Cherry Blossoms/Cerezos en flor de Damien Hirst supone su nueva serie de pinturas al óleo que expone en la Fundación Cartier Paris hasta principios del próximos año.
La exposición Cherry Blossoms de Damien Hirst, presenta 30 cuadros elegidos por el artista entre los 107 lienzos de la serie, todos de gran formato. Esta última serie de pinturas supone la continuación de la investigación del artista del británico sobre la pintura. La escenografía es sobria por motu propio, sin comentarios, para dejar al visitante el placer de sumergirse en la pintura. Cherry Blossoms es la primera exposición de Hirst en un museo en Francia.
Cherry Blossoms de Damien Hirst, reinterpreta, con lúdica ironía, el tema tradicional de la pintura de paisaje, así como los grandes movimientos artísticos de finales del siglo XIX y del XX, desde el impresionismo hasta la action painting de Pollocks. El enfant terrible del arte contemporáneo inglés, Damien Hirst, nació en Bristol (Reino Unido) en 1965. Creció en Leeds antes de trasladarse a Londres en 1984, donde sigue viviendo actualmente.
Sus trabajos discurren por varios medios: escultura, instalación, pintura y dibujo. Las temáticas de Hirst siempre están relacionadas con la vida y la muerte, el exceso y la fragilidad. Si la escultura y en particular la serie Natural History, supuso el lanzamiento de su exitosa carrera —quién no recuerda la polémica serie de animales flotando en formal dentro de urnas de metacrilato— la pintura siempre ha desempeñado un papel esencial su la obra.
A propósito de la expo de Cherry Blossoms de Damien Hirst, según declara, siempre ha sentido pasión por la pintura, aunque la haya evitado. Cuando era joven en los años 1980, su posición como artista novel es reaccionar al contexto, a la situación y en esa época de transformaciones en la sociedad y en el arte contemporáneo, la pintura era un medio anacrónico.
Iniciada tras un ambicioso proyecto de escultura, Treasures from the Wreck of the Unbelievable, que tardó diez años en realizar, la serie Cherry Blossoms marca el regreso del artista al trabajo solitario en su estudio, al que también ha dedicado tres años completos. Con ellas Hirst redescubre el estimulante placer de pintar, se sumerge en los cuadros. Trabaja en varios lienzos al mismo tiempo, volviendo constantemente a ellos incluso después de su finalización. Damien Hirst Cherry Blossoms fueron finalizados durante el año de la pandemia, a finales de 2020. Como todos, Hirst paso mucho tiempo encerrado, así que la pandemia le ha permitido más tiempo para vivir con los cuadros.
“Los cerezos en flor son la belleza, la vida y la muerte. Son extremos, hay algo casi de mal gusto en ellos. Como Jackson Pollock retorcido por el amor. Son decorativos, pero tomados de la naturaleza. Tratan del deseo y de cómo procesamos las cosas que nos rodean y en qué las convertimos, pero también de la insana fugacidad visual de la belleza: un árbol en plena floración contra un cielo despejado. Para mí ha sido bueno hacerlos, perderme completamente en el color y la pintura en mi estudio. Son chillones, desordenados y frágiles, con ellos quiero alejarme del minimalismo y de la idea de un pintor mecánico imaginario”. Damien Hirst
Fotos: Paco Neumann