en Nueva York y en Los Angeles. Muy interesante.
¿De dónde viene el título Prender e Alma? Es muy literal, es algo de elevar el alma, un sinónimo. Más como tener un nivel de consciencia en todos los sentidos. Hacer una música un poco más transcendental, sino una música que no sólo sea para vender o rellenar espacio.
¿Tienes alguna canción favorita? ¿En la vida o en el álbum? (risas)
Del disco, del disco. Pues me gusta mucho la de Puente Roto. Creo que tiene una base rítmica llamada Festejo, del afroperuano, tiene una vibración muy distinta, rollos de instrumentación diferentes, mucha gravedad pero con muchos instrumentos grabados.
Los títulos de los singles que has dado a conocer son bastante humildes: La Cosecha, Sanación. ¿Por qué? No sé si son bastante humildes, pero sí bastante ritualísticos. Los títulos de mis canciones tienen también su grado de mística y brujería. Tengo una canción que se llama Invocación, cosas muy sencillas, una o dos palabras, pero muy de espíritu.
Si tuvieras que escoger un single, remix o EP que definiera tu sonido a la perfección, ¿cuál sería? Sí, uno que hice para El Búho que se llama Calchaqui, ese es un claro ejemplo de lo que es el Andes Step, pero al mismo tiempo de la textura sónica que me gusta trabajar, de melodías, tiempo, de toda la vibra.
¿Por qué los títulos en castellano? Porque me gusta y es el idioma que hablo.
¿Cuáles son tus mayores influencias musicales? Odio esta pregunta (risas) Es que van cambiando constantemente. Me encanta lo que hace Matthew Herbert, él es un buen ejemplo de hacer electrónica pero pensando para una orqueta para las máquinas.
¿Con qué artista español te gustaría colaborar? Con El Guincho, le conocí hace poco, y es un tipaso, tal vez algo sería muy interesante. Quizá por la cercanía.
Todo el arte de tu disco y tus fotos son bastante místicas. ¿Quién se ha encargado de esto? Me encanta la fotografía, la practico todo el tiempo y quería que el arte del disco fuera fotografía, igual en ese tono místico y natural, para eso confié en un amigo que se llama Gabriel Pérez, estuvimos tres meses haciendo fotos, 20 o 25 rollos, viajando y haciendo fotos. La montaña de las fotos es Chimborazo en Ecuador.
Tus planes a corto/largo plazo. A largo plazo, hacer otro disco. Quizá un poco más ambicioso en el buen sentido. Y a corto plazo, quizá desarrollar un show en vivo un poco más complejo, que me demande a mí mas.