¡Cómo se está poniendo el barrio! Legazpi (distrito de Arganzuela) vive un refrescante auge consecuencia de un centro cada vez más asfixiante, la inercia de Matadero y la nueva cara del Manzanares. Locales novedosos como Dot Café alegran este lado palpitante de la ciudad pero todavía fuera del radar masivo.
María y José, más que pareja bíblica dos encantadores jóvenes de sonrisa perenne, se han traído desde Barcelona este concepto que en Madrid no abunda: una cafetería moderna donde comer bikinis. Su historia merece contarse. Además de su habilidad para crear de la nada un entorno bonito y agradable, se sale de él con muy buen sabor de boca. Feliz. Esperando volver a por más bikinis.
Imágenes superiores: el bikini presentado y detalles decorativos de Dot Café.
El cariño que María Formoso y José Cifuentes Ros pusieron a la hora de montar Dot Café se agradece en un momento en el que todo parece demasiado visto, demasiado comercial y corporativo, demasiado homogéneo. Ellos se han currado todo, desde la instalación de las luces y el lavavajillas al diseño propiamente dicho del interior. Un viaje reciente por California y Arizona les hizo plasmar ese color arena del desierto en las paredes, el mobiliario (mesas y taburetes) y la vajilla. Un buen cactus pega con todo, también en el duro verano madrileño. La personalidad la pone además la afición de María por la cerámica, no sin la ayuda del tornero Julen Ussía.
Imagen superior: María y José, José y María, posan en su local, hecho a su medida por ellos mismos.
“Los platos los ha hecho María. El local gira en torno a ese concepto”, nos cuenta José respecto a la cerámica y los tonos tierra. “Tenemos una gran estantería en la entrada donde exponemos piezas de artistas y diseñadores que nos gustan, y de esta forma queremos unir el espacio con el diseño, el otro gran mundo que nos encanta”.
Imagen superior: detalle del bikini y de un bowl bento de salmón.
El bikini es el plato estrella, la marca de la casa en Dot Café. Hay quien recela a priori por el grosor de las rebanadas que ellos mismos cortan del molde de brioche. Pero en seguida claudica ante la ligereza del resultado: un escultural sándwich perfectamente fundido para comer con las manos o con cuchillo y tenedor. No acaba ahí la propuesta. Además del sándwich de jamón y queso “a nuestra manera”, del que los chicos están bien orgullosos, no hay que desmerecer la hamburguesa de pulled pork, con salsa hoisin, lombarda y con una carne melosa y tierna a la que han sabido coger el punto.
Imágenes superiores: la hamburguesa pulled pork, el bikini y la limonada, trío perfecto.
Lo mejor es que todo queda en el barrio. La carne mencionada tiene carnicero de confianza, la fruta y la verdura (¡se puede pedir una ensalada y no pasar vergüenza por ello!) procede del mercado Guillermo de Osma, la lonja de abastos de Arganzuela; los bizcochos (¡oh, sí, elegid fruta o dulce con el que salivar!) de Reposted, un obrador de Pirámides que regenta Raquel (hasta los ha veganizado con harina de chia). Los helados (¡menudos!) son de Töto y el café, otro de sus emblemas, de especialidad seleccionado por sus colegas de Nomad.
Imágenes superiores: detalles decorativos y María preparando un café de especialidad Nomad.
Se puede ir a Dot Café a desayunar, a tomar un vermú, a comer, a merendar, a por otro café… Ah, y a tomar una limonada casera, que les sale deliciosamente potente. Y a muy buen precio, que esto no es Malasaña ni Ibiza. Ni falta que hace.
Imagen superior: detalle de la vajilla de cerámica de Dot Café.
Dot Café Bar.
Calle de Eugenio Sellés, 6, Madrid.
Tel: 91 212 15 13
Horarios:
L: 9h-18:30h ~ M: CERRADO ~ X: 9h-20h
J: 9h-23:30h ~ V: 9h-20h ~ S-D: 10h-20h