DISCODEINESI TENÉIS GANAS DE SUBIDONES ELECTRÓNICOS, PERO CON CIERTAS REMINISCENCIAS OSCURAS, NO DUDÉIS EN ESCUCHAR “SWIMMER”, EL SEGUNDO LARGO DEL DÚO FRANCÉS DISCODEINE

Este binomio formado por los ya experimentados Cedric Marszewski y Benjamin Morando, o lo que es lo mismo, Pilooski y Pentile, componen el grupo con nombre de bebida disco con cafeína. Si su primer disco “Discodeine” (2011), fue todo un éxito que les catapultó a la órbita de la música electrónica mundial gracias a su atrevimiento por hacer versiones de Jarvis Cocker o Matías Aguayo, y un pop híbrido bastante bizarro, con este segundo no iban a quedarse atrás. “Swimmer”, publicado por el sello Dirty/Pschent, compuesto por 10 canciones, nos transporta a un mundo abstracto, prácticamente inenarrable, en el que, a través de estas composiciones, te quedas con ganas de más y, sin darte cuenta, lo vuelves a escuchar y caes en un (temido) bucle melómano. Lo más curioso de este álbum, no sólo es que no dura mucho más de 30 minutos, sino que también llama la atención porque se divide en dos partes: en la primera de ellas, de la canción uno a la cuatro, las voces las pone Mark Kerr, a excepción del primer single “Aydin”, en donde Kevin Parker, de Tame Impala, acompaña a las melodías. Este primer single, que dio a conocer el disco, se caracteriza por ritmos orientales, casi arabescos, que recuerdan a la época más progresiva psicodélica experimental del rock de los 70. De la canción seis a la diez, las canciones son Discodeine en estado puro, que te atrapan gracias a los tracks instrumentales que cierran y dan mucha coherencia a esta obra. Esta parte, la más oscura, nos muestra cómo son capaces de crear hits bailables y, al mismo tiempo contentar a los más amantes de la música más rebuscada. Realmente poco comparables con otros creadores de música electrónica, quizás sí que nos demuestran que son capaces de materializar un género único, ya que, debido a su amplia experiencia como músicos y productores, anterior a Discodeine, extrapolar su música y compararla con otros duetos electrónicos mina su talento y su visión. Si no tenéis media hora de vuestra inquieta vida para escuchar el disco entero, os recomendamos estos cuatro temas para que, a modo de pinceladas, os empapéis de la cosmogonía Discodeine: “Seabox”, “Dry By”, “Liquid Sky” y “Plum Blossom”.