REPASAMOS LO MEJOR Y LO PEOR QUE DIO ESTA EDICIÓN
LO MEJOR
1. Damon Albarn, todo él al completo y cada uno de los 90 minutos que duró su concierto. El líder de Blur era el cabeza de cartel del viernes y demostró porqué: descaro, actitud y un chorreón de hits de toda su trayectoria (“Clint Eastwood” de Gorillaz, “Out of time” de Blur, “Kingdom of doom” de The Good, The Bad & The Queen…) combinado con maestría con algunos de los mejores temas de su nuevo y primer álbum en solitario (aunque, a nivel personal, eché en falta la preciosa “The selfish giant”)
2. La primera mitad de la actuación de Angus & Julia Stone, que fue una auténtica maravilla. Los australianos estaban en su salsa y además sorprendieron al público con dos fantásticas versiones muy diferentes: “Bloodbuzz Ohio” de The National y una mutada “You’re the one that I want” de la película Grease. …*
3. Oír en directo “Laredo”, “No one’s gonna love you”, “Is there a ghost” y “The funeral”, tema con que Band of Horses cerraron un concierto de gallina de piel.
4. El buen rollo que transmite Jack Johnson. Aunque algunos no le entiendan, la propuesta del hawaiano va más allá de lo musical. Y no es que traiga consigo fuegos artificiales, cañones de confeti o proyecciones espectaculares. Al contrario: es la desnudez de su música y de su puesta en escena las que consigue contagiar esa paz interior que le confiere a Jack dedicarse medio año a un trabajo que adora, la música, y la otra mitad a su otra pasión, el surf. Cuando cantó aquello de “maybe we can sleep in, i’ll make you banana pancakes and pretend that it’s the weekend now” supe que quería casarme con ese hombre. Lástima que ya esté pillado.
5. La camiseta de René Pérez, Residente, de Calle13, que rezaba I (love) Escrache.
6. La zona de grafiteros que reproducían las caras de algunos de los artistas que actuaban en el festival, alguna de ellas muy conseguida.
7. El hecho de que este año dejaran salir y volver a entrar al recinto si lo deseabas
8. Aunque lo lleve haciendo desde hace años, no por ello deja de ser reseñable como punto muy positivo del festival la estructuración del programa de forma que los cabezas de cartel no se solapan y no tienes que darte de cabezazos por la coincidencia de Band of Horses y Damon Albarn.
LO PEOR
1. *…pero el show de los hermanos Stone fue decayendo a medida que pasaban los minutos y hasta acabarse convirtiendo en un coñazo bastante insufrible que muchos aprovechamos para emigrar al escenario Estrella Damm para coger un buen sitio para la actuación de Damon Albarn.
2. Las colas de la zona de restauración. Una hora de cola para conseguir un taco no es decente en un festival que siempre se ha caracterizado por intentar cuidar a sus asistentes, sobre todo si tenemos en cuenta que al parecer el día siguiente fue peor. Y eso que muchos ya optamos por llevar un bocadillo de casa, visto lo visto.
3. Los incomprensibles pestillos (¿rotos?) de algunos de los Polyklyn, que provocaron más de un avistamiento genital.
4. El concierto de Jazzanova, que no supo adaptarse a las horas de la madrugada en que estaban programados y que resultó un tanto tostón.
5. Y se preguntarán que por qué no hay todavía mención alguna al que posiblemente fuera el nombre más sonado del cartel: Ryan Lewis & Macklemore. Pues bien, eso es porque no sé muy bien qué decir ni si colocarlos en esta lista o en la anterior, tal es mi confusión. El espectáculo, bien; la entrega, bien; la conexión con el público, bien; pero, no sé, serán las canciones, que son efectivas pero simplonas, o el hecho de que “Can’t hold us” sea la banda sonora oficial de la sala de pesas de mi gimnasio… Hay algo en este par de hiphoperos que no acaba de cuajar. Lo que no se puede negar es que se dejan la piel sobre el escenario, como debe ser.
