Arriba: Bobby Browser
Lo predije aquí en el blog y lo confirmo: ¡me siento orgullosa de poder decir que estuve en la primera edición del ECO! Este fin de semana el festival ha demostrado que ya no hace falta irse hasta Barcelona para disfrutar de un buen festival de electrónica. Digno del espíritu Sónar aunque con un público mucho más escaso, que sin lugar a duda se multiplicará en la próxima edición. ECO: Encuentro de nuevos sonidos, ha estado a la altura y ha sabido apaciguar la sed de buena música que tenían los de la capital, que no digo madrileños porque de eso poco había. Adentrarse en la Nave de la música del Matadero de Madrid era como irse de viaje, se respiraba un ambiente europeo digno de los eventos musicales berlineses o ingleses (recurro al cliché) que tanto se echan de menos en España. Sí, sí, mucha fiesta, pero poca calidad es lo que tenemos, solo se salvan algunos eventos y a ellos podemos sumar el ECO.
La Nave de Música del Matadero encajaba perfectamente. Un espacio abierto al cielo que incluye diferentes casetas en las que se desarrollaron diferentes actividades como conferencias, performances, proyecciones y por supuesto directos, y donde podíamos encontrar un bar para picotear unos tentempiés muy apetecibles aunque un poco carillos. Rodeado de vegetación y con una entrada de luz natural que te ponía los pelos de punta, el lugar y la música creaban una atmósfera perfecta para entregarse al máximo al disfrute de los conciertos. Con capacidad para unas 700 personas, la nave industrial se dividía en 3 escenarios y contaba también con el apoyo de la Cineteca en la que se proyectaron el cortometraje “London Pirate Radio”, el documental “The Ballad of Genesis and Lady Jaye” y una muestra de videos musicales “Lo-Fi Dance USA”.
El viernes destacaron las actuaciones de Andy Stott y Rrose que supieron enganchar a un público que empezaba a confiar en la calidad y el futuro del festival. El sábado, apoteósico, empezó con los directos del showcase de 100% Silk. Con un buen solecito y una caña en la mano nadie pudo resistirse al directo de JMII, Fort Rumeau, Octo Octa y Bobby Browser. El punto álgido de la jornada llegó con Hieroglyphic Being, muchos se quejaron de su poca técnica pero nadie puede negar que sabía que tema poner para que todos bailásemos frenéticamente. El último día, relajado, decepcionó al público menos cultivado, musicalmente hablando, por el enfoque experimental de la jornada. Aunque satisfizo a los más curiosos con el directo de Ulobit y el uso de la zanfona o la performance de Krapoola Manos Ligeras. En definitiva, una primera edición esperanzadora a la que tenemos que agradecer la minuciosa selección del cartel y la preocupación por traer y sacar adelante artistas emergentes. ¡Klubberos, se siente, os equivocasteis de festival!
Arriba: Kresy
Arriba: Dr. Genkins
Arriba: Octo Octa
Arriba: Goldsmith
