Daniel Canogar (Madrid, 1964), tiene una carrera forjada entre Estados Unidos y España. Comenzó formándose en fotografía en New York donde también ha desarrollado más tarde buena parte de sus proyectos, y con el tiempo, se ha convertido en un nombre destacado y reconocido en España por las disciplinas en las que se ha especializado, media art e instalación site specific.
Imagen superior: Surge. Melting the Solids solo show. 2018. Foto: Wilde Gallery
Con un alto nivel de producción últimamente se ha concentrado en la creación de piezas de gran formato de arte público con pantallas LED flexibles y rígidas que ha instalado y expuesto en Texas, en el Aeropuerto de Tampa, en Huston, en el atrio del Consejo de la Unión Europea o en Times Square, por nombrar algunos hitos de una lista larga de proyectos internacionales. Ha expuesto en el Reina y en el Hamburger Banhof, uno de mis museos adorados, mas recientemente en la Galería Art Bärtschi & Cie, (Ginebra, 2018) y prepara nuevos proyectos continuando con la línea creativa, estetizante de sus imágenes digitales líquidas y por eso vamos a hablar. Nos conectamos y mantenemos una estupenda conversación digitalísima, claro sobre progreso, sobre pantallas, sobre Bauman, objetos tecnológicos obsoletos y localizaciones ideales, tecnología e interacción.
Mit Borrás: ¿Cuál crees que es la relación que están viviendo en este momento el arte y la tecnología?
Daniel Canogar: La verdad es que siempre he creído que hay una relación muy cercana entre el arte y la tecnología. No creo que estemos en un punto muy diferente al que había hace 500 años por poner un ejemplo. En el Renacimiento había una relación muy estrecha entre la mirada científica y la mirada artística, de hecho casi no había distinción entre una y la otra. También es verdad que ahora estamos ante un cambio de paradigma muy fuerte, que hace que algunos artistas estemos preocupados en reflejar nuestro tiempo y le prestemos a la tecnología especial atención. Como suele suceder el mercado del arte están recibiendo esto con retraso, pero bueno yo detecto mucho el interés de los espectadores por los temas que se suscitan en el arte tecnológico, incluso por parte de un publico digamos general.
Mit Borrás: ¿Qué es la memoria digital?
Daniel Canogar: Es amnesia. Es el abandono de nuestras capacidades biológicas al entregarlas a unos sistemas que sobrepasan nuestra capacidad de almacenamiento. Amnesia también por la desmaterialización de los soportes que hemos usado para almacenar información. Desde Gutenberg hasta el DvD siempre hemos tenido archivos físicos, pero ahora se han convertido en memorias digitales que están en constante fluctuación, que son inestables, intangibles. Son memorias líquidas y eso es un cambio, es una forma diferente de recordar.
Mit Borrás: ¿Crees que los efectos del Antropoceno nos están causando amnesia? ¿Estamos olvidando lo que hemos hecho y las consecuencias de lo que vamos a hacer?
Daniel Canogar: Sí, yo creo que sí. Lo puedo decir de una forma muy directa por mi propia experiencia. Creo que tengo una memoria razonablemente buena sobre todo para aspectos visuales, pero el bombardeo de información al que me someto, que voluntariamente acepto, las redes sociales, hace que note que mi memoria me falle y creo que no es un asunto de edad, si no que ésta vorágine nos lleva a esa amnesia que nos hace repetir errores del pasado. De ahí que para mi la historia se esta convirtiendo en uno de los temas mas fascinantes, encontrar en el pasado claves de los grandes dilemas del momento.
Mit Borrás: ¿Cuál es el objetivo de involucrar y ‘comprometer’, en tus propias palabras, al espectador con tus nuevas piezas?
Daniel Canogar: Me interesa mucho esta noción del espacio activo. Me interesa que el espectador se ponga en movimiento y tenga una relación más física con lo que está contemplando. Tendemos a pensar que nuestro aprendizaje es fundamentalmente óptico pero me interesa mucho esta noción de aprendizaje y conocimiento físico de nuestro entorno. Por eso hago pantallas tridimensionales escultóricas, pantallas que inviten al espectador a levantar el culo del sofá y empezar a ver la obra desde distintos ángulos. Creo que el conocimiento háptico del espacio y del tiempo, del entorno, es fundamental para navegar en estos espacios tan sintéticos y tecnológicos.
Echo. Exposición en Max Estrella. 2017. Foto: Jorge Miron
Mit Borrás: Por eso es tan importante en tu trabajo el Site Specific.
Daniel Canogar: Sí, a mí me encanta el Site Specific. Me encanta que me lancen estas propuestas a veces aparentemente imposibles como ‘buf que voy a hacer aquí’. Cada espacio tiene sus retos, hay que sentirlos y creo que he aprendido a escuchar estos espacios. Cada uno tiene sus excentricidades, una columna, una puerta de incendios, ahora tengo esos problemas en un proyecto en Barcelona y justamente esos son los proyectos que me ayudan a superarme. Me gusta utilizar esas excentricidades como parte de la pieza.
Mit Borrás: Sí bueno como las pantallas rizadas de Tendril en Tampa, retorcidas en las vigas del techo. Piezas técnicas que están montadas en lugares poco convencionales.
Daniel Canogar: Efectivamente, eso lo hice para un aeropuerto. Con esa obra mi primer impulso fue tapar esas vigas por que distraían visualmente y de repente me di cuenta de que tenía que incorporarlo a la obra de arte. Cuando consigo incorporarlo es cuando sale bien.
Mit Borrás: Localizaciones ideales.
Daniel Canogar: Bueno, sabes a mí lo que me encantan son los espacios abandonados industriales. Algunos proyectos que hago así no son permanentes, pero me encantan los espacios industriales ruinosos por que justo me interesa esa invasión de la nueva oleada tecnológica, que se construye sobre las cenizas de lo que está dejando atrás.
Aqueous. Sobrato Foundation, Mountain View, CA. 2019. Foto: Daniel Canogar
Amalgama. Studio Daniel Canogar. 2019. Foto: Pablo Garrido Carreras
Mit Borrás: Háblame de tu pieza Cannula.
Daniel Canogar: Es una obra que he presentado en varios contextos, ahora mismo hay un pop up relacionado con Grimbergen, muy buena cerveza por cierto, pero Cannula realmente es una pieza que ha tenido mucho eco aquí en el estudio, ha sido una obra importante, mi primera obra de data. Es Youtube, es archivo, es una obra bastante cachonda por que permite al público meter una búsqueda en la obra de arte, cualquier término que se te ocurra y la obra va a Youtube y descarga cien videos de ese tema y los expone en una especie de abstracción líquida. Es un trabajo en referencia a Zygmunt Bauman y su Modernidad Líquida, su modernidad software. Está muy relacionado con ese cambio de paradigma de la memoria, la enciclopedia y Youtube; ese monstruo de contenidos en constante expansión que crece a una velocidad descomunal.
Mit Borrás: Me alegra que menciones a Bauman porque creo que es evidente esta conexión. Cuando el filósofo habla de que las cosas ya no son fijas ni seguras, que todo es inestable y cambiante, flexible y precario se pueden percibir las relaciones que tiene con los soportes que utilizas y el modo en que formalizas tus piezas usando pantallas dobladas, imágenes digitales, líquidas, derretidas y en constante cambio, como en Ripple 2016, Ooze 2017, Draft, 2017, Pulse 2018, Amalgama, 2019, o Aqueous 2019.
Daniel Canogar: Sí, totalmente. De hecho es curioso como ocurren estas cosas porque no he conocido a Bauman hasta hace poco pero a mí siempre me ha parecido que lo que hago está muy asociado con lo digital y lo líquido. Muchos de los primeros 3D digitales que hacía representaban agua, eran un ejercicio de virtuosismo digital y era muy común el agua. Es la representación de flujo contante, de que nada permanece y bueno cuando leí la Modernidad Líquida me reconocí totalmente. Lo líquido es esa gran metáfora de la actualidad.
Tendril. Aeropuerto de Tampa, FL. 2017. Foto: Daniel Canogar
Mit Borrás: El autor Ronald Wright habla de la relación que hemos establecido en términos lingüísticos entre dos elementos: la idea de progreso y la tecnología. Ambas se han hecho indisolubles en este momento frente al progreso social, médico-sanitario o cultural ¿Qué opinas del progreso?
Daniel Canogar: Tengo una visión muy crítica efectivamente. El progreso tecnológico si no viene acompañado de un progreso social, democrático y político se convierte en fascismo y esto ha ocurrido en el pasado y de alguna forma está volviendo a ocurrir. De alguna forma estoy detectando que el poder que detentan muchos de las grandes tecnológicas del momento; Google, Facebook o Apple, está creando un clima extraordinariamente antidemocrático y yo creo que es muy dañino.
Mit Borrás: Relación con España y New York.
Daniel Canogar: Con España es una relación extraña; estoy muy agradecido al trabajo, la carrera y al apoyo que he recibido. Los artistas solemos poner a parir a España pero yo no lo voy a hacer porque me siento afortunado porque he podido desarrollar mi trabajo, pero estoy en una fase de mi vida en la que tengo muy poca relación con el pulso cultural de Madrid. Debería remediarlo porque uno necesita estímulos. Con Nueva York mi relación ha cambiado mucho, ha sido una relación que he adorado, es una ciudad que conozco muy bien, donde he trabajado, pero ahora tengo el ojo más puesto en la costa oeste. El clima y el panorama cultural es mucho más amable y menos competitivo específicamente en lo que a Los Ángeles se refiere.
Small Data. Bitforms gallery NY. 2014
Mit Borrás: En este momento tienes en marcha la exposición individual Small Data – LAB en el Museo de la Universidad de Navarra.
Daniel Canogar: Bueno Small Data – Lab es una serie que tiene que ver con la resistencia, lo torpe, lo viejo y lo abandonado. Es una colección con una serie de objetos de consumo electrónico que han formado parte de mi vida u objetos que he encontrado en basureros y me han recordado a objetos que he tenido. Móviles pre-smartphone, escáneres, reproductores VHS, objetos que presento como artículos arqueológicos, abandonados por la aceleración y el rimo de la obsolescencia programada. Son pequeños bodegones con objetos a los que tengo un enorme afecto.
Daniel Canogar. Foto Alberto Feijó